Opinión
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México SA

Cápsulas de memoria

Información, no sopa de letras

Chistes de Calderón y SG

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El ex presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún. Imagen de archivoFoto Notimex
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esulta saludable que de vez en vez instituciones como la Auditoría Superior de la Federación repartan documentadas cápsulas de memoria para que los mexicanos no olviden qué tipo de bichos los gobiernan, representan, trabajan por ellos y cuidan sus intereses. La más reciente de ellas, publicada por La Jornada el pasado sábado, dice así: con Fox, los peores resultados económicos en 18 años; crecimiento promedio de 2.3 por ciento, pese a contar con fondos extraordinarios sin precedente; serios retrocesos en generación de empleo, competitividad, apoyo al agro y deuda pública; en el sector energético, mayor dependencia del exterior y cada vez más endeudamiento.

Ese es el resultado concreto del gobierno foxista y de la democracia panista (de, para y por los empresarios, según renovada definición del término, creación del propio presidente del cambio). La nota de La Jornada, firmada por Roberto Garduño, redondea: “la Cámara de Diputados recibió el dictamen con las conclusiones de la fiscalización de la Cuenta Pública de 2006, último año de gobierno de Vicente Fox –que será debatida en el pleno la semana próxima–, en el cual se establece que en dicho periodo los ingresos adicionales de que dispuso la administración panista ascendieron a 310 mil millones de pesos y el crecimiento del producto interno bruto fue de sólo 2.3 por ciento al año. Ese hecho significó que el foxismo arrojó en los principales sectores productivos del país los peores resultados en el ejercicio de recursos. La economía mexicana creció entre 2000 y 2006 a un ritmo de 2.3 por ciento, mientras con Carlos Salinas a 3.9 en promedio al año y con Ernesto Zedillo a 3.5, a pesar de la crisis en 1994-1995” (de 0.34 por ciento con Miguel de la Madrid y de 0.9 por ciento en los primeros cuatro años de Calderón, según sus propias estimaciones, catarrito incluido, añade México SA).

Qué bueno que distribuya esas documentadas cápsulas de memoria, sobre todo ahora que los desmemoriados mexicanos, televisión de por medio, están a punto de elegir a los futuros diputados federales (más algunas gubernaturas, congresos estatales, ayuntamientos, presidencias municipales y jefaturas delegacionales, en el caso del Distrito Federal), cuyas candidaturas fueron democráticamente impuestas a los ciudadanos por los mismos partidos políticos que ellos financian.

Sin embargo, tales cápsulas deberían ser permanentes y con mayor contexto (ser de amplio espectro, como algunos bactericidas), con el fin de evitar que en el futuro mediato e inmediato, los que supuestamente deciden cometan el error (repetido a lo largo de las últimas nueve elecciones, intermedias y federales), es decir optar por los mismos fulanos, o sus hijos, que en las tres décadas inmediatas han hundido al país, pero que cada que hay comicios aseguran que ellos son los únicos capaces de sacarlo del hoyo, para hundirlo más en los hechos.

Por ejemplo, las multicitadas cápsulas deberían incluir el exitoso historial de las pasadas cuatro administraciones gubernamentales (de Miguel de la Madrid a Fox), sobre todo en materia económica y de beneficios sociales, y llevar puntual registro de los logros del gobierno en turno (Calderón). Así, los ciudadanos tendrían un sólido punto de referencia, no para saber quién ha sido el mejor, sino para constatar quién ha sido el peor. Así, con dicha contextualización lo primero que saldría a relucir es que en lo económico y en lo social el país ha caído en rigurosa picada, de más a menos, o si se prefiere como en conteo de nocaut (¡…4, 3, 2, 1, 0… fuera!). En sentido contrario, podrían tener a la mano cómo se ha ido incrementando el cada día más costoso aparato electoral, financiado por los mexicanos, que va desde el mayordomo de las televisoras, el IFE, a las mafias políticas, sin olvidar esos jugosos negocios familiares y tribales pomposamente llamados partidos políticos.

Ese es el tipo de información (sólida, documentada) que debería fluir y difundirse amplia y permanentemente en cada proceso electoral para que, a falta de memoria, los ciudadanos tuvieran herramientas con qué decidir su voto, o de plano abstenerse como única forma real de protesta y hartazgo que la ley en la materia permite a los electores, es decir, a quienes pagan la fiesta y el negocio. Ese es el tipo, no las sopas de letras, los reality shows organizados por la fábrica de sueños, ni el indiscriminado bombardeo de propaganda hueca.

Eso es: información, no propaganda, aunque de ser así el país corre el riesgo de verse en la penosa necesidad de ejercer la democracia.

Las rebanadas del pastel

Y mientras la Secretaría de Gobernación se dedica a los chistes (es absolutamente falso que el primer mandatario haya efectuado acciones de activismo político a favor de algún partido (PAN) o candidato (panista); siempre se ha conducido con respeto irrestricto al clima democrático de equidad, transparencia y legalidad del proceso electoral), y algunos lectores recuerdan el que Felipe Calderón contaba en su campaña de 2006 (lo que los mexicanos queremos es progresar en paz, ¡y yo sé cómo!: con empleos y no con deudas; con inversiones y no con crisis económicas; por eso voy a ser el presidente del empleo), van más denuncias sobre el problema del agua: “somos un grupo de vecinos de Tecámac, estado de México, afectados por la sobre explotación del acuífero Cuautitlán-Pachuca. Sabemos que el proyecto denominado Ciudad Bicentenario implica la creación de un millón de viviendas en nuestro municipio, lo que nos parece un proyecto sin sustentabilidad, debido sobre todo a la falta de políticas hídricas que permitan la debida recarga de los mantos freáticos. Sabemos de la existencia de un decreto de veda de fecha 21 de julio de 1954 y publicado el 19 de agosto de 1954 que prohíbe expresamente otorgar más concesiones para perforar pozos, y que tristemente se lo pasan por el arco del triunfo. Contamos también con un informe denominado Determinación de la disponibilidad de agua en el acuífero Cuautitlán-Pachuca, estados de México e Hidalgo de la Comisión Nacional del Agua, de fecha 30 de abril de 2002, cuya conclusión dice textualmente: ‘la cifra indica que no existe volumen disponible para nuevas concesiones en la unidad hidrogeológica denominada Acuífero Cuautitlán-Pachuca, estado de México e Hidalgo’. Por la defensa del agua, la tierra y el lugar donde vivimos” (Mateo Martínez Urbina, Ricardo Ovando Ramírez y Juan Carlos Garcés Rojas, [email protected]).