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Las fuerzas armadas actuaron en conjunto con simpatizantes del gobierno central

Tropas toman el control de 7 puertos y aeropuertos de 4 regiones venezolanas

Acatan una polémica reforma legal y orden del presidente Hugo Chávez para reunificar la nación

Las instalaciones habían sido expropiadas por la burguesía y caudillos regionales, dice el mandatario

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Un soldado patrulla el muelle de Puerto Cabello, intervenido por el gobiernoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2009, p. 22

Caracas, 21 de marzo. Fuerzas militares venezolanas, apoyadas por simpatizantes del gobierno, tomaron hoy el control de siete puertos y aeropuertos de cuatro regiones del país, que en su mayoría han sido bastión de la oposición, acatando una polémica reforma legal y la orden del presidente Hugo Chávez a fin de reunificar a la nación.

Ahora tenemos el control de los puertos y aeropuertos, como debió ser siempre, del gobierno central, afirmó el mandatario. Aseveró, en medio de las protestas de los sectores políticos opositores, que dichas instalaciones habían sido expropiadas por la burguesía y por los caudillitos regionales a través de leyes violatorias del interés nacional.

Los uniformados ocuparon las terminales portuarias y marítimas de la ciudad petrolera de Maracaibo, la segunda en importancia del país en el estado de Zulia (oeste), las de los estados de Carabobo (centro) y Nueva Esparta (norte), que han estado bajo control de la oposición, así como el puerto de Guanta, en el estado oriental de Anzoátegui, gobernado por el oficialista Tarek William Saab.

A esta hora están bajo control del gobierno los puertos y aeropuertos y hay movimiento de apoyo del pueblo. Ésto va en beneficio de los trabajadores portuarios y los distintos ámbitos de la vida nacional, dijo Chávez.

Señaló que la medida se efectuó con normalidad y que los militares están orgullosos por lo que están haciendo. El presidente aseguró que la decisión busca reunificar la nación, que había sido “desmembrada y fracturada porque esa era la estrategia del imperio utilizando a los pitiyanquis”.

Aseveró: “Estamos reunificando la patria, que estaba hecha pedazos, por eso es que la oligarquía pitiyanqui reacciona como loca y llama a una rebelión popular. Yo soy el único que puede llamar a una rebelión popular. Ustedes pitiyanquis pueden llamar a una rebelión, pero una cosa es que llamen y otra que ocurra”.

La ocupación militar se basó en una reforma de la Ley de Descentralización que ordenó pasar puertos, aeropuertos y carreteras, que eran administradas por las gobernaciones y alcaldías, al control del gobierno central a través del Ministerio de Obras Públicas.

La medida aprobada por el Parlamento venezolano, dominado por el oficialismo, revirtió parcialmente la ley de descentralización expedida hace 20 años.

El presidente del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil, José Luis Martínez, dijo que la operación puesta en marcha en horas de la madrugada transcurrió sin incidentes y que las nuevas autoridades mantienen contacto con las administraciones anteriores.

A partir de ahora, citaron medios de prensa, el gobierno puede asumir el manejo de las autopistas, puertos y aeropuertos en los estados que estime necesario, e intervenir sus bienes y prestaciones de servicios públicos.

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Un empleado pinta de rojo un cartel y oculta la imagen del alcalde de Maracaibo y líder de la oposición, Manuel Rosales, en el puerto de esa ciudad, que fue tomado por militares por órdenes del presidente ChávezFoto Ap

La reforma fue rechazada por los gobernadores de la oposición, que gobiernan en cinco de los 22 estados venezolanos, además de la alcaldía metropolitana de Caracas, al considerar que la medida es ilegal y un arrebato del centralismo, pues sostienen que la misma Constitución Política les garantiza esas competencias.

En ese contexto, la entrada en vigor de la medida fue protestada por el Consejo Legislativo de Zulia, en sesión de emergencia en la que se propuso impulsar un referendo para consultar al pueblo si acepta o no su aplicación.

El presidente del Consejo Legislativo del estado de Zulia, Eliseo Fermín, rechazó la ocupación del aeropuerto internacional La Chinita y el puerto de Maracaibo y dijo que se trata de un hecho revestido de aparente ilegalidad.

Ésta es una patada a las leyes. La mejor demostración es que no utilizan la razón, usan la fuerza. Tenemos que denunciar que delincuentes vestidos de militares violentaron el aeropuerto y puertos de Zulia. Quien tiene la razón jamás llega un sábado a las 3 de la mañana a tomar las instalaciones que no le pertenecen, señaló.

Las tropas militares llegaron a las instalaciones junto con grupos de simpatizantes del gobierno central vestidos con camisetas rojas y gritando el lema oficial Patria, socialismo o muerte.

La toma de las sedes ocurrió luego de que el viernes los gobernadores opositores protagonizaron en Maracaibo una movilización de cientos de personas en apoyo al ex candidato presidencial Manuel Rosales, alcalde de esa ciudad, contra quien la fiscalía recién demandó su detención por presunto enriquecimiento ilícito en el sector público.

En otro plano, el presidente Hugo Chávez llamó a su homólogo estadunidense Barack Obama a tomar el camino del socialismo, al asegurar que la crisis económica mundial no tendrá solución dentro del sistema capitalista.

En una alocución este sábado destinada a anunciar una serie de medidas económicas para enfrentar la crisis en Venezuela, Chávez leyó varios artículos de prensa sobre la situación en Estados Unidos, especialmente en cuanto al aumento del desempleo.

Cuidado Obama y se te prende la revolución social en Estados Unidos, dijo el mandatario venezolano. Si necesitas una asesoría, coge para el socialismo. Mira el color de tu piel, para qué vas a estar ayudando a los ricos allá, o al imperio, prosiguió Chávez.

Estados Unidos y Venezuela mantienen tensas relaciones desde hace tiempo, que se agravaron con la expulsión del embajador estadunidense en Caracas el pasado septiembre, decisión que fue imitada de inmediato por Washington.

La expulsión del diplomático fue en solidaridad con el presidente boliviano Evo Morales, quien había declarado persona no grata al embajador de Estados Unidos en La Paz, al que acusó de estar detrás de una conspiración contra su gobierno.