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Poetas y artistas de los países musulmanes han sido víctimas del integrismo, deplora

Llama Nacer Wabeau a la reconciliación entre culturas

De las naciones de América Latina podemos aprender la aceptación del mestizaje, manifiesta el escritor argelino a La Jornada

Participó en el encuentro Rostros de la Francofonía

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Nacer Wabeau, ayer, durante la entrevista con La Jornada. El escritor expresó el deseo de que en su país, Argelia, se pudiese construir una Plaza de las Tres CulturasFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de abril de 2009, p. 3

Para el escritor argelino Nacer Wabeau (Tizi Ouzou, 1959), describir las diferencias entre los países musulmanes y los occidentales como un choque de civilizaciones, resulta indignante porque sólo muestra una imagen estigmatizada que todo lo reduce al integrismo, como si no existieran nuestros poetas, nuestros artistas, nuestros cantantes, nuestros escritores laicos, que también han sido víctimas del integrismo y del terrorismo.

Algunos sólo quieren ver una imagen estigmatizada del mundo musulmán. Y de nuestra música, ¡qué!, ¡nuestras artes y letras!, y nuestros poetas que cantan al amor y la libertad, los temas universales que habitan el corazón de cada ser humano.

En la década de los 90 –relata en entrevista con La Jornada– Argelia vivía una situación excepcional en África y el mundo árabe, se respiraba un aire de libertad, había partidos políticos de diversas tendencias, una prensa libre y crítica, los argelinos exiliados empezaron a volver al país, comenzábamos a creer que la democracia no era sólo un sueño.

Pero surgió el Frente Islámico de Salvación (FIS), un partido religioso al que muchos compararon con los movimientos nazi y el fascista porque pregonaba abiertamente su ideología radical y el odio a la diferencia.

En 1992 estalló la violencia y el sueño democrático se esfumó. Murieron 150 mil personas y en un solo año el integrismo mató a 56 periodistas, entre ellos varios amigos de Wabeau.

Uno de ellos, Tahar Djaout, escritor y periodista, asesinado en mayo de 1993, plasmó en un poema su rechazo al silencio impuesto. Esta es la traducción de Wabeau: El silencio es la muerte/ Y tú, si hablas vas a morir/ Si te callas, vas a morir/ Entonces, habla antes de morir.

Crear lazos entre África y AL

Nacer Wabeau tiene una maestría en filosofía por la Université Paris I Panthéon-Sorbone y otra en literatura por la Universidad de Costa Rica, país donde reside actualmente. Su tesis en esta última se titula Carlos Fuentes: el discurso histórico en La muerte de Artemio Cruz.

Además de múltiples ensayos y artículos, también es autor de una novela en español, Sin voz ni techo, que tiene como tema los niños en situación de calle.

Wabeau se encuentra en México donde participó en las actividades de Rostros de la Francofonía, encuentro auspiciado por la embajada de Francia.

En ese contexto ofreció dos conferencias, una en las instalaciones del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), justamente sobre el tema de su novela, y otra en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuyo tema fue Diversidad cultural y lingüística de Argelia.

El escritor entrevistado se asume como un puente entre diferentes culturas: soy argelino por nacimiento y costarricense también. Y como tal hace un llamado a promover el intercambio cultural entre los países de África y los países latinoamericanos, para conocernos mejor y aprovechar nuestras experiencias; nosotros podemos aprender de ustedes cosas como la aceptación del mestizaje.

“En mi país la convivencia de las tres culturas –árabe, bereber y francesa– es muy difícil; en México ustedes construyeron la Plaza de las Tres Culturas (en Tlatelolco), me gustaría que se construyera una así en Argelia, porque somos un pueblo bereber, árabe y también un pueblo francófono.”

Acercamiento a la obra de Paz

De las tres lenguas, prosiguió el escritor argelino, “la árabe es la nacional oficial, los bereberes, que son un tercio de la población se resienten por eso, porque su lengua es nada más lengua nacional pero no está reconocida oficialmente; y la lengua francesa, que es la del trabajo también se dice que es la lengua del colonizador y entonces hay que borrarla.

“Creo que es tiempo de la reconciliación, del diálogo entre culturas; es nuestro deber, como intelectuales, gritar que es el momento del diálogo y de la amistad entre las culturas: somos orgullosamente argelinos, árabes, bereberes y francófonos.

Por lo menos ese es mi punto de vista; claro, otro argelino va a decir que eso de lo francófono hay que eliminarlo.

Pero, continúa Nacer Wabeau, una cosa es el sistema colonialista francés, que mi padre lo sufrió y estuvo en la cárcel, y otra es la cultura; un escritor como Jean-Paul Sartre sufrió atentados por apoyar la independencia de Argelia.

El autor francófono asegura que, independientemente de las razones profesionales y académicas, no necesita una razón oficial para venir a un país que amo y me fascina por su gente, su historia, su cultura.

Cuando elaboró su tesis sobre Carlos Fuentes, la lectura de su obra me hizo conocer a autores como Octavio Paz.