Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de mayo de 2009 Num: 741

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Marcianos
ARNOLDO KRAUS

Plinio: un precursor
LEANDRO ARELLANO

El pájaro mayor
HERMANN BELLINGHAUSEN

Noventa años de la revolución proletaria en Hungría
MAURICIO SCHOIJET

Radicalmente Rosa
ESTHER ANDRADI

Cézanne y Munch: divergencias y convergencias
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
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Luis Tovar
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Alguien debería fi lmarla

Por si quedaba alguna duda de sus exasperantes limitaciones, en estos últimos días las así llamadas autoridades de este país en el que le tocó en suerte nacer, crecer y en la absoluta mayoría de los casos malvivir a ciento cinco millones de personas, han tenido a bien mostrar urbi et orbi, y preferentemente por medio de la televisión, cuán monumentales pueden llegar a ser la ineficacia, la torpeza y la mezquindad de quienes, enfrentados de súbito a una situación extraordinaria y potencialmente letal, sólo atinan a seguir siendo quienes han sido desde siempre, es decir, un grupo humano estadísticamente insgnificante en el aspecto poblacional, pero económica y políticamente determinante, encargado de tareas cuya importancia y gravedad superan, a niveles estratosféricos, las mermadas y lerdas capacidades que en ésta y anteriores ocasiones han exhibido.

Desde ya, este sumaverbos espera ansioso ver los documentales que con toda seguridad surgirán a partir del brote de la influenza A H1N1 en México. Los habrá que pongan énfasis en el aspecto sanitario y que, por consiguiente, hablen sobre todo de las condiciones de insalubridad extrema en las que viven millones y millones de connacionales. Habrá otros que, sin obviar lo anterior, se enfoquen preferentemente en el desmantelamiento que el sistema nacional de salud ha sufrido en lustros recientes, y serán una necesaria denuncia de los pésimos resultados que se obtienen cuando se aplica, rajatablescamente, el ideario del neoliberalismo, según el cual el Estado siempre es obeso y hay que adelgazarlo, por ejemplo, privatizando los servicios de salud. No faltará el documental que ataque el tema de la sostenida depauperización que la ciencia y la tecnología en México llevan sufriendo también durante ya demasiados años, por culpa de la cual hasta para analizar un virus tenemos que recurrir a que otros científicos de otros países nos hagan el favor de decirnos de qué nos estamos enfermando.

Sería estupendo ver un documental que incluyera todo lo anterior, como magnífico sería también que alguien se diese a la tarea de realizar otro en el que se analizara el papel desempeñado por los medios electrónicos de comunicación, que para no variar hicieron de la denominada emergencia sanitaria una simple oportunidad más de ponerse a sí mismos en el rol de héroes vitoreables por un desempeño que sólo ellos consideran oportuno, objetivo y, como si tal fuese posible, incluso altruista.

EL VIRUS DE LA ABUNDANCIA

Pero si a héroes vamos, y volviendo al punto inicial, sería todo un hito que esta vez no únicamente los documentalistas le entren al quite y no sean sólo ellos quienes dejen registro fílmico del concierto de desgracias que suscitó el virus porcino luego humano luego simplemente de la influenza A H1N1. Esta es una oportunidad de oro para que los cineastas de ficción, sean de largo o de cortometraje, nos arranquen de la lengua la posibilidad de decir, con razón, que en materia de temas políticos nuestra cinematografía es mayoritariamente mala y hasta malísima, cuando no demasiado perifrásica y metafórica, o cuando no sencillamente omisa. Los temas y los personajes ahí están, abundantes como la epidemia misma. Van unos cuantos ejemplos:

–El inefable secretario de Salud, de apellido Córdova, tartajeante y balbuciente a la hora buena, otrora mínimo burócrata electoral en el estado de Guanajuato, elevado a miembro de Gabinete por obra y gracia de… de… he ahí un buen desafío guionístico.

–La clase política toda, que con mezquindad infinita perreó “sus” tiempos de promoción mediática electorera en lugar de cedérselos a la Secretaría de Salud, gracias a lo cual seguimos padeciendo a la Huipil Paredes hablando de honestidad, a las huestes de Germancito el Incontinente Verbal incluyendo luchadores y taekwondoínas embarazadas diciéndonos que “hay que apoyar al presidente”, así como a ese dechado de simpatía amarilla apellidado Ortega que se mete a las casas a comer pasteles y a revisar cuadernos ajenos.

–Los estudiantes de primaria culpables de haber tosido a las ocho de la mañana, por lo cual histéricos profesores se comportan peor que autoridades sanitarias chinas y los hacen abandonar la escuela ipso facto.

-Y la joya de la corona: el titular del Poder Ejecutivo de la Federación, que sin tapabocas de ningún tipo comete, entre muchas otras pifias, las siguientes: ofender a los haitianos diciendo que allá “se mueren de hambre, no de virus” y, last but not least, declararse –con todo su equipo de ineficaces– ni más ni menos que héroe mundial que ha salvado a la humanidad de morir víctima de la influenza.

Alguien debería fi lmar esta película.