Cultura
Ver día anteriorViernes 26 de junio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La Sinfonietta Ventus interpretó Armonías en El Colegio Nacional

La música de Mozart, manifestación de la divinidad, dice Mario Lavista
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de junio de 2009, p. 7

Para quienes asistieron al concierto que la Sinfonietta Ventus ofreció la noche del miércoles, en El Colegio Nacional, no quedó duda de que en la música de Mozart se encuentra una de las expresiones más elevadas del espíritu humano, incluso una manifestación de la divinidad, como sostuvo en una charla informal el compositor Mario Lavista.

Fueron 90 minutos en los que ese octeto de alientos, integrado por intérpretes en su mayoría de procedencia extranjera pero avecindados en México, logró conmover a la audiencia.

El programa Armonías estuvo integrado por dos obras de autores del siglo XX: el Divertimento en mi bemol, del inglés Gordon Jacob, y Octanophonie, del francés Eugène Bozza, así como otras dos del siglo XVIII: el Octeto, de Josef Myslivecek, y la Serenara número 12 en Do menor, de Mozart.

Aunque con grandes diferencias entre ellas, si por algo se distinguieron las dos primeras piezas fue por su tono festivo, incluso en ciertos pasajes hasta danzable, harto coloridas.

No fue el caso del Octeto de Myslivecek, el cual trasladó a una atmósfera más intimista, espiritual, en la que durante varios pasajes el sonido parecía pender de un delgado hilo. También hubo espacio para algo como la resurrección, con música desbordante en dicha y color.

Qué decir de la serenata de Mozart, reconfortante brizna que se esparció primero por la epidermis, crispándola de gozo, para luego adentrarse en el torrente sanguíneo y hacer ebullir las emociones más recónditas.

Por si no hubiera sido bastante, la Sinfonietta Ventus obsequió como encore el último movimiento del Octeto en fa mayor de Haydn. Una caricia más al espíritu.

Foto
Atrilistas de la Sinfonietta Ventus, antenoche, durante su concierto en la sede de El Colegio NacionalFoto María Meléndrez Parada

Antes de comenzar la velada, al igual que se acostumbra en el Festival de Bayreuth, Alemania, los dos cornistas de la agrupación dieron la segunda llamada para el inicio del concierto con una fanfarria, no mayor de un minuto, escrita ex profeso por Mario Lavista, en lo que representó el estreno mundial de tan breve pieza.

También antes de dar espacio a la parte musical, Lavista ofreció una introducción al programa, durante la cual explicó que las obras se inscriben en el género instrumental de alientos denominado, en alemán, Harmoniemusik y, en español, Armonías.

Según comentó, este género nació en la segunda mitad del siglo XVIII en Viena, en la corte del emperador José II. Se trata de conjuntos instrumentales organizados en pares, cuyo tamaño podía variar e incluir desde un solo tipo de instrumentos, por ejemplo dos cornos, hasta un máximo de 13.

La formación instrumental más frecuentada en esos tiempos, precisó, era el octeto de alientos, formado por dos oboes, dos clarinetes, dos cornos y dos fagots, que es la dotación de dicha sinfonietta.

Las Armonías, al igual que el cuarteto de cuerdas, desempeñaron un papel relevante en el desarrollo y consolidación del estilo compositivo del periodo clásico, subrayó el compositor.

Prácticamente todos los compositores recurrieron a este género camerístico, desde los menos conocidos hasta los consagrados, como Haydn y Mozart. En no pocas veces, las obras para instrumentos de aliento, las Armonías, se publicaban con otros nombres, como divertimento, serenata, partita o simplemente octeto.