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Algunos entusiastas promueven el rescate del instrumento con festivales y conciertos

Un puñado de músicos en el país busca que el salterio recobre su esplendor

En mayo próximo se realizará el tercer encuentro internacional, en Querétaro

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Periódico La Jornada
Domingo 15 de marzo de 2009, p. 4

Algunos creen que su sonido está extinto y lo guardan como bello recuerdo; otros ni siquiera saben que existe, mucho menos han escuchado las hermosas melodías que se pueden interpretar con él. Lo cierto es que el salterio es actualmente un instrumento que lucha por recobrar el esplendor que lo caracterizó hacia finales del siglo XIX y principios del XX.

Inevitablemente, el salterio evoca al pasado, a una época que se distinguió por el romanticismo, los valses y la influencia europea, donde formaba parte de las orquestas típicas de México y era uno de los preferidos del público por sus ritmos, sonidos, cadencias y matices.

Sin embargo, esos tiempos de gloria acabaron justo en aquellos años, pues la mayoría concibe al salterio como algo antiguo, incluso desaparecido. Sólo un puñado de músicos y compositores son quienes hoy día buscan que sus melodías vuelvan a cautivar al público y persistan en las salas de conciertos.

Para evitar la desaparición en México de este instrumento, hecho de madera y de forma triangular, con cuerdas metálicas que se pulsan con las uñas, varios entusiastas promueven su enseñanza, así como la realización de conciertos y festivales, tanto nacionales como internacionales.

Entre estos impulsores figura el dueto Dulcemelos, formado por Alejandra Barrientos y Héctor Larios, intérpretes queretanos, quienes con base en investigaciones documental y de campo promueven la música mexicana con salterio mediante conciertos y festivales, así como con la fabricación del instrumento, y así motivar la profesionalización de los lauderos nacionales.

La agrupación se ha presentado en diversos estados del país, así como en foros de Estados Unidos, Venezuela, Francia, España, Inglaterra, Suiza, Alemania y Noruega.

Esta pareja, junto con el instituto estatal para la Cultura y las Artes, ha organizado en Querétaro dos festivales de salterio, el primero a escala nacional y el segundo con ejecutantes de Alemania, Austria, China, Hong Kong y Estados Unidos.

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La programación del Festival Internacional de Salterios contiene un extenso repertorio de música popular mexicana, de 1880 a 1940Foto Archivo

El objetivo de estos encuentros es promocionar las obras de los creadores mexicanos, así como su estilo, además de intercambiar sonoridades, géneros y estilos musicales entre artistas de otras latitudes.

Al respecto, Héctor Larios explica a La Jornada: lo interesante del salterio mexicano es que mantiene sus características de la Edad Media; es de tipo italiano, del siglo XVI. Llegó a México (alrededor del siglo XVIII) y se quedó como lo trajeron los españoles.

Entre las particularidades de los intérpretes nacionales, indica, está que aún lo ejecutan con las uñas y lo colocan sobre el regazo, lo cual causa asombro entre el público y los artistas de otros países, pues actualmente se toca con baquetas y ya cuenta con pata para ponerlo en una superficie y no sobre las piernas.

Otro de los promotores del salterio en México es el maestro Francisco Núñez, quien compuso el primer Concierto para salterio y orquesta en el país, interpretado en 2007 durante el segundo Festival Internacional de Salterios por Alejandra Barrientos.

Además, es uno de los fundadores del Centro de Creación Musical, institución que ha publicado artículos que “han revolucionado y redefinido las teorías tradicionales de la música; corrige los errores, de casi 20 siglos, sobre las concepciones que la Iglesia produjo al ir en contra de las bases de la antigüedad. Estamos quitando todas las mentiras e imprecisiones, sobre todo de la música occidental, precisó Núñez.

En mayo de este año se realizará el tercer Festival Internacional de Salterios, en Querétaro, cuya programación contiene un extenso repertorio de música popular mexicana, de 1880 a 1940, así como obras de Bach, Mozart, Beethoven y Debussy.