Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 26 de abril de 2009 Num: 738

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Afganistán: una balada de Theodor Fontane
RICARDO BADA

Dos poemas
NIKIS KARIDIS

Italo Svevo y La conciencia de Zeno
ANNUNZIATA ROSSI

Martin Buber: ética y política
SILVANA RABINOVICH

Israel-Palestina: una tierra para dos pueblos (fragmento)
MARTIN BUBER

Un poco de color y buenas actuaciones
RAÚL OLVERA MIJARES

La Iglesia y el muralismo en Cuautla: cincuenta y siete años de censura
YENDI RAMOS

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Jorge Moch
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Bazofias de National Geographic

Hay quien dice que mi antiyanquismo, es decir, mi repulsa a esa faceta del imperio de ser precisamente así, imperialista, de imponer su ley, es una ridiculez. Que no vea todo el tiempo moros con tranchete, dicen; que no sea sospechosista y que ya le baje a la “complotitis”. Pero entonces sale el canal televisivo de la National Geographic Society, aquella revista que mi abuelo coleccionó desde 1940 hasta el día de su muerte, mejor conocido como NatGeo, y airea un evidente desprecio al “tercer mundo”: Hace un par de semanas NatGeo transmitió un presunto documental, parte de una serie que se llama Banged abroad (que podemos traducir libremente como Apañado en el extranjero) que trata de ciudadanos casi siempre ingleses o etadunidenses que, porque el mundo es una mierda injusta con el pueblo elegido de dios, un día tienen la desgracia de caer en la chirona del mundo subdesarrollado. El capítulo de marras se titula México: la historia de Scott y Lucy.

El 24 de septiembre de 2004, los ciudadanos británicos Lucy Baker y Scott Campbell fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México porque llevaban consigo más de quince kilogramos de cocaína adquiridos en Costa Rica que pretendían meter a Holanda. Su vuelo desde San José –donde nadie los revisó supuestamente porque todo estaba arreglado– al aeropuerto de Amsterdam hizo, empero, escala en México, y acá la cocaína fue detectada y ambos detenidos en flagrancia, remitidos al Ministerio Público y sometidos a proceso. Sólo que a las sociedades primermundistas poco o nada le gusta que sus súbditos sean sujeto de proceso penal, aunque criminales sean, en paisitos pobretones como el nuestro. Nunca falta el perverso hijo de la chingada, si se me perdona el exabrupto patriotero, al que se le ocurre pintar a un par de narcotraficantes como corderitos en el matadero y decir, sin atreverse a decirlo porque en la hipócrita forma está el detalle, que por culpa de México, otra vez México, dos hijitos de su imperialista lo están pasando muy mal. O sea que lo importante no es que la autoridad mexicana por una vez haga su trabajo y meta a la cárcel a quien trasiega droga, sino que la gente rubia y angloparlante (o de francófonos decires) no debe pisar una cárcel mexicana porque ellos lo dicen. Punto. Los narcos deben ser todos prietos, panzones y cantar rancheras.

El documental es producido para NatGeo por Dimitri Doganis y Bart Layton, de Raw tv (tv Cruda), una empresa conocida por el amarillismo de sus producciones. Mucho se enfoca en recrear con actores presuntas escenas escalofriantes del momento en que la pareja inglesa es detenida en el AICM; en que a Campbell los funcionarios judiciales le mandaron hacer una búsqueda de cavidades corporales; en que los policías mexicanos tenían “sonrisas horribles”. Pero calla que se les dio buen trato, que su proceso penal fue justo, que hubo presencia de autoridades consulares. Que se les sorprendió en pleno acto delictivo, caramba. En cambio, refuerza el cuento de la defensa por demás ridícula: dos locuelos inglesitos se quedaron sin fiesta en Ibiza y terminaron siguiéndola en Amsterdam. Fueron abordados por un tipo que les ofreció cinco mil euros y quince días de vacaciones con todo pagado en Costa Rica a cambio de llevar a Amsterdam la nadería de cinco kilitos de mariguana; que unos tipos malvados les cambiaron los cinco de mota por algo así como diecisiete de cocaína de pureza letal. Que ellos no sabían nada. Que todo lo decidieron en un “volado”, porque así son los muchachos ingleses. Qué cuento más estúpido: así hubieran sido los cinco de hierba, han confesado premeditación y alevosía. A ver quién enjuicia la moneda que decidió su cruel destino… Nada dice finalmente el programa de que Baker en Santa Marta y Campbell en el Oriente viviesen en condiciones infrahumanas, porque tal cosa, al menos en su caso, no existe. Suerte tuvieron de no ser recluidos en Matamoros, o en el penal de La Mesa…

Poco hacen este tipo de programas para acabar con el racismo y los prejuicios que padecemos los latinoamericanos y particularmente los mexicanos. De nada sirven buenas intenciones, cuando las hay, en las esferas políticas y diplomáticas si la televisión, sus ejecutivos y publicistas siguen empeñados en hacer de países como el nuestro estereotipos que ayer fueron pintorescos y hoy, amén de la horrible realidad que ya llevamos a cuestas, resultan espeluznantes. Yo por lo pronto no les voy a renovar la suscripción a la revista. Lástima.