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El Imparcial*

Centenaria
E

l gran trofeo viajero de los masones llega a México

Ayer á las doce y treinta de la mañana, arribó a la estación del Ferrocarril Central, el tren especial que conducía á una Comisión de prominentes masones de los Ángeles, California, portadores de uno de los más grandes símbolos de la Masonería.

El miércoles de la semana pasada habían salido para el Paso, Estados Unidos, los señores W.L. Vail, Ingeniero José Reinoso, Doctor L.B. Spayer Young, miembros de una comisión nombrada para recibir el símbolo.

En el tren especial venían Mr. James D. Richardson, Gran Soberano Comendador del templo del Supremo Consejo, grado 33 A. y A. del Rito Escocés de la Jurisdicción del Sur de los Estados Unidos, el gran Canciller Mr. Frank Pierce y el Senador de los Estados Unidos; inspector de el Colorado, Mr. Henry M. Teller, y muchos más prominentes norteamericanos.

El objeto del viaje era traer á las logias del Rito Escocés de México, el Trofeo de Plata Viajero.

La recepción de que fueron objeto los masones norteamericanos por sus compañeros de México fué cariñosa, habiéndose dirigido en soberbios carruajes al hotel Sanz, donde quedaron alojados la mayor parte de ellos.

Qué es el trofeo viajero

El Trofeo Viajero es uno de los símbolos de la masonería que significa la cordialidad entre los masones.

Lo forma una cuchara de albañil, del tamaño de los que usan esta clase de operarios, pero es de plata y finamente cincelada. En el centro tiene diseñada la imagen de la Justicia, portadora de las balanzas, y unas inscripciones en el estilo simbólico que emplean las logias del Rito Escocés.

Mr. Fred Crosby, uno de los masones de la logia de Nueva York, fue quien tuvo la primera idea de la creación y viajes del símbolo que ha recorrido desde hace cuatro años todo el continente americano, desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico.

El respeto y cariño que los correligionarios tienen por la tal cuchara son muy grandes, y como muy alta honra consideran la estancia del símbolo entre ellos.

Es ahora a la Logia de Anáhuat 141, á la que corresponde el honor de conservarla y rendirle los homenajes de respeto y veneración que le han rendido millares de masones.

*Se publicó de 1882 a 1883 y de 1897 a 1914.