Opinión
Ver día anteriorMiércoles 13 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Más salvamentos para los empresarios favoritos del régimen

Cunde la enfermedad panista del catarrito cerebral

E

s tal la velocidad de rescates y salvamentos que a raíz del catarrito desarrolla el gobierno federal con sus empresarios favoritos, que nada raro sería presenciar cómo, en breve, revientan las menguadas finanzas públicas. Uno tras otro, los grandes barones se han acercado al –con ellos– generoso inquilino de Los Pinos para que, por medio de su autodenominada política anticíclica, sea el erario el que les saque las castañas del fuego.

Y en esta dinámica todo indica que al de por sí abultado inventario de empresas y empresarios tocados con la varita mágica de los dineros públicos se sumará el sector automotriz trasnacional y nacional, el cual, de acuerdo con sus voceros, de plano ya no la ve llegar. Entre lo más reciente que se ha informado destaca que en abril pasado la producción de vehículos en el país se desplomó 6.6 por ciento, las exportaciones 41 por ciento y las ventas internas 38.2 por ciento a tasa anual.

En este contexto, más rápido que una saeta el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, José Gómez Báez, encontró la solución: la recuperación del sector automotriz depende de que el gobierno federal implemente un programa de renovación del parque vehicular, pues la industria tiene capacidad para colocar en el mercado interno 2 millones de vehículos.

Pues bien, tal petición, como tantas otras con igual objetivo, debió plantearse desde cuando menos dos años atrás, pues desde entonces comenzaron a observarse caída en ventas, restricciones crediticias para la adquisición de vehículos nuevos, mayores costos de producción y descenso en las exportaciones a Estados Unidos, mercado al que se destina alrededor de 85 por ciento de los vehículos que se ensamblan en México.

Tal vez adelantándose al siguiente rescate, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados recién divulgó un estudio sobre la situación actual del sector automotriz en México, del que destaca lo siguiente: la situación financiera en las filiales de las armadoras automotrices en México difiere de las matrices en Estados Unidos, aunque presentan el riesgo de menores ingresos por financiamiento ante la contracción de las ventas y las restricciones al crédito y, en consecuencia, no están exentas de ser sujetas a modificaciones estructurales provenientes de las decisiones que se tomen en los corporativos. De hecho se han llevado a cabo paros técnicos en algunas plantas mexicanas y se ha recortado personal en algunas otras.

En México, refiere el análisis, la industria automotriz recibe principalmente apoyos a la exportación. En la actual coyuntura, Nacional Financiera otorgará 9 mil 500 millones de pesos para dar liquidez temporal a las principales empresas financieras del sector, con lo que se espera que dichas firmas cuenten con un margen de tiempo para restructurar sus deudas y resolver compromisos apremiantes de corto plazo durante 2009. El principal riesgo que enfrentan las empresas mexicanas automotrices es la reducción de ventas en 2009, que generará un menor nivel de ingresos y, por otro lado, el incremento de la cartera vencida.

La fabricación de vehículos en el país se orienta al mercado externo, al que se destinó 79.2 por ciento de la producción total en 2008. En el primer trimestre de 2009 se incrementó a 79.7 por ciento, mientras la canalizada al mercado interno pasó de 19.5 por ciento en el primer trimestre de 2008 a 20 por ciento en el mismo periodo de 2009. La producción para el mercado interno cubre aproximadamente 42.7 por ciento de la demanda total de automóviles y el restante 53.3 por ciento se cubre con vehículos importados.

La tendencia descendente en el volumen de ventas de la industria automotriz se viene reportando desde 2007 debido a diversos factores, principalmente por la disminución de la demanda por parte de los consumidores, en parte, por el encarecimiento en el valor de los vehículos y, por otra, la restricción del crédito para la adquisición de vehículos nuevos. Aún antes de la crisis financiera internacional, que recrudeció en el último trimestre de 2008, la industria ya observaba una disminución en las ventas debido a la debilidad de la demanda externa. Esto se agudizó a partir de la crisis financiera que afectó a las principales empresas fabricantes de automóviles.

Entre las principales razones por la que esta industria se ha desarrollado en el país destaca la existencia de mano de obra barata. Los bajos salarios en México representan una de las principales ventajas comparativas de la industria automotriz, lo que ha permitido su expansión desde la década de los sesenta. En 2000, en México, el salario promedio por hora de trabajo en este sector era aproximadamente de 3.21 dólares en términos nominales. En 2008 se estima que sea alrededor de 3.48 dólares, casi el mismo nivel salarial que se registraba en 2002 debido a la apreciación del dólar respecto al peso. Aún así, con la actual crisis se han efectuado varios paros técnicos en diversas plantas que operan en la República, entre ellas la de General Motors en Silao, Guanajuato, en la que están en riesgo 2 mil 900 empleos.

Sobre la situación de las tres principales trasnacionales automotrices apunta: General Motors de México obtuvo en 2008 una utilidad neta por 937 millones de pesos, 27 por más que en 2007, pero su principal riesgo lo componen las bajas ventas y las cuentas por cobrar, con una cartera vencida equivalente a 45 por ciento de sus ganancias netas; Ford es más sólida que sus competidores, y se espera que con los apoyos de Nacional Financiera (logre) estabilizar su situación; Chrysler México: su deterioro financiero se observa en menores niveles de rentabilidad, flujo de efectivo y alto nivel de cancelaciones. Sus gastos de operación y promoción han representado el 84.3 por ciento de los ingresos totales en los últimos tres años.

El horno, pues, listo para el rescate.

Las rebanadas del pastel

Se fortalece la enfermedad panista del catarrito cerebral: dice Vicente Fox que la emergencia sanitaria en el país no es mucho más que una gripa que hay que cuidar, porque no es tan dañino, mientras el inquilino de Los Pinos asegura que México superará pronto lo más difícil de la crisis económica. Para estos casos patéticos, la única vacuna posible es el voto, aunque lamentablemente enfrente hay otros tantos contagiados.