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El escritor uruguayo y el autor nicaragüense recibieron el honoris causa por la UV

Cardenal es el profeta de la resurrección de la revolución sandinista: Galeano

El ex sacerdote subrayó la solidaridad de México en favor de esa gesta en su patria

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Ernesto Cardenal, Raúl Arias Lovillo y Eduardo Galeano, anoche en JalapaFoto Sergio Hernández Vega
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 27 de marzo de 2009, p. 4

Jalapa, Ver., 26 de marzo. Eduardo Galeano y Ernesto Cardenal recibieron ayer el doctorado honoris causa por la Universidad Veracruzana (UV).

El hecho fue motivo de sobra para la alegría y, sin embargo, fue imposible evitar que asomaran el enojo y la tristeza por lo que ocurre en Nicaragua, cuya revolución, ejemplar y esperanzadora en su momento, hoy se encuentra malherida y secuestrada por la dictadura familiar de Daniel Ortega, su mujer y sus hijos.

Galeano y Cardenal aludieron al tema en sus respectivos discursos al recibir la distinción.

El escritor uruguayo expresó su gratitud y también su alegría por compartir el doctorado con mi hermano Ernesto Cardenal, quien “ha sido y sigue siendo la voz de la revolución sandinista, que tanto nos ayudó a creer y querer, cuando era revolución y era sandinista y era una esperanza universal.

“Desde la isla mágica de Solentiname, donde Jesús comparte la mesa de los pescadores y ninguna cena es la Última Cena, el poeta sigue siendo, pese a quien pese, guste o disguste, el símbolo de esa revolución, y ahora es también el profeta de su resurrección.

“Porque ella, malherida por sus secuestradores, sigue viva, como vivos siguen los ríos que circulan debajo de la tierra, y tarde o temprano volverá a brotar.

La revolución, que supo unir la justicia y la libertad, se reconoce en el poeta que en sus palabras y en sus días une la tierra y el cielo.

En su turno, Ernesto Cardenal destacó la importancia que para él tiene que esta grandiosa investidura y este grandioso homenaje sean en México, el país donde hizo sus estudios universitarios y parte de su preparación para el sacerdocio.

Cardenal habló de la hermandad que une a Nicaragua y México y en seguida hizo un extenso, aleccionador y emotivo recuento de la vida de Sandino en este país, aquel “humilde obrero mecánico que vino a trabajar a los campos petroleros de Veracruz y Tampico, donde se formó políticamente en el sindicalismo libertario, la corriente sindical más militante y revolucionaria de México.

Aquí Sandino conoció el anarquismo clásico, se benefició de la campaña educativa nacionalista que impulsó José Vasconcelos en la década de los 20 y por todas estas influencias se declaró comunista nacionalista.

Así llegó hasta que Sandino fue asesinado por Anastasio Somoza padre, cuyo hijo sería derrocado 50 años después por la Revolución sandinista, una revolución inspirada en Sandino, que se había inspirado en México.

Esa revolución triunfó, y recibió una gran solidaridad del mundo entero, muy particularmente de México (en la persona de su Presidente y del pueblo entero). Y esa solidaridad aún se mantiene a pesar de la Revolución Perdida, y prueba de ello es también este homenaje.

Dictadura familiar

El acto se llevó a cabo en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de la Universidad Veracruzana.

Numerosa la audiencia, se mostró entusiasta con los galardonados. El rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, entregó las medallas y los diplomas que simbolizan la distinción.

A Eduardo Galeano lo presentó Jaime Avilés, escritor y periodista de este diario. Hizo una cálida semblanza biográfica del uruguayo, apuntó aspectos poco o nada conocidos de su vida y dio claves para la lectura y comprensión de su obra.

Las cosas que Avilés dijo no las saben todos los lectores de Galeano, “porque forman parte de Días y noches de amor y de guerra, de todos sus libros mi favorito, aunque también el menos conocido en México, a juzgar por su corto número de reimpresiones en Ediciones Era (iban 11 en 2005), que no son nada comparadas con las que han acumulado a la fecha su temprano clásico, Las venas abiertas de América Latina, los tres tomos de Memoria del fuego, El libro de los abrazos y El futbol a sol y sombra”.

El encargado de presentar a Cardenal fue el poeta argentino Jorge Boccanera.

Al final de la ceremonia, el sabor seguía siendo agridulce. Así quedó patente cuando, en breve conferencia de prensa ofrecida por ambos galardonados, a pregunta expresa Cardenal dijo enfáticamente que el actual gobierno nicaragüense no es de izquierda, no es revolucionario, no es sandinista: es una dictadura familiar del presidente Daniel Ortega, de su mujer y sus hijos.

Y como es una dictadura, no puedo seguir hablando porque habría represalias en cuanto regrese, así es que no me pidan más detalles porque voy a regresar, porque no voy a estar en el exilio.