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Ver día anteriorMiércoles 25 de febrero de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

En la mira, la dupla Muñoz-Torres

Usufructo electoral de programas sociales

E

l delegado de Cuauhtémoc con licencia, José Luis Muñoz Soria, hoy aspirante a un puesto en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, debe renunciar a su postulación antes de que la justicia lo alcance o que en algún momento de lucidez el PRD lo eche de sus listas.

Adelantábamos a ustedes, en la entrega anterior, que sólo algo tan cruento como la compra del voto del hambre podría ser tan grave, o más, que aquel episodio de las ligas que seguirá presente en cualquier momento político del país, mientras su principal protagonista, René Bejarano, persista en la idea de seguir manipulando el escenario electoral.

Y es que Muñoz Soria es parte importante de la tribu que regentea el llamado profesor. Por eso se convirtió en delegado, y por eso mismo, pese a su pésima gestión en la Cuauhtémoc, Bejarano lo impuso, no obstante, como candidato a un asiento en la Asamblea Legislativa.

Ahora sabemos, porque los datos duros así lo demuestran, que Muñoz Soria apostó a algo que huele a ilegalidad. Usa, según consta en los datos que fueron entregados a este diario, los instrumentos de ayuda que el gobierno de Marcelo Ebrard otorga a los más necesitados, para publicitarse.

No se entendería de otra manera que en las tarjetas del programa de Justicia Social para adquisición de alimentos aparezca una leyenda que dice: Seguimos gobernando juntos, José Luis Muñoz, jefe delegacional. Según la ley, el nombre de este personaje no debería estar en ese instrumento, y seguramente Muñoz Soria apuesta a la impunidad para que, después de la atrocidad, nada pase.

El problema será señalado legalmente, es decir, las denuncias a los organismos correspondientes, tanto del gobierno como del propio PRD, están en marcha, porque es como debe hacerse, pero lo más grave es que la acción va en sentido directo contra el gobierno de Ebrard, que de alguna o de todas maneras permite que suceda.

Habrá quien diga, eso sí, que en el gobierno central no se sabía tal cosa, pero de seguro ya no hay manera de ignorarlo. No por que la noticia pueda permear la conciencia de los funcionarios del gobierno de la ciudad, sino porque se trata, ahora, de un denuncia legal que no puede ser ignorada.

Y algo más, si Muñoz Soria tiene que irse, su cómplice, el funcionario que cubrió esto que parece un acto ilegal, también debe abandonar sus aspiraciones para cuando sepa respetar las reglas, o deberíamos decir las leyes.

Hablamos, desde luego, de Agustín Torres, quien fue impuesto por el propio Bejarano como candidato a gobernar la Cuauhtémoc, y que fungía como director general de Desarrollo Social de la delegación, es decir, en quien recaía la responsabilidad de ejercer los recursos, con todo y sus formas, para ayudar a los más necesitados.

Así que el futuro de la delegación, si es que este par pudiera llegar a los puestos que pretende, sería más que funesto. Es verdad, la gente tiene hambre y vende su voto. Lo que no tiene nombre es que exista quien lo compre. A ver si ahora despierta el gobierno de la ciudad, y aunque es menos probable, también el PRD.

De pasadita

En algunas oficinas del gobierno central se dicen cosas, se atreven los comentarios, que no se sabe si son producto de las estrategias de Marcelo Ebrard o salen de la retorcida imaginación de alguno de sus asesores, pero sea como sea, es preocupante.

Les platicamos: se dice que el caso de Ana Gabriela Guevara es un plan con maña. Según las cuentas de esos sabios políticos que rodean al jefe de Gobierno, la señora Guevara no gobernará, en caso de que gane la elección, por mucho tiempo. Habrá un sustituto que será quien corra con la responsabilidad porque, es obvio: Anita no puede.