Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 10 de mayo de 2009 Num: 740

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

José Emilio: el lector está contigo
ABELARDO GÓMEZ SÁNCHEZ

Eurídice
YORGOS YERALIS

Memorable cuerpo
JOCHY HERRERA entrevista con LUIS EDUARDO AUTE

El día que el teatro perdió su magia
JOSÉ CABALLERO

La guerra perdida de Calderón
ROBERTO GARZA

Una Ajmátova de Modigliani en México
JORGE BUSTAMANTE GARCÍA e IRINA OSTROÚMOVA

Porchia: un sabio ermitaño en Buenos Aires
ALEJANDRO MICHELENA

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Columnas:
Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Ana García Bergua

Manual del perfecto bocatapada

No es raro que en estos tiempos de influenza hayamos pensado en el cambio que trae a nuestras costumbres andar tan embozados como saludables, de modo que el presente es un apéndice del Manual de urbanidad y buenas maneras, de Manuel Antonio Carreño, ese mismo que dice, por ejemplo, “si yendo a caballo, nos encontramos con el Viático, desmontaremos, y no volveremos a montar hasta que la procesión haya pasado” o “no está admitido el nombrar en sociedad los diferentes miembros o lugares del cuerpo, con excepción de aquellos que nunca están cubiertos”, o bien “¿será cortés o fino pisar además la saliva después de escupir?”, ese manual cuyas enseñanzas todos todos seguimos, paso por paso, día con día y genuflexión por genuflexión. Ahora mismo veo que toda la población está sumida en la preocupación más profunda, es decir preguntándose cómo conducirse con semejante prenda, ya sea en el hogar, en la iglesia, con nuestros semejantes y sin ellos, por lo que me he tomado la libertad de adaptar a su uso los buenos modales de que usa toda persona bien educada.

1. Al encontrar a una persona conocida en la calle, si es superior a nosotros, lo más aconsejable es estirar levemente el tapabocas con una inclinación, los hombres, y doblar un poco las rodillas agarrándose la falda, las mujeres. Si no es superior a nosotros, se puede esperar a que lo haga, aprovechando para acomodarnos bien los guantes de látex.

2. Es de muy mal gusto reírse de los demás detrás del tapabocas, especialmente porque las arrugas en los ojos y el sacudimiento del estómago pueden delatar a quien lo haga y hacerlo quedar como un ser sin delicadeza ninguna.

3. Al encontrarse con un gran amigo, en lugar del abrazo efusivo y los besos en las mejillas y en los bigotes que se acostumbran, será aconsejable sacar del bolsillo un pequeño papel con una declaración que se haya preparado de antemano para el caso y que dirá, por ejemplo: “Oh, amigo (a) querido (a), qué alegría verte, qué ganas de darte de picoretes y tomar tus bellas manos, pero dada la actual situación de emergencia, lo mejor es que ambos nos abstengamos de efusiones, y etcétera, etcétera.” Si el amigo es muy querido, no será de mala educación cantar.

4. Cuando una persona nos dice unas palabras muy sentidas con el tapabocas puesto y no le entendemos nada, es de buena educación poner cara de que ha sido muy interesante, a menos de que esté señalando un incendio o un hospital: en ese caso es conveniente pedirle que nos lo repita.

5. Si una persona nos insulta detrás de su tapabocas, es muestra de delicadeza hacer como que no entendimos bien.

4. Cuando una persona cumpla años, al no poderse dar el mexicano abrazo, se recomienda asistir al festejo todos con sus mejores tapabocas, es decir, los más adornados con peluches y encajes, y ejecutar cada uno un pequeño zapateo concebido para agasajar al celebrado. Cuando llegue el momento en que el homenajeado deba apagar las velitas del pastel, puede ir a un rincón y apagar de espaldas a la pared una velita para pedir su deseo (después se puede higienizar el rincón con pino o cloralex). Otra posibilidad es que un locutor diga: “en ese momento Everardo (o Rogelia, o Mardonio) apaga de un soplo sus sesenta y seis velitas y… ¡un momento!, ¡son velas mágicas!”, y así hasta que la concurrencia se aburra de la farsa, etcétera, etcétera.

5. Para quitarnos y tocarnos el tapabocas, y para todos los demás movimientos de cortesía en que hayamos de usar de la mano, empleemos siempre la derecha. Si tenemos ocupada dicha extremidad con, por ejemplo, una cuerda que sostenga algo que nos pueda caer en la cabeza, podemos usar la izquierda.

6. Es necesario tener el suficiente cuidado para que al levantar el tapabocas en señal de respeto, o al quitárnoslo, desesperados porque no podemos respirar, no se atore éste con los lentes, los aretes o la cabellera, de modo que hagamos el ridículo y seamos el hazmerreír de nuestros semejantes o, peor aun, nos tropecemos y nos demos un golpe de aquellos de diosescristo.

7. No es bueno usar el tapabocas para gritar cosas y hacer como que no fuimos nosotros; así por ejemplo, cuando alguien en el cine pregunte: ¿quién dijo? &%@!!%?, levantaremos el dedo y diremos: fui yo, ¿gusta usted que lo repita? ¡&%@!!%!

8. Vestirse de cirujano con todo y gorro para andar en la calle, pretendiendo con esto andar a juego con el tapabocas o expresar un sarcasmo respecto a la presente situación, es, la verdad, de mal gusto, pero se comprende.