18 de junio de 2009     Número 21

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


ILUSTRACIÓN: Alec Dempster

En suspenso, los planes de biocombustibles; la inversión está frenada: Sagarpa

  • Pospone el gobierno planes de producción de cultivos para etanol

Lourdes Edith Rudiño

La baja en los precios del petróleo este año provocó que las empresas interesadas en proyectos de agrocombustibles en México “se enfriaran”, y si bien sus planes se mantienen vivos, están en un impasse: realizan estudios y evaluaciones, pero nada más por ahora; no hay avances físicos, no están metiendo dinero a construcción de plantas. Asimismo el Programa de Producción Sustentable de Insumos para Bioenergéticos y de Desarrollo Científico y Tecnológico –que lanzó la Secretaría de Agricultura en 2008– fue dado de baja y está en proceso de redacción su nueva versión, que implicará una posposición de metas.

Miguel Ángel Cervantes Sánchez, coordinador del Programa de Bioenergéticos de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), afirmó en entrevista que el programa original preveía que para el 2012 México tendría sembradas 300 mil hectáreas de cultivos energéticos (caña de azúcar, remolacha y sorgo dulce, fundamentalmente) para producir etanol, pero ahora se estima que serán 200 mil y estarían listas en 2013.

La intención original prevalece, sustituir paulatinamente el uso del oxigenante mtbe en las gasolinas en las tres principales zonas metropolitanas del país, primero Guadalajara, luego Monterrey y al final el Valle de México, con un volumen de 880 mil litros de etanol anuales a partir de 13.2 millones de toneladas de cultivos.

El funcionario explicó que la situación actual de los precios del petróleo –que ha conducido a la baja los del etanol– coloca los planes de agrocombustibles en una posición de escasa rentabilidad. “Siendo aun muy eficientes, hoy difícilmente lograrían tasas de retorno superiores al diez por ciento; estarían en el límite de la viabilidad. Entonces estos proyectos han perdido el atractivo por ahora, pero el interés está latente; hay un futuro promisorio pues todo el mundo espera que el petróleo vuelva a una tendencia alcista, aunque quizá no tanto como ocurrió en los años recientes. Así, subirán las gasolinas automáticamente y los bioenergéticos volverán a ser viables y atractivos”.

Planes pendientes. La Sagarpa cuenta con un listado de 41 proyectos empresariales para producción de agrocombustibles –etanol, pero también biodiesel (éste previsto con jatropha curcus, higuerilla y palma de aceite)– en donde se aprecia un estatus generalizado de “pendiente”.

Algunos están “pendientes de proyecto y de plan de negocios”; otros más, como el polémico de la empresa Destilmex, en Navolato, Sinaloa, diseñado para utilizar maíz, aparecen como “pendientes de permisos de las secretarías de Energía y Agricultura”, y muy pocos son los que tienen ya proyectos completos o han iniciado pruebas. Llama la atención también que en varios de los proyectos los impulsores no son empresas particulares, sino “el gobierno del estado”, como ocurre en Tamaulipas, Chiapas, Colima, Oaxaca y Baja California.

El entrevistado destacó que un factor que será toral en el desarrollo de estos planes –la condiciones de entrega del etanol a PEMEX y los precios que la paraestatal pagará– aún no se ha definido. En el seno de la Comisión Intersecretarial para el Desarrollo de los Bioenergéticos, donde se reúnen las secretarías de Agricultura, Energía, Medio Ambiente, Hacienda, Economía y PEMEX, este asunto “está aún en un nivel deliberativo”. No hay compromisos escritos. “(...) Dependemos enormemente de las condiciones de PEMEX, que por ley es el monopolio en la mezcla de las gasolinas”.

–¿Será que PEMEX se mantiene escéptico ante los agrocombustibles?

–Lo que pasa es que ahora a PEMEX le sale más barata la gasolina que el etanol.

Miguel Ángel Cervantes comentó que los proyectos de agrocombustibles se ubican en distritos de riego abandonados o desaprovechados, con ganadería extensiva de muy bajo rendimiento. “Es allí donde vemos un potencial importante para cubrir las necesidades de este primer plan para atender las tres principales zonas metropolitanas. Las tierras están repartidas por todas partes, Veracruz, Tamaulipas, Jalisco y Tabasco, básicamente”. El principal cultivo previsto es la caña de azúcar, aunque también el sorgo dulce o forrajero “podría darnos una sorpresa” –éste no espera a que salga la semilla. Antes de que salga, crece el sorgo, y se siembra y cosecha igual que la caña, tiene mieles incristalizables que no sirven para hacer azúcar pero sí para fermentar y hacer alcohol.

Respecto de la caña, afirmó que no se prevé echar mano de las 683 mil hectáreas de caña que hoy se tienen establecidas en 15 estados de la República para la producción de azúcar.

“No seríamos competitivos si trabajáramos con las deficiencias y los sistemas de la industria cañera existente. Tendría que ser una nueva industria, mucho más productiva, eficiente y moderna, y por los estudios que tenemos, las intenciones de inversión que hay apuntan a esa visión”. Se pretende que las inversiones en caña para etanol sean en terrenos diferentes a los actuales cañeros, “en unidades muy compactas, con productividades superiores a las cien toneladas por hectárea –-en comparación con 74-75 que hoy registran los campos de caña–; sabemos que hay zonas productoras de riego y bien tecnificadas que están por los 120 o 130 toneladas”.

El funcionario comentó que también en biodiesel hay una condición de stand by en las inversiones, pues las cotizaciones de éste superan los 58 pesos por litro, mientras que el diesel tradicional está debajo de ese nivel. Sin embargo, “las expectativas de exportación a Europa, y las nuevas tecnologías que van a ir surgiendo podrían hacerlo competitivo”.

Subvenciones. Respecto de qué subsidios pretenderá el gobierno federal aplicar a los plantes de agrocombustibles, dijo que es algo que se discute en la comisión intersecretarial, “pero no hay un esquema especializado. Lo que hay son los esquemas normales, por ejemplo de financiamiento (de la banca de desarrollo)”.

Dijo que, más allá de los subsidios que dio hace tres años la Sagarpa –vía el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco) – a dos empresas de Sinaloa (Destilmex y MexStarch, por 50 millones y 25 millones de pesos, respectivamente), esta dependencia ha apoyado hasta ahora, con poco más de 47 millones 500 mil pesos, proyectos de validación de paquetes tecnológicos. Los recursos han sido para el Instituto Nacional de Investigaciones Forstales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), para la Fundación Comunitaria Puebla, el gobierno de Chiapas y la empresa Bioetamex, SAPI de CV.

La Conafor y la jatropha

La Comisión Nacional Forestal (Conafor), dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente, conformó en su presupuesto federal 2009 una bolsa específica de su esquema ProÁrbol para apoyar el cultivo de la jatropha.

Ante la pregunta de por qué la Conafor tomó esa medida, Víctor Sosa Cedillo, coordinador de Producción y Productividad de la Comisión , dijo que la decisión ocurrió porque “existe interés de diversas empresas nacionales y extranjeras en asociación con los dueños de los terrenos en desarrollar este tipo de proyectos”.

Precisó que la empresa Grupo KUO-REXCEL prevé plantaciones de jatropha y establecimiento de una refinería de biocombustibles en Yucatán, la empresa Vecenergy Vida de México prevé plantaciones en Michoacán, Guerrero y Oaxaca y el Instituto para la Reconversión Productiva y la Agricultura de Tropical de Chiapas pretende plantar tal especie en esta entidad sureña. Pero además “hay numerosos productores del sector social, ejidos, comunidades y pequeños propietarios interesados”.

Según el funcionario, ya en 2007 y 2008 la Conafor dio subsidios a plantaciones de jatropha –que es un árbol nativo de México– considerando su potencial de transformación en biodiesel y por su función como árbol protector y restaurador de suelos degradados. El establecimiento de la jatropha, dijo, “no afecta terrenos de sistemas de cultivo agrícola, ni implica desmontes de bosques”.

Para 2009 la Conafor tiene previsto apoyar cerca de 20 mil hectáreas de jatropha en Campeche, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, “dependiendo de la demanda y los recursos disponibles”. Sosa Cedillo subrayó que los apoyos se entregan sólo a quienes cuentan con constancia de registro o autorización de la plantación por parte de la Secretaría de Medio Ambiente.

También dijo que, según un estudio del INIFAP, en México hay seis millones de hectáreas con potencial para establecer jatropha.

Se le comentó a Sosa Cedillo que aún el Ejecutivo no ha emitido el reglamento de la Ley de Promoción y Desarrollo de Bioenergéticos, por lo cual otorgar subsidios a la jatropha podría representar una ilegalidad, pues su fin es la producción de biodiesel.

Los ingenios azucareros terminarán produciendo etanol: Fundación (E)-misión

La Fundación (E)-misión, con sede en Guadalajara, es la instancia privada que impulsa desde hace varios años los proyectos de biocombustibles en México. Su presidenta, Isabel Gómez, ratifica la idea expresada por la Secretaría de Agricultura, de que por ahora “los inversionistas se han retirado completamente” de estos planes en México debido a la caída de los precios del petróleo y del etanol, y en general a la crisis financiera y económica global.

No obstante, confía en que México figurará en los biocombustibles en el futuro, y que los ingenios azucareros –los que se perfilan como “los más claros inversionistas”, pues la caña de azúcar es la materia prima más viable para etanol en el país– reaccionarán más temprano que tarde, en cuanto vuelvan a tener excedentes de azúcar (como ha ocurrido en años recientes). “Los ingenios ya tienen la infraestructura y lo único que hace falta es la parte de la fermentación, la destilación y la deshidratación, para pasar de alcohol y etanol, al tiempo que cogeneren energía eléctrica”.

Por ahora, la Fundación está iniciando un plan para zonas semidesérticas y salinas alrededor de Guadalajara, Monterrey y ciudad de México, que busca establecer superficies compactas de producción de sorgo dulce alrededor de módulos de riego, y prevé que cada dos mil 500 metros cuadrados habrá una “miniplanta” que transformará el sorgo en etanol y que tendrá capacidad para cien mil litros diarios.

El plan inició con una “fase de transición” con otro cultivo, con soya, financiada por Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA). Esta fase implica el acuerdo con productores de la localidad de Tamoin, en la Huasteca Potosina , para que trabajen en grupo (que adquieran insumos juntos y entreguen sus cosechas en agricultura por contrato a una aceitera de Monterrey). La intención es capacitar a los campesinos en el trabajo en grupo, y que un año más tarde la producción ya no sea de soya sino de sorgo dulce para etanol.

No hay aún en estos proyectos capitalistas firmes, pero según Isabel Gómez, la intención es que los productores de sorgo participen con 30 por ciento de las acciones de la empresa de etanol y el otro 70 “sería de inversionistas nacionales y extranjeros”.

“El volumen previsto en este plan es de 30 millones de litros anuales de etanol de sorgo, y para eso se necesitan tener 10 mil hectáreas. Estamos ya compactando las primeras, van dos mil 500” .

Un estímulo para que los agricultores entren en este programa es que “ la Comisión Nacional del Agua (Conagua) les va a modernizar sus tierras”. En diciembre pasado la Fundación firmó con la Conagua y con la Confederación Nacional Campesina (CNC) un convenio para que recursos públicos del plan sexenal para tecnificar y modernizar superficies de riego lleguen a tierras abastecedoras de materia prima para elaborar biocombustibles. (Lourdes Edith Rudiño).