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A partir de la teoría de Darwin y su difusión se puede defender el Estado laico, comenta

Es necesario enseñar a distinguir entre ciencia y religión: Rosaura Ruiz

No puede hablarse de un tipo de ser humano ni de familia normal, pues esto es el resultado de un proceso evolutivo de 3 mil 500 millones de años, explica la presidenta de la AMC

 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de marzo de 2009, p. 2

Desde el punto de vista de la evolución no existe un modelo normal de individuo ni el ser humano es el punto máximo entre las especies, como argumenta la mayoría de las religiones, tampoco es posible crear un modelo único de familia, de relaciones ni de personas, pues hombre y mujer son producto de un proceso evolutivo de 3 mil 500 millones de años y no un diseño divino, aseguró Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Bióloga por formación, darwinista por convicción, Ruiz sostiene que a partir de la teoría de la evolución y su difusión se puede defender el Estado laico y evitar que formaciones religiosas tengan peso en las políticas públicas.

La científica subraya que hace 150 años, cuando el naturalista inglés publicó El origen de las especies, obra que es la base de la teoría de la evolución, revolucionó la ciencia y planteó –indirectamente– la separación de ciencia y Estado de las ideas religiosas.

Darwin contrapuso una teoría científica a las ideas religiosas, al establecer que el ser humano no es producto del creacionismo divino, sino que, al igual que todas las especies actuales y extintas, es el resultado de un proceso natural denominado evolución.

Es imprescindible definir los límites

Cuando en ciencia hablamos de una teoría no nos referimos a un conocimiento hipotético, sino a un proceso de investigación y experimentación que concluye con resultados y explicaciones. En cambio, las ideas religiosas sólo son creencias. No se puede escoger entre un planteamiento científico y uno religioso. Me preocupa mucho la educación de los niños, pues desde esa etapa de la vida se les debe enseñar a distinguir entre creencias religiosas e ideas científicas. La ciencia no está peleada con la religión; los científicos la respetamos como una actividad posiblemente necesaria para la mayoría de los humanos; pero también tenemos que determinar la diferencia entre creencias religiosas y tesis científicas.

En 2009 se celebra el 150 aniversario de la publicación de la obra fundamental de Darwin, por lo que la AMC, la Universidad Nacional Autónoma de México y otras instituciones científicas llevan a cabo diversas actividades con la finalidad de difundir el pensamiento del biólogo inglés.

En entrevista, Ruiz destacó la necesidad de que a partir de esta celebración se insista en la separación Iglesia-Estado y se refuerce la laicidad estatal. Los contemporáneos de Darwin, afirmaban que era importante hacer ciencia para entender la creación. Con su obra, el inglés demostró que el objetivo de la ciencia no puede ser estudiar lo divino y sobrenatural.

Refirió que actualmente representantes de la Iglesia y algunos sectores de la política han emprendido campañas en favor de la prohibición del derecho al aborto y evitar la investigación en células madre, además de que impulsan la idea de que un cigoto sea considerado ser humano y tratan de imponer la idea de que existe un modelo único de familia y de relaciones.

A propósito, recordó que en el contexto del Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró en México en enero pasado, los obispos Javier Lozano Barragán y Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, representantes de la jerarquía católica y el Vaticano, durante una entrevista televisiva se pronunciaron contra las uniones de personas del mismo sexo, al asegurar que Dios diseñó al hombre y a la mujer para transmitir vida, por medio de su sexualidad.

Ruiz aseguró que en diferentes especies, producto de la evolución, mismas que la Iglesia asegura también fueron creadas por Dios, se presenta interacción sexual entre individuos del mismo sexo, sobre todo en los mamíferos.

“La crítica no es a la religión, sino a sus argumentos. Sostiene que el hombre fue creado –me pregunto si incluirán a la mujer–, y por tanto diseñado para ser pareja. Es un argumento falaz. Hay muchas especies en las que encontramos entes hermafroditas o inclusive organismos cercanos al ser humano que tienen interacciones entre individuos del mismo sexo; por ejemplo, en chimpancés. No se puede decir que lo normal es lo que Dios creó y lo demás es anormal.”

La presidenta de la AMC sostuvo que ni desde la teoría de la evolución puede hablarse de un tipo de ser humano y de familia normal, pues esto es resultado de un proceso evolutivo natural de 3 mil 500 millones de años, a lo que se debe incluir la evolución sociocultural del hombre y de su entorno.

La bióloga señaló que el argumento central de Darwin es sencillo y fundamental, ya que demuestra que los seres vivos no son producto de la creación divina.

Explicó que el planteamiento darwinista refiere que todas las especies que existen o existieron en el planeta tienen un ancestro común. Posteriormente otros científicos comprobaron que esos antepasados son las bacterias y tienen 3 mil 500 millones de años.

Eso Darwin no lo sabía; él habla de un ancestro común para todos los seres vivos. Las especies han ido transformándose por un mecanismo central, que plantea Darwin, el cual también está comprobado como el principal mecanismo de la evolución; se trata de la selección natural, que establece que en todas las especies nacen más individuos de los que un ambiente puede soportar o mantener, de manera que se va a producir siempre una lucha por la existencia, una competencia entre individuos de la misma y otras especies y también con el medio ambiente.

Importancia de la variación genética

Ruiz agregó que el naturalista también destacó la importancia de la variación, pues todos los organismos son diferentes pese a ser de la misma especie. Lo que Darwin plantea es que los organismos que tienen variaciones y mejoran su adaptación al ambiente son los que sobreviven y se reproducen.

Destacó que a partir de los estudios de Darwin se ha comprobado el mecanismo de herencia a partir de las mutaciones del ADN para la adaptación.

Dos hechos han representado una revolución científicaDe las revoluciones de las esferas celestes, de Nicolás Copérnico, y la publicación de la obra de Darwin que cambiaron de manera dramática la historia de la humanidad.

Rosaura Ruiz afirmó que los postulados de Copérnico también se contrapusieron a los dictados religiosos de que la Tierra era plana y el centro del universo; en tanto que, en 1859, Darwin generó un gran cambio en el pensamiento de la humanidad, al demostrar que no somos el punto máximo de la creación y que somos simplemente una especie más, resultado de un proceso natural que no requiere de ninguna explicación sobrenatural. El ser humano no es el tope de la evolución. Esa idea es falsa, las bacterias y otras especies siguen evolucionando, hay especies que han aparecido después del ser humano, de manera que no somos el punto final ni máximo: somos una especie más que pudo o no haber existido, porque en la evolución hay mucho de azar.