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Bajo la Lupa

¿Quebrar a GM para salvar a la banca de Wall Street?

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Un concesionario de General Motors colocó pancartas en su negocio para informar que todavía está en actividad en Santa Mónica, California, pese a que la constructora de vehículos se declaró en quiebra el lunesFoto Reuters
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ntecedentes: durante la gloria unipolar de Estados Unidos (EU) sus analistas solían proferir que General Motors era el reflejo de su poderío multidimensional y uno de los principales iconos del asombroso poderío automotriz de Estados Unidos, hoy emasculado con todo y su sobredosis de Viagra.

La castración de GM (todavía la novena empresa global por ingresos el año pasado) es la imagen en espejo de la decadencia de EU, que sucumbe primordialmente a su extravío demencial especulativo cuando parecía más una correduría financiera de Wall Street que una empresa automotriz, ya no se diga a su pérdida de competitividad ante la japonesa Toyota como al ascenso de los carros-pigmeos más baratos de India y China. Hechos: General Motors y Citigroup (la matriz de Banamex en México) fueron sacados a patadas(cito textualmente a MarketWatch; 1/6/09) del índice industrial Dow Jones y han sido sustituidos por Cisco y Travelers. GM llevaba 84 años de gloria en los primeros sitiales del célebre índice industrial bursátil y hoy parece correlacionar su declive con la propia suerte de la otrora superpotencia unipolar.

Pese a haber previamente recibido otros 20 mil millones de dólares de los fondos de los contribuyentes con empréstitos a muy bajas tasas de interés, GM presentó su quiebra amparada en el capítulo 11, que permite la reorganización de la compañía mientras permanece en operación bajo protección judicial.

La quiebra de GM es la cuarta mayor en la historia de EU y la principal de su sector industrial, y en esta fase de reorganización obtendrá 30 mil millones de dólares de ayuda financiera de la Secretaría del Tesoro de EU (que abultará todavía más su déficit fiscal y la impresión de billetes verdes) y 9 mil 500 millones de Canadá. ¿No querrá participar en el rescate a GM el México neoliberal calderonista, bajo la coartada de la membresía al TLCAN-ASPAN-Iniciativa Mérida?

Lo que sí preocupa es el destino de los planes de los dos fondos de pensiones de los 252 mil empleados y obreros globales (cifras de 2008) de GM que usaron desvergonzada y discrecionalmente sus ejecutivos (estuve a punto de escribir ejecutores) para especular en Wall Street con el dinero ajeno y sin el consentimiento de los supuestos beneficiarios: los jubilados virtuales.

En el nuevo orden financiero global, en reparación integral será crucial definir el destino de las inversiones de los fondos de pensiones sin el consentimiento de los supuestos beneficiados y jubilados virtuales, quienes acaban quebrados al subsidiar absurda e involuntariamente a sus verdugos: la fauna parasitaria neoliberal.

El feroz investigador Greg Palast (1/6/09) afirma que 40 mil empleados (de los 60 mil que quedan en EU) serán colocados inminentemente en la fosa común del despido fulminante, mientras son despojados de fondos de pensiones para pagar los adeudos de la banca de Wall Street, principalmente de J.P. Morgan Chase y Citigroup. As usual!

Como parte de una actuación teatral muy repetida, los depredadores círculos neoliberales de EU –que todavía controlan a los multimedia y su pléyade de publicistas seudo-periodistas– han despotricado en contra de la nacionalización encubierta de GM por el gobierno Obama (editorial del The Wall Street Journal; 1/6/09), que, en realidad, constituye una gotita de agua en el inmenso océano de los rescates bancarios y financieros de Wall Street cuando se comparan los montos.

El connotado abogado defensor de los consumidores y crítico indomable de la plutocracia estadunidense, Ralph Nader, fustigó en un extenso comunicado que la bancarrota constituye un arma cruda de devastación masiva para los trabajadores, intermediarios, vendedores de autopartes, pequeñas empresas y las comunidades abandonadas. Es una extinción para los propietarios sin voz, los comunes accionistas (Breitbar.com; 1/6/09).

Nader, considerado uno de los políticos más honestos en uno de los países más corruptos del planeta, profirió que la quiebra y el plan de restructuración de GM son producto del equipo de trabajo de un gobierno proclive a los intereses de Wall Street, arcano e inimputable, y que tomó el poder debido a una abdicación de magnitud histórica del Congreso. ¿No es, acaso, lo mismo que sucede con el Congreso en México donde la democracia simulada es teledirigida por los intereses financieros de su plutocracia barbárica?

Nader comenta que se ha infligido un daño innecesario a los accionistas y advierte que muchísimos empleos, que pudieron haber sido preservados, serán perdidos”. Calcula que en la bola de nieve del provocado desempleo solamente en el rubro de los intermediarios se perderán 100 mil empleos, mientras que los trabajadores sindicalizados de GM verán sus salarios y beneficios radicalmente podados, pese a que el costo de los salarios manufactureros representa menos de 10 por ciento del valor de un carro. Nader indaga con malicia cual será el tratamiento de las valiosas ganancias sin repatriar de General Motors en China: ¿formarán parte o serán excluidas de la quiebra?

Luego de poner en tela de juicio todo el proceso judicial de la quiebra que pudo haber sido evitada a un costo mucho menor para los trabajadores, Nader asevera que el gobierno de Obama prefirió preservar la marca GM al precio de vapulear la deteriorada base manufacturera de EU en beneficio de la Gran Estrategia del comercio bilateral con China.

Lo que no se está diciendo es que detrás del diseño de la quiebra de GM se rescata tras bambalinas, por encima del bien común, a los acreedores insolventes e insolentes de Wall Street; primordialmente J.P. Morgan, Chase, Citigroup y Credit Suisse, a quienes les serán devueltos increíble e íntegramente sus empréstitos.

Recordemos que la banca de EU se encuentra en los cuidados intensivos de la quiebra, pese a la masiva inyección de liquidez de los contribuyentes cuando los banqueros insolventes e insolentes actúan simuladamente como si todavía fuesen acreedores.

El gobierno de Obama, secuestrado en el ámbito financiero por Wall Street, se aferra al caduco modelo de la globalización mientras sueña en un G-2 con China (ver Bajo la Lupa: 31/6/09), por lo que en forma deliberada transforma a GM, mediante la quiebra estratégica ideada por el banquero Felix Rohatyn (como ocurrió en 2005 con la división de autopartes Delphi), en un fabricante magro y global de carros pequeños y eficientes en consumo de energía que serán deslocalizados (“outsourced”) en Asia y Sudamérica.

Se trata de una triada financiera de la globalización que sacrifica tanto a la manufactura como a los trabajadores de EU en beneficio del parasitismo financiero de la plutocracia de Wall Street –en forma similar al rescate calderonista de Cemex (ver Vocesdelperiodista.com.mx; 10/4/09).