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Imposible mantener los precios, ya que los insumos son de importación, argumentan

Laboratorios podrían incumplir abasto de medicamentos a la Ssa por la crisis
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El propietario de la farmacia de un centro médico en Brewton, Alabama, pagó a sus empleados una prima de dos dólares como apoyo para enfrentar la crisis. En México, 50 por ciento de los medicamentos que se venden en el país son importadosFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de marzo de 2009, p. 15

Las clínicas y hospitales del sistema nacional de salud podrían caer en desabasto de medicamentos ante la imposibilidad de los laboratorios farmacéuticos de cumplir sus contratos a causa de la devaluación del peso frente al dólar, afirmó Jaime Uribe de la Mora, próximo presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).

Detalló que cuando las empresas del sector acordaron con la Secretaría de Salud (Ssa) la reducción de precios y, en su caso, la oferta de la mejor tarifa posible a las instituciones públicas, los insumos para la fabricación de medicinas –la mayoría de importación– se compraban a 10 o 10.50 pesos por dólar. Ahora que el deslizamiento de la divisa llegó a 15 pesos, la situación se ha vuelto insostenible para los fabricantes, indicó.

En entrevista, a unos días de que asuma la presidencia del órgano que representa a la industria farmacéutica del país, Uribe de la Mora comentó que el sector ya ha solicitado a la Ssa y a la Secretaría de la Función Pública (SFP) que reconozcan el problema que tienen los laboratorios.

Aunque es una industria fuerte, porque da trabajo a más de 60 mil personas de manera directa y a otras 300 mil en forma indirecta, y representa más de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) manufacturero y 1.5 por ciento del PIB nacional, tiene una debilidad: su dependencia de los insumos de importación, comentó.

Uribe de la Mora asumirá la presidencia de Canifarma el próximo 24 de octubre. Sustituirá en el cargo a Carlos Abelleyra, pero desde ahora reconoce los retos que enfrentará en su gestión. El que más preocupa a los empresarios, dijo, es el de la crisis.

Prácticamente todos los equipos y máquinas que utilizan las farmacéuticas se compra en el extranjero, pero lo más grave es que la mitad de las ventas en el mercado nacional es de medicamentos que se fabrican en otros países.

Significa, explicó Jaime Uribe, que en México se produce 86 por ciento de las medicinas que se consumen en territorio nacional, pero son los productos más sencillos y conocidos, como los antibióticos, y se importa el 14 por ciento restante, los cuales son de patente, los más sofisticados y costosos.

El mercado de medicinas en el país representa ingresos de entre 12 mil y 13 mil millones de dólares al año, pero la mitad de ese monto proviene de ese 14 por ciento de productos.

Por ello, indicó el empresario, la crisis financiera afecta al sector farmacéutico en su conjunto, no sólo a los fabricantes nacionales. De ahí que la petición de la Canifarma a las autoridades gubernamentales es que reconozcan esta situación y acepten una nueva negociación de los precios, con el propósito de establecer un porcentaje que compense la devaluación.

Señaló que la problemática ya fue planteada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aunque esto se hizo ante el hoy ex director Juan Molinar, quien ofreció que habría una reunión exclusivamente para tratar el tema. Luego vinieron los cambios y ahora los industriales están a la espera de poder reunirse con el nuevo titular del organismo, Daniel Karam. El pasado viernes, algunos representantes de las empresas farmacéuticas se entrevistaron con funcionarios de la SFP para plantearles el caso.

Uribe de la Mora destacó que la respuesta urge. No sabemos cuánto tiempo van a resistir los laboratorios. Explicó que la principal preocupación es por los contratos que se firmaron en agosto pasado, los cuales representan más de la mitad del total, pero en esa fecha el dólar estaba en 10 o 10.50 pesos.

De entrada rechazó el argumento que han escuchado de algunos funcionarios, respecto de que el sector salud está preparado para afrontar la crisis y que si algún laboratorio no puede cumplir su contrato, éste se cancelaría y se procedería a una nueva licitación.

Bajo las actuales condiciones económicas, advirtió, los fabricantes están vendiendo con pérdidas y seguramente para varios será mejor no vender.

Además, el proceso de las licitaciones es lento. La cancelación de contratos implicará, necesariamente, un problema de desabasto, y para evitarlo las instituciones tendrían que realizar compras emergentes, a un costo más alto, indicó.