Economía
Ver día anteriorSábado 11 de abril de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Guerra por el agua, real posibilidad

Crece en el mundo el número de habitantes sin acceso al líquido

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uienes vaticinan una no muy lejana guerra por el agua no están apartados de la realidad. El panorama mundial en este renglón es desolador, y todo apunta hacia la citada conflagración si los gobiernos no reaccionan y orientan sus esfuerzos no sólo al cuidado del líquido, sino al de sus beneficiarios inmediatos, los habitantes del planeta.

En este sentido, el Banco Mundial nos obsequia el siguiente paseo temático: el desafío que enfrenta el mundo en materia de agua es desalentador. Cerca de mil 100 millones de personas carecen de acceso al agua limpia. Dos mil 600 millones adicionales no cuentan con saneamiento básico, por ejemplo retretes. Y según el World Water Council, en 2015 alrededor de 3 mil 500 millones de personas vivirán en lugares donde el agua escasea o habrá comenzado a escasear.

En agricultura, sector que representa cerca de 70 por ciento del uso mundial del agua, es crucial mejorar la ordenación de las aguas, ya que el acceso a agua y riego incide fuertemente en la productividad de la tierra y la estabilidad de los rendimientos. De hecho, la agricultura en tierras de regadío es más de dos veces más productiva que la agricultura en tierras de secano. Sin embargo, en África, al sur del Sahara, sólo 4 por ciento de las tierras productivas cuentan con regadío, mientras que cifra es de 39 por ciento en Asia meridional y de 29 por ciento en Asia oriental.

Alrededor de 20 por ciento de la electricidad mundial se genera a partir de energía hidroeléctrica, así como 90 por ciento de toda la electricidad que proviene de fuentes renovables. Y si bien Europa y América del Norte aprovechan alrededor de 70 por ciento de su potencial hidroeléctrico, en el mundo en desarrollo sólo se explota alrededor de 20 por ciento (en África sólo 7 por ciento). La energía hidroeléctrica será un factor importante en la respuesta al cambio climático, tanto como fuente de energía con bajas emisiones de carbono como en el manejo de situaciones extremas a través del almacenamiento de agua.

La protección de las fuentes de agua, como cuencas, zonas de recarga de acuíferos y humedales, es fundamental para asegurar la disponibilidad de este recurso para sus múltiples usos. La ordenación ambientalmente sostenible de ríos, lagos, acuíferos, humedales y estuarios exige equilibrar los beneficios netos que se obtienen del uso del agua en otros sectores con los beneficios netos que proporcionan los ecosistemas saludables de agua dulce. El nivel de protección que debe otorgarse a cualquier ecosistema de agua dulce es una decisión que deberá basarse en sólidas políticas públicas e investigaciones científicas. La meta es respaldar la toma de decisiones y la inversión en conservación y gestión ambiental sustentándose en los antecedentes recabados.

La explotación y ordenación de los recursos hídricos sigue siendo un factor fundamental de los esfuerzos en pos del crecimiento, el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza. Esta tarea requiere fuertes inversiones en infraestructura, instituciones y capacidad de gestión del sector hídrico. Los países en desarrollo, con poca capacidad institucional e infraestructura relacionada con el agua, son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, la urbanización, el cambio en el uso del suelo y las modificaciones en la estructura del comercio mundial.

Se requiere disponer de un programa integral de asistencia en el sector que permita aumentar progresivamente la ordenación de los recursos hídricos y la construcción de infraestructura para mejorar la seguridad hídrica y energética. “El Objetivo de Desarrollo del Milenio según el cual se debe reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso sostenible a agua potable antes de 2015 es una tarea monumental. A medida que la población mundial se triplicó en el último siglo, el uso de agua aumentó el doble y por lo tanto, se sextuplicó durante el mismo periodo. De los 6 mil millones que existen hoy en día, se espera que en 2025 la población humana llegue a 8 mil millones de personas. Al mismo tiempo, la Comisión Mundial del Agua pronostica que el uso del agua se duplicará en 30 años. En consecuencia, en 2025, unos 4 mil millones de personas –la mitad de la población mundial– podría vivir en condiciones de grave escasez de agua”.

Para el caso de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial estima que de los 510 millones de habitantes de la región, alrededor de 56 millones no tienen acceso a agua limpia, y otros 132 millones carecen de servicios de saneamiento adecuados. Si bien el agua no es un elemento tan escaso como en otras áreas del mundo, en muchos lugares latinoamericanos es difícil encontrar agua limpia. Existen poblados y ciudades donde la gente debería contar con sistemas de suministro de agua corriente y alcantarillado para recolectar las aguas residuales, con necesidades urgentes. Por ejemplo, 26 millones de habitantes de zonas urbanas no tienen fuentes de agua mejorada y cerca de 50 millones carecen de servicios de alcantarillado. Muy a menudo, los más pobres compran agua a precios altísimos desde camiones que la llevan a sus asentamientos sin conexión. De hecho, los pobres del mundo en desarrollo pagan en promedio 12 veces más por litro de agua que los ciudadanos conectados al sistema de cañerías. En los tugurios de muchas ciudades, el costo del agua se lleva una gran proporción del gasto familiar. Un caso es Puerto Príncipe, Haití, donde significa 20 por ciento.

La falta de alcantarillado o de instalaciones adecuadas de tratamiento y eliminación de los desechos puede traer también fatales consecuencias para la salud y el medio ambiente. En Brasil, por ejemplo, donde existe una enorme disparidad entre ricos y pobres en términos del nivel de cobertura y la calidad de los servicios, menos de 20 por ciento de las aguas residuales recibe tratamiento y eliminación adecuada; el resto se vierte a los cuerpos de agua más cercanos. Y México está por debajo de esta nación sudamericana.

Las rebanadas del pastel

De esa proporción es lo pasajero del angustiante problema del agua en el mundo, del que obviamente México no escapa, por muchas albercas que se construyan. Movidísima la semana entrante, con la decisión sobre la nueva refinería (si es que el inquilino de Los Pinos no promueve otro foro) y la llegada de Barack Obama, con todo y Banamex.