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Respuesta a Jorge Erdely
D

an ganas de retomar a un clásico: ¿Y yo por qué? En la extensa entrevista que Marco Lara Klahr le hizo en Nueva York la semana pasada a Jorge Erdely (El Universal, 31 de marzo/1º de abril), éste hizo varias afirmaciones sobre mí que voy a responder. Pero antes bien vale la pena darle espacio a una consideración sobre la fuente que hizo del conocimiento público los abusos del sacerdote Marcial Maciel.

En el párrafo inicial de la citada entrevista se lee lo siguiente: Se esfumó virtualmente hace casi una década tras ser la voz que permitió que la sociedad conociera, entre 1997 y 1998, de los abusos, manipulaciones y comportamientos sórdidos y delincuenciales de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, y Samuel Joaquín, apóstol de La Luz del Mundo. Dijo que estudiaría en la Universidad de Oxford, sugiriendo que era, en parte, un autoexilio para eludir represalias de ambos líderes religiosos.

En el caso Maciel la denuncia periodística original aparece el 23 de febrero de 1997 en el Hartford Courant, de Connecticut. Los nueve que se atrevieron a revelar la depredación sexual que padecieron y callaron por tantos años fueron: Félix Alarcón Hoyos, José de Jesús Barba Martín, Saúl Barrales Arellano, Arturo Jurado Guzmán, Fernando Pérez Olvera, José Antonio Pérez Olvera, Juan José Vaca Rodríguez, Juan Manuel Fernández Amenábar y Alejandro Espinosa. Este último así lo afirma en su libro El Legionario (Editorial Grijalbo, 2003).

Al inicio, en México el creciente escándalo recibió atención por algunos medios, pero fue La Jornada el periódico que más cobertura le concedió. Del 14 al 16 de abril de 1997, en un reportaje seriado, Salvador Guerrero Chiprés detallaba la pederastia de Marcial Maciel. También en La Jornada, el 10 de mayo de ese mismo año, Jaime Avilés advertía (en su columna El Tonto del Pueblo) de la amenaza por parte de Lorenzo Servitje al Canal 40 de cumplir el retiro publicitario de su compañía Bimbo si la televisora transmitía el anunciado documental acerca de las trapacerías sexuales de Marcial Maciel. El Canal 40 puso al aire el programa y dejó de percibir una intención publicitaria de casi medio millón de dólares por parte de Bimbo.

Fue el valor y la perseverancia de los nueve denunciantes, junto con la decidida participación de pocos medios impresos y uno televisivo, la plataforma que permitió en nuestro país que poco a poco la opinión pública pudiera enterarse de los horrores perpetrados por Marcial Maciel, no la voz de Jorge Erdely.

Donde sí tuvo participación al abrir el caso al escrutinio público fue en el del dirigente de La Luz del Mundo, Samuel Joaquín Flores, cuando hacia finales de mayo de 1997 sostuvo un debate, en el programa Detrás de la noticia, de Ricardo Rocha, con dos representantes de La Luz del Mundo, a los que exhibió, en particular a uno de ellos, el diputado del PRI Rogelio Zamora. Por otra parte, de nueva cuenta La Jornada se había ocupado del caso de Samuel Joaquín en la tercera semana de mayo del año indicado, el autor de los reportajes fue Salvador Guerrero Chiprés. Quien la semana pasada entrevistó a Jorge Erdely en Nueva York, Marco Lara Klahr, publicó (El Universal, 20 y 21 de mayo de 1997) testimonios de personas abusadas sexualmente por Samuel Joaquín. Ignoro si la fuente inicial o contacto con los denunciantes del dirigente de La Luz del Mundo fue Jorge Erdely, porque ni Guerrero Chiprés y tampoco Lara Klahr lo citan en sus reportajes.

Jorge Erdely se ocupa de mí en la entrevista neoyorquina en los siguientes términos. “Hay sectores de la derecha interesados en mantener distraída a la opinión pública de eventos como la hija de Maciel, que no aparece por ningún lado ni se menciona en televisión, mientras está construyéndose la mitología de ‘Los Perfectos’. (…) Y existen otras descalificaciones de índole religiosa: Carlos Martínez García, columnista de La Jornada (…) es pastor en una iglesia menonita (…) y se dedica a descalificar la labor del instituto –que dirige el entrevistado– a través de una columna oportunista… porque de tiempo es conocida su cercanía con La Luz del Mundo”.

Nos queda poco espacio y respondemos sucintamente: 1) me considero de izquierda y no deseo una opinión pública distraída, sino crecientemente informada. Me referí a la por muchos años escondida hija del legionario mayor en el artículo Marcial Maciel: simulador y fariseo (La Jornada, 11 de febrero de 2009); 2) en otro escrito de mi autoría (Casitas sin hogar, La Jornada, 11 de marzo pasado), le di espacio a las consideraciones de dos personas que alcanzaron puestos dirigentes en Casitas del Sur y la Iglesia Cristiana Restaurada, Elvira Casco Majalca y Eduardo Escamilla. Ambos han aportado información sobre la ligazón entre el refugio infantil y la organización eclesiástica. Eduardo Escamilla, con 13 años en la ICR, afirma categóricamente que el líder moral de la misma es Jorge Erdely. Por cierto que extrañamente Erdely simplemente calla frente a los contundentes señalamientos de Eduardo Escamilla, autoexiliado en Venezuela, quien es su principal crítico y ha dado varias entrevistas, sobre todo en radio, acerca del vínculo que tuvo con Erdely y las razones por las que rompió con él en carta de renuncia fechada el 12 de noviembre de 2007. ¿Por qué el silencio de Erdely a los duros señalamientos de Eduardo Escamilla?

Seguimos con nuestro numeral: 3) no puede ser, como afirma Erdely, conocida mi cercanía con La Luz del Mundo, porque la misma simplemente nunca ha existido ni existe. En la revista Lectura Alternada (julio-agosto de 1997, pp. 23-24) escribí un artículo titulado Líderes religiosos y abuso sexual. En el mismo tracé un paralelismo entre Marcial Maciel y Samuel Joaquín. De las varias coincidencias conductuales entre esos líderes religiosos señalé entonces: “Los dos oficialmente instruyen a sus seguidores acerca de guardar abstinencia sexual, y de que el único espacio permitido para romperla es el de las relaciones matrimoniales heterosexuales. Sin embargo, al través de argumentaciones extraordinariamente semejantes entre sí, Marcial Maciel y Samuel Joaquín se han aprovechado de su posición para abusar sexualmente de sus subalternos, quienes son coaccionados y/o convencidos por los colaboradores del líder para que acepten el privilegio de contribuir a aliviar la debilidad de la carne del santo varón (Samuel) y de mon père (Maciel)”. ¿Dónde está mi cercanía con La Luz del Mundo?

Va la parte final de mi respuesta; 4) no me dedico a descalificar la labor del instituto que dirige Erdely, como él dice. Ocupo mi tiempo en otros asuntos que considero mejores causas; 5) soy menonita, pero no vendo quesos, ni visto overol, y tampoco uso sombrero, ¡ah, y le voy a los Pumas de la UNAM!