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Ambos firman dimisiones a sus cargos en el PCC, el Parlamento y el Consejo de Estado

Carlos Lage y Pérez Roque aceptan sus errores y renuncian a la vida política

En cartas idénticas los destituidos profesan fidelidad a los hermanos Castro y a la revolución

Fernando Remírez fue relevado como jefe de Relaciones Internacionales del Partido Comunista

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En imagen de diciembre de 2007, el presidente cubano, Raúl Castro (extremo derecho), el ex vicepresidente Carlos Lage (al centro), y el ex ministro del Exterior, Felipe Pérez RoqueFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 6 de marzo de 2009, p. 31

La Habana, 5 de marzo. Después que fueron destituidos del gobierno Carlos Lage y Felipe Pérez Roque renunciaron a sus cargos en el Partido Comunista de Cuba (PCC), el Parlamento y el Consejo de Estado, de acuerdo con sendas cartas en las cuales ambos aceptaron sus errores y sellaron así su salida de la vida política.

La caída de Lage, de 57 años, elimina en el primer círculo del poder a la figura más conocida y experimentada entre los menores de 60, y por ahora carga el peso de la sucesión en los mandos en la generación que estaba activa en 1959.

Los originales de las cartas, dirigidas al presidente Raúl Castro y con las firmas autógrafas, fueron publicados el jueves en la prensa, en páginas interiores, sin comentarios ni encabezados. Sin embargo, aún se desconocía públicamente cuáles fueron esos errores, cómo se produjo la reacción oficial y si se trata de un mismo caso o de dos distintos.

La difusión de ambos textos es el tercer capítulo de un episodio que empezó el lunes con la remoción de diez altos funcionarios del gabinete y siguió el martes con un artículo de Fidel Castro, en el que acusó a Lage y Pérez Roque de haber alentado ambiciones y de ejercer un papel indigno que llenó de ilusiones a Estados Unidos.

Las cartas son del 3 de marzo, el mismo día del artículo de Fidel. Los textos hablan de una reunión del Buró Político del PCC a la que ambos afectados asistieron y de la que no precisan la fecha, pero que debió ocurrir antes de que sesionara el Consejo de Estado, en la mañana del 2 de marzo.

Lage era miembro del Comité Central y del Buró Político del PCC, diputado y vicepresidente del Consejo de Estado. Además, era parte del grupo de siete dirigentes creado por Raúl como máxima instancia de decisión. El lunes había sido depuesto como secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros (CECM, gabinete compacto).

Pérez Roque, de 44 años, era diputado, integrante del Comité Central y del Consejo de Estado. Fue destituido como ministro de Relaciones Exteriores.

Textos gemelos

Las cartas son dos textos gemelos, de tres párrafos cada uno: en el primero ambos renuncian a los cargos que les quedaban; en el segundo asumen su responsabilidad y en el tercero profesan fidelidad a los hermanos Castro, al PCC y a la revolución.

Lage se dirige al compañero Raúl y habla de su disposición a servir en su nuevo puesto de trabajo. Pérez Roque le llama al destinatario querido Raúl. Lage llama justo y profundo el análisis que hizo el Buró Político de los dos casos y que ambos afectados acatan.

Junto a Raúl, Pérez Roque estuvo en el aeropuerto para recibir a Hugo Chávez el 21 de febrero, pero ya no fue a la despedida, al día siguiente. Su última actividad oficial fue una reunión con el canciller palestino Riad N. A. Malki, el pasado viernes por la tarde.

Antes interlocutor habitual de Chávez, Lage no apareció durante la última visita del líder venezolano. Había encabezado una reunión de autoridades regionales a finales de enero, tras lo cual no se supo más de él. La designación de tres vicepresidentes del gobierno, el 19 de febrero, fue explicada como una redistribución de funciones en el CECM.

En la celebración del cincuentenario de la revolución, el primero de enero, Raúl había hecho un discurso de tono críptico y sombrío. El presidente dijo entonces que el sistema político cubano aún está en riesgo de derrumbe y las futuras generaciones de dirigentes pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos.

Raúl sugirió que no estaba garantizada la forma de impedir ese derrumbe, y aconsejó a los líderes del futuro que no se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que, por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero.

Luego exhortó a los militantes a que impidan la destrucción del PCC y advirtió a los futuros gobernantes que si violaran principios no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha. Fidel había suspendido en esos días sus artículos y no los reanudaría hasta el 21 de enero, después de cinco semanas de silencio.

No queda claro si eran Lage y Pérez Roque o algunos más los destinatarios de esas palabras, pero Raúl evocaba entonces el trance de la sucesión generacional. La salida de Lage deja una edad promedio de 65 años en el Buró Político y de 73 años en la directiva del Consejo de Estado.

Lage, médico pediatra, tenía más de tres décadas en la dirigencia cubana. Era diputado desde 1976. Fue líder de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En 1986 se unió al Equipo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe, el gabinete operativo de Fidel Castro, y entró al Consejo de Estado. De ahí brincó al CECM (1990), al Comité Central y al Buró Político (1991) y a la vicepresidencia del Consejo de Estado (1993), siempre acumulando funciones en la política económica.

Pérez Roque, ingeniero electrónico, repetía como diputado desde 1986. También dirigió la FEU y estuvo en la dirigencia nacional de la UJC. En 1991 llegó al Equipo de Coordinación y Apoyo y al Comité Central, en 1993 al Consejo de Estado y en 1999 a la cancillería.

Cuando Fidel Castro delegó sus funciones a Raúl, en julio de 2006, también nombró a Lage como encargado de política energética y, junto con Pérez Roque y el presidente del Banco Central, Francisco Soberón, responsable de un fondo especial.

Sus caídas en desgracia se unen a otra, confirmada pero aún no divulgada oficialmente: la de Carlos Valenciaga, licenciado en marxismo-leninismo e historia, también ex líder de la FEU, miembro de la dirigencia de la UJC, diputado e integrante del Consejo de Estado desde 1998 y jefe de despacho de Fidel desde 1999.

Valenciaga dejó de trabajar con Castro el año pasado y ya no asistió a la sesión de diciembre del Parlamento.

Nuevo nombramiento

Un rutinario comunicado oficial sobre la entrevista de Raúl con el presidente hondureño, José Manuel Zelaya, citó el miércoles por la noche a Jorge Martí Martínez como jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del PCC, un cargo que hasta ahora desempeñaba Fernando Remírez de Estenoz.

No hubo texto oficial que aclarara cuándo y por qué se había producido el relevo, ni cuál era el destino de Remírez.

Martí, de 55 años, quien desde 2008 dirigía el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, es graduado en letras rusas y ha escalado todos los peldaños de la carrera diplomática. Entre otros cargos, fue embajador en las repúblicas bálticas ex soviéticas y en Rusia.

Remírez, de 57 años, médico y sociólogo, se dedicó a las relaciones internacionales desde su paso por la FEU y la UJC. Es integrante del Comité Central y del Secretariado del PCC. Ha sido viceministro primero de la cancillería, embajador ante la Organización de Naciones Unidas y jefe de la Sección de Intereses en Washington.