Opinión
Ver día anteriorDomingo 29 de marzo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en Paz?

Rencontrar otros Méxicos

S

ecuestrado nuestro país por los listillos del exitismo subdesarrollado, monopólico, mentiroso y abusivo, en complicidad con funcionarios y legisladores, a la ciudadanía no le queda sino reflexionar, buscar, crear y actuar, de preferencia lo más unida y coordinada posible, ya que un país rebasa a quienes lo explotan.

El pasado jueves, en el Casino Español de Isabel la Católica 29, en el Centro Histórico, Sergio Mondragón y Julio Téllez presentaron un libro de arte verdaderamente excepcional, nada más –y nada menos– con el título José Reyes Meza, que ofrece una espléndida y variada selección de la rica y enriquecedora obra del gran pintor tamaulipeco (Tampico, 1924), gracias a otra feliz iniciativa del editor taurino Francisco Javier Fernández Soto.

Reyes norteños, me parece que así como don Alfonso lo ha sido en la literatura, don José lo es en la pintura, habida cuenta de la productividad de ambos y de que el arte exige de los creadores no sólo inspiración, originalidad y técnica, sino además inteligibilidad, esa difícil condición que hace a la obra de arte entendible y disfrutable sin necesidad de ser académico o crítico de arte.

En formato de 28.5 por 29.8 cm y camisa con un intenso retrato de Zapata en la portada, a lo largo de 178 páginas el libro irradia una mexicanidad desbordada y reivindicada a través de colores, sabores, humores, fragores, olores e incluso temores, pues el maestro Reyes Meza es de los pocos artistas plásticos mexicanos que se han atrevido a abordar el hoy políticamente incorrecto –¿por decisión de quiénes?– tema de la tauromaquia con una propuesta personal e impactante.

Bien dice Mondragón en su poema Frescura de la pintura, dedicado al artista: “…en el ritmo huasteco de tus manos que pintan/ canta todo lo que somos/ canta todo lo que quisiéramos ser;/ todo lo que México tiene vivo bajo sus mataduras/ se ha refugiado en tus pinceles…” En efecto, refugio y rescate de lo nuestro en este soberbio libro, mal que les pese a los globalizonzos de la falsa modernidad.

Por razones de espacio, en la columna sobre la memorable corrida de Pachuca quedó fuera esto: Espectáculo adicional constituyeron las dos calesas tiradas por imponentes percherones negros, así como las guitarras del grupo flamenco que animó la función, incluso durante las faenas. Son conceptos nuevos de servicio y mercadotecnia taurinos que algunas empresas, como Protamex, empiezan a aplicar.