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Envía a los cerdos a rastros del valle de México, Veracruz y la península de Yucatán

Informe oficial desmiente que Granjas Carroll produzca para exportación
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 5 de mayo de 2009, p. 8

Jalapa, Ver., 4 de mayo. Desde 2000, la empresa trasnacional Granjas Carroll ha producido 6 millones 400 mil cerdos en pie, sólo en sus granjas en esta entidad, de los cuales 5 millones 120 mil –80 por ciento– han sido enviados al valle de México para su sacrificio en rastros y la venta de su carne para el consumo de los habitantes del Distrito Federal y el estado de México.

El resto –un millón 280 mil–, de acuerdo con un informe de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, se ha enviado a todos los municipios del estado, y un número reducido, sin especificar cuántos, a la península de Yucatán.

Los datos fueron obtenidos por un ciudadano mediante una solicitud de acceso a la información, en la que preguntó a la administración fidelista el 11 de septiembre de 2008 cuál es la producción de cerdos que tiene reportada Granjas Carroll de México, a través de sus módulos y/o granjas que operan en la zona del Valle de Perote de 2000 a la fecha y cuál es el destino de sus productos.

La respuesta, firmada por el presidente de la unidad de acceso a la información de la secretaría, Manuel Enrique Domínguez Pérez, el 25 del mismo mes, fue la siguiente:

La producción anual estimada de la empresa es de 800 mil cerdos, que está enfocada a la venta en pie (para) ser sacrificados en rastros TIF del valle de México en 80 por ciento; el resto se sacrifica en los rastros TIF del estado de Veracruz, y parte se envía a la península de Yucatán.

Este reporte contradice la versión pública, difundida en la entidad y dada a los comuneros y a los sectores políticos, de que la producción porcícola de esa compañía era en su mayoría para exportación.

Además, ese volumen de producción anual porcina, explica el diputado local Atanasio García Durán, implica una tasa de mortandad de 200 mil cerdos al año, así como una extracción de agua de un millón 500 mil litros cúbicos. Y eso sólo es en Veracruz, porque la trasnacional cuenta también con decenas de granjas en el vecino estado de Puebla.

Los mecanismos de cría de cerdos fueron denunciados en forma permanente por los pobladores de La Gloria, Totalco, Orilla del Monte, Frijol Colorado, entre otras comunidades, desde 2004, con escritos dirigidos a Fidel Herrera y las delegaciones en Veracruz de las secretarías de Agricultura y del Medio Ambiente, así como a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero ninguna instancia les respondió.

Inclusive, en la Cámara de Diputados, la Comisión del Medio Ambiente, que presidía la pevemista Jacqueline Argüelles, frenó un punto de acuerdo para exigir al gobierno de Herrera Beltrán y a esas cuatro dependencias una investigación exhaustiva sobre la contaminación causada por Granjas Carroll en Veracruz.

Sin duda, estamos frente a un latente problema de salud pública por la producción intensiva de cerdos, debido a los altos volúmenes de desechos con contenidos químicos y microbianos y su inadecuado manejo, mismos que no son aislados debidamente del medio ambiente, dijo en la tribuna el entonces diputado perredista Omar Ortega Álvarez, el 26 de abril de 2006, para argumentar en favor del punto de acuerdo, que se turnó a la comisión, donde aún está congelado.

Excesivo gasto de agua

Ante las constantes denuncias no atendidas en la administración estatal, los diputados que integraban dicha comisión visitaron dos meses antes, el 23 de febrero, el criadero 13-1 de Granjas Carroll, y en su informe, publicado en la Gaceta Parlamentaria del 17 de marzo del mismo año, alertaron que las áreas de eliminación de desechos no están lo suficientemente alejadas de las fuentes de agua.

Comprobaron una extracción indiscriminada de agua de pozo para lavar los residuos de las granjas, y expresaron su preocupación por la ausencia aparente de geomembranas en las lagunas de tratamiento anaeróbico.

También reportaron ausencia de filtros y fosas de tratamiento biológico, incremento de amoniaco y otras sustancias en el aire de la región, debido a las mal llamadas lagunas de oxidación, así como erosión de suelos.

Se constató la fetidez que despide el mal manejo de los cadáveres de cerdos, lo que pone en entredicho la calidad del aire. Además, expusieron, la empresa lleva a cabo un “consumo de agua mayor que el de todas las poblaciones de la región, lo cual ha derivado en que los niveles del acuífero han descendido enormemente en años recientes, mientras la empresa se sigue expandiendo en la región e instalando más granjas, información proporcionada por la sociedad civil con logotipos de la Conagua.

Hicieron referencia a que esa comisión realizó estudios que muestran la contaminación de los acuíferos locales por coliformes fecales, y reportaron emisión de altas concentraciones de metano (CH4) que dañan la capa de ozo-no y ocasionan escasez de lluvia.

En el punto de acuerdo congelado en la Comisión de Agricultura, el PRD refirió desde entonces que las instalaciones de cría “originan un grave problema ambiental y de salud, además de consumir enormes cantidades de agua y de compuestos para ‘animar’ el crecimiento rápido de los cerdos”.

Además, expuso entonces Ortega Álvarez, la firma recurre al uso extensivo de antibióticos para evitarles enfermedades (a los cerdos). Como resultado, los desechos producidos en los criaderos, el agua negra resultante del aseo de las zahúrdas y la mezcla de excrementos, orina, residuos químicos y biológicos forman una mezcla de gran peligrosidad que deteriora la tierra y las corrientes (subterráneas) de agua.

El estudio presentado por el sol azteca incluyó las siguientes cifras: un solo cerdo produce 10 veces más excrementos y 4.5 veces más nitrógeno que un ser humano; más de 80 por ciento de los antibióticos suministrados a los puercos pasan sin cambios en su sistema digestivo y a las lagunas ricas en bacterias.

En resumen, expuso, una sola granja, con una producción promedio de cien mil cerdos, puede producir el desecho fecal equivalente a una ciudad de un millón de personas.

El 14 de febrero de 2004, la organización Pueblos Unidos de Veracruz y Puebla enviaron a Herrera Beltrán un escrito para solicitarle tomar las medidas necesarias para que las granjas dejen de funcionar y que no permitiremos una instalación más.

El documento alertó desde entonces que la contaminación provocada al aire y al agua genera graves enfermedades gastrointestinales por los desechos fecales y solventes químicos que son mandados a las lagunas de oxidación. No recibieron respuesta.