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Sólo en Guerrero han documentado mil 100 casos de muertes violentas no ligadas al narco

Se multiplican en América Latina los crímenes de Estado que siguen impunes

La lucha contra los abusos unifica a los pueblos de la región y los lleva a compartir experiencias

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El escritor Luis Villoro fue uno de los participantes en la mesa La otra justicia, en el primer Encuentro Americano Contra la Impunidad, que organiza en Chiapas el Ejército Zapatista para la Liberación NacionalFoto Moysés Zúñiga Santiago
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Periódico La Jornada
Lunes 22 de junio de 2009, p. 22

Caracol de Morelia, Chis. 21 de junio. No hay manera de matizarlo: es el recuento del horror, y no tanto por los crímenes de Estado del pasado reciente, sino la impunidad que los cubre, lo mismo Argentina que Acteal. Y lo preocupante: los que se suceden y multiplican hoy en Perú, Guatemala y nuestro estado de Guerrero.

Sólo en este último, según documenta el Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco) de Chilpancingo, en la entidad gobernada por el perredista Zeferino Torreblanca se han registrado más de mil 100 muertes violentas, distintas de las del narcotráfico y la delincuencia común. En la mayoría se involucra alguna fuerza policiaca o militar, en relación o no con movimientos o acciones de la sociedad; todos, civiles inocentes.

En el mismo periodo hay más de 200 desapariciones no resueltas y 70 secuestros, según el Comité de Familiares y Amigos de Secuestrados, Desaparecidos y Asesinado de Guerrero. El defensor Javier Monroy, participante en el Encuentro Americano Contra la Impunidad que concluyó hoy en el caracol zapatista Torbellino de nuestras palabras, describió la militarización de esa entidad como masiva y omnipresente.

Los horrores de Argentina

A este país que cada día desconocemos más, como expresó la filósofa Fernanda Navarro, coordinadora de la sesión plenaria esta mañana, vino Andrea Benítez, de la Asociación de Familiares de Desaparecidos de Argentina. Allá están identificados y denunciados 9 mil 26 ejecutores directos del plan de exterminio desatado en su país en los años 70 del siglo pasado. Una ínfima cantidad de ellos han sido juzgados, ya no digamos sentenciados.

También debe existir castigo para los cómplices del genocidio, como medios de comunicación, dueños del capital, partidos políticos, agrega. Los gobiernos Kirschner nada han hecho, ni se ha resuelto la desaparición reciente de Julio López, que ya es reclamo internacional.

Contra la impunidad que garantizan las leyes de perdón y olvido en el cono sur tras las dictaduras se pronunció también Andrea Caraballo, de la organización Contraimpunidad de Uruguay: No olvidamos, no nos rendimos, no perdonamos.

En Guatemala, los desaparecidos políticos suman 45 mil, refiere Julio Rosales, del Movimiento Nacional por los Derechos Humanos del vecino país, único sobreviviente él mismo de una familia desaparecida. Nadie paga por esos crímenes. El principal responsable, Efraín Ríos Mont, es hoy legislador con fuero. A 12 años de los incumplidos acuerdos de paz que dieron fin a 36 años de guerra, ha recorrido el mundo un clamor de justicia, y nada.

Sigue habiendo perseguidos, como Ramiro Choc, el preso político más importante en Guatemala, y desaparecidos; pueblos desplazados y agredidos por la minería a cielo abierto, que hoy concita el mayor no nacional. Además, los feminicidios son constantes y el crimen organizado ha ocupados los espacios asesinos y desestabilizadores que antes monopilizaron militares y paramilitares.

También están presentes y testimoniando algunas víctimas del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, como la dirigente mazahua Magdalena García Durán, vejada y encarcelada sin motivo durante la represión en Atenco, hace dos años. Los ancianos matlatzincas de Santa Cruz Atizapán, a quienes se persigue y despoja en el valle de Toluca.

Llegan las Abejas de Acteal (Chiapas) y la voz de los presos de Loxichas (Oaxaca), sólo dos de los casos de masacre, injusticia e impunidad ocurridos durante el aciago sexenio de Ernesto Zedillo. Fuerza Indígena Chinanteca Kia-nan, y los colonos perseguidos por particulares en Lomas de Poleo, Ciudad Juárez, relatan sus dolorosas resistencias.

María Teresa Contreras Rodríguez, viuda de un minero sepultado en Pasta de Conchos (Coahuila), declara que los deudos no tolerarán más engaños. “Estamos dispuestos a tomar la mina”.

Especialmente para el encuentro, el escritor inglés John Berger envió Tres sueños. Al iniciar la sesión de hoy, fue leído uno de ellos: “Un sueño que tuve hace diez años. Estaban escarbando. Había gente buscando a los muertos. Muchos pensaban que ya no se encontraban ahí. Entre la muchedumbre también había perros. Yo, buscando, miraba la excavación. Y de pronto, como un silbido en el viento, los muertos invisibles salieron del agujero y penetraron todo mi ser mientras gritaba: ‘¡Los llevaré conmigo!’ Me despertaron el silbido y mi grito y el silbido. Pero desperté contento, sabiendo lo que tenía que hacer. Si en estos diez años he logrado o no cumplir esa tarea, no lo sé”.