jornada


letraese

Número 154
Jueves 7 de mayo
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



editorial

Joaquín Hurtado

Mal mayor

Vine a consultar al especialista porque me salieron unos granos muy feos por dentro de los labios. El médico tarda tres horas en llegar. Aunque ya me duelen las nalgas de estar aquí sentado no me quejo ni ando reclamando en Trabajo Social. Me pongo a leer el periódico para matar el tiempo, doy vueltas por los corredores, compro una soda y unos fritos para calmar la sed y el hambre o platico con los otros enfermos. Trato de ser muy discreto, no vaya a ser que las personas se molesten porque uno les haga preguntas impertinentes, como aquella señora que me dijo que se me notaba bastante el sida, y aunque me sentí incómodo no le dije nada porque soy persona educada. Me molesta que me anden sacando lo de mi enflaquecimiento y la inflamación de los cachetes pero qué se le va a hacer si yo no tengo la culpa de estar así, me dicen los médicos que estas bolas como paperas son causadas por tomar tantas medicinas y sobrevivir a varias infecciones. Se va desfigurando uno. Lo importante es aprender a vivir así y no dejarse caer ni desanimar. Que sea lo que Dios quiera.

Aquí me entero de que este doctor siempre llega tarde. Como no tengo dinero para pagar consulta privada me tengo que armar de mucha calma y esperar. Resignación y mucha paciencia porque no falta quien se alebreste con el calor y el bochorno, a unos le da por gritar de rabia y desesperación, a otros nos provoca sueño pero no puedes quedarte dormido porque si el doctor llega y te llaman, y no oyes cuando te hablan, te brincan el turno y te tienes que esperar hasta el final de la lista o quedarte sin consulta.

Por fin llega el especialista. Me siento frente él, le explico por qué estoy aquí y toda la historia de mi mal mayor, o sea el sida. El me escucha sin levantar nunca los ojos y yo abro la boca y con mis dedos me toco y le señalo los granitos, él me mira de un vistazo y sigue escribien do sin ponerme cuidado. Me pregunta cómo he estado en el último mes, si no he tenido diarreas o vómitos o fiebres y si me estoy tomando el tratamiento correctamente, le digo que sí, que estoy normal de todo, que sólo quiero que me cure estos granos porque han seguido creciendo y me molestan por la hinchazón a la hora de comer. El doctor ni se me acerca, me escucha viendo su teléfono celular y me despacha rápido diciendo que esto que yo traigo no es de su área ni responsabilidad, que mejor saque cita con el dentista. Le doy las gracias y salgo.

Voy a la ventanilla de citas para programar la visita con el odontólogo pero me dicen que sólo tienen fecha para dentro de seis meses. Ni modo, tendré que esperar a ver si no me siguen creciendo los granos de la boca, mientras me voy a poner los cataplasmas de hierbas que me consiguió mi mujer en el mercadito de la colonia.


S U B I R