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La vacuna estacional no tiene efecto preventivo, declaró la OMS

El virus causante de la epidemia de influenza en el país es nuevo

Producir otro biológico eficaz tardaría hasta un año, dicen especialistas

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Esta imagen obtenida de una micrografía TEM presenta una muestra del virus de influenza porcina tipo AH1N1 de un brote que surgió en 1976Foto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de abril de 2009, p. 3

El virus causante de la epidemia de influenza en México es nuevo. Corresponde a la cepa AH1N1 y es producto de la mezcla de los genes de un virus de la gripa de los cerdos y de otro que afecta a seres humanos. Es de agresividad –virulencia– intermedia y aún falta que los científicos determinen la capacidad que tiene para transmitirse entre las personas.

Durante la recién concluida temporada invernal, el subtipo viral de la influenza de humanos AH1N1 circuló al mismo tiempo que las cepas AH3N2 y la Florida del tipo B. Contra éstas se fabricó la vacuna preventiva de la enfermedad, la cual se administró a partir de octubre y hasta diciembre de 2008, a los sectores vulnerables de la población: niños menores de tres años de edad y adultos mayores de 60.

El objetivo fue evitar las complicaciones de la influenza, que en estos grupos poblacionales suelen ser letales.

El componente porcino del virus es inmune

Con el hallazgo de la nueva cepa viral, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la actual vacuna no es efectiva para prevenir la infección, dado que sólo atacaría una parte del germen, la que corresponde al virus que afecta a los seres humanos y no el componente porcino.

La producción de un biológico efectivo contra esta variante viral tardará entre seis y 12 meses, según especialistas.

La información oficial señala que el virus de influenza porcina se ha localizado en al menos 20 de las 68 personas que han fallecido en México a causa de las complicaciones de la infección en la actual contingencia. El resto ha sido víctima de las cepas que tradicionalmente afectan a los seres humanos.

El componente porcino corresponde a la especie euroasiática, por lo que se originó en aquella zona del mundo, mutó y fue transportado por algún individuo a otras regiones, donde luego empezó a reproducirse, informó ayer el secretario de Salud, José Ángel Córdova.

Indicó que algunos casos de virus de influenza porcina se registraron en 1976 y 1988 –en un par de estados de Estados Unidos–, pero no se extendieron.

Ahora, en 2009, se tiene registro de siete personas afectadas por la nueva cepa AH1N1 en California y Texas, cuya identificación fue posible en laboratorios estadunidenses y de Canadá.

Los síntomas de este tipo de influenza son similares a los de la estacional (de invierno), que incluyen fiebre de más de 38 grados centígrados, cansancio (postración y debilidad), catarro, tos seca, irritación de los ojos, dolor de cabeza y muscular, por más de tres días. La mayoría de los enfermos se recuperan al cabo de este tiempo con tratamiento antiviral, para el control de los síntomas, además de ingesta de líquidos y reposo.

Muertes por neumonía bacteriana

El problema surge cuando la afección aumenta de intensidad, permanece más tiempo del señalado y, sobre todo, si se presentan signos de alarma, como tos muy intensa y con un poco de sangre.

La mayoría de adultos sanos pueden infectar a otras personas un día antes de que aparezcan los síntomas y hasta cinco días después de enfermarse.

Entre las complicaciones más comunes se encuentran las infecciones de oído, sinusitis y deshidratación, y en los casos más graves, neumonía bacteriana. Este último padecimiento es el que ha ocasionado los decesos registrados en México en los días recientes.

La presencia de influenza también contribuye al agravamiento de enfermedades crónicas, como insuficiencia cardiaca congestiva, asma y diabetes.