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El atentado atribuido a ETA provoca conmoción en la localidad de Arrigorriaga

Muere en un atentado con bomba en el País Vasco un inspector de la policía nacional

José Luis Rodríguez Zapatero suspende una visita a Bruselas y regresa a España debido al ataque

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de junio de 2009, p. 22

Madrid, 19 de junio. El inspector de la policía nacional española Eduardo Puelles García, de 49 años y originario del País Vasco, fue asesinado hoy a las puertas de su domicilio, luego que estalló una bomba colocada en su vehículo.

El atentado, que fue atribuido a la organización armada vasca ETA, provocó conmoción en la localidad vasca de Arrigorriaga –donde vivía el policía– y en las fuerzas políticas, que condenaron de forma unánime el ataque.

Alrededor de las nueve de la mañana se escuchó el estruendo de la bomba de entre dos y tres kilos de explosivos que un presunto comando etarra colocó en el vehículo del policía.

Según un testigo, el suelo retumbó y escuchó gritos segundos después de la deflagración, que se produjo presumiblemente al activar el motor del coche.

El estallido provocó una intensa llamarada, que sería lo que finalmente originó la muerte de Puelles García, quien había sido destinado como jefe del grupo de vigilancias especiales de la brigada de información de la policía nacional en su localidad.

El inspector estaba casado, tenía dos hijos y su principal labor era la de la vigilancia y contravigilancia de personas y sitios sensibles a la lucha antiterrorista.

Su viuda tuvo que ser ingresada de urgencia en un hospital de la zona tras sufrir una crisis nerviosa, relató el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz de Azúa.

De confirmarse la autoría de ETA, éste sería el primer atentado mortal del año y también el primero desde que tomó posesión como presidente del gobierno vasco el socialista Patxi López, señalado por ETA –tanto el lehendakari (presidente) como su gobierno– de objetivos prioritarios de sus acciones violentas.

ETA mató el pasado 3 de diciembre al empresario vasco Ignacio Uría, por su participación en el trazado del tren de alta velocidad en el País Vasco.

El lehendakari López encabezó las declaraciones de rechazo al atentado, al señalar que ETA nos ha enseñado el camino del dolor, (pero) nosotros les vamos a enseñar el camino de la cárcel, y añadió que los terroristas han acabado con la vida de un trabajador de este pueblo, pero voy a lanzar un aviso claro a ETA: vamos a acabar con ellos.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se encontraba en Bruselas cuando ocurrió el atentado, decidió suspender su agenda y regresar de inmediato a España.

Desde la capital belga el socialista señaló que sabíamos que podía volver a ocurrir, pero nunca nos resignamos a aceptarlo, al tiempo que advirtió que sobre los autores caerá todo el peso de la ley para que la condena sea lo más larga y duradera posible.

A las manifestaciones de rechazo contra los etarras, y de solidaridad con la familia del policía asesinado, se sumó el Parlamento español en pleno, que congregó a dirigentes políticos de todas las formaciones del país.