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Golpe de Estado en Honduras

Rechaza la Casa Blanca programar un encuentro oficial entre Zelaya y Obama

EU, sin contacto con líderes de la asonada; mantiene asistencia militar y económica

Suspende el Pentágono operaciones con las fuerzas armadas del país centroamericano

Washington esperará al 6 de julio para aplicar otro tipo de medidas, aseguran funcionarios

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Partidarios de Manuel Zelaya durante una marcha de apoyo ayer en el centro de Tegucigalpa. El gobierno de Micheletti sostuvo que no existe ninguna posibilidad de que el gobernante regrese al poder, en abierto desafío a la presión internacional que ejercen organismos como la OEA y la ONUFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 2 de julio de 2009, p. 25

Washington, 1º de julio. El gobierno de Barack Obama cortó toda comunicación desde el domingo con militares que participaron en el golpe de Estado en Honduras, y suspendió operaciones militares conjuntas, entre otras actividades de cooperación, pero mantiene la asistencia militar y económica, así como la presencia de su embajador en Tegucigalpa, según fuentes oficiales.

El gobierno de Obama no accedió a programar una reunión oficial entre el presidente Manuel Zelaya y su contraparte en la Casa Blanca, aunque Thomas Shannon, subsecretario de Estado, y Dan Restrepo, director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, se entrevistaron de manera informal con el hondureño en la sede de la Organización de Estados Americanos. Zelaya rehusó toda cita oficial que no fuera con el presidente estadunidense.

Así, aunque Zelaya logró en su breve visita a Estados Unidos el apoyo unánime de los países de la OEA, lo mismo que de los 192 miembros de la ONU, no logró un encuentro con Obama.

Acción y no acción

“Estados Unidos cortó todo contacto con aquellos militares que perpetraron el golpe… y suspendió nuestros esfuerzos de cooperación militar” con Honduras, afirmó un alto funcionario del gobierno de Obama en una teleconferencia. Por otro lado, el Pentágono anunció hoy que había suspendido operaciones militares conjuntas con los hondureños. Sin embargo, por ahora el gobierno estadunidense no ha suspendido su asistencia militar o económica.

Altos funcionarios del gobierno estadunidense enfatizaron que su gobierno participa plenamente con la comunidad interamericana para resolver la crisis en Honduras. Argumentaron que su gobierno no ha tomado la decisión de aplicar mayores sanciones como la suspensión de asistencia estadunidense, mientras evaluamos el impacto de otras acciones sobre nuestros programas y sobre el bienestar del pueblo hondureño. Esperaremos hasta el 6 de julio para escuchar la determinación del secretario general de la OEA antes de tomar otras medidas, dijo.

Aunque reconocieron que tanto Obama como la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se refieren a los hechos como un golpe, el Departamento de Estado aún está revisando si los hechos en Honduras serán definidos como tal, lo cual bajo la ley obligaría la suspensión de casi toda la asistencia militar y económica estadunidense a ese país.

Indicaron que “no estamos planeando el retiro del embajador estadunidense… ya que es importante mantener una presencia” en ese territorio para apoyar las gestiones diplomáticas multilaterales para resolver la crisis.

Para Estados Unidos, añadieron las fuentes, como expresa la resolución adoptada por la OEA esta madrugada, el acto de los golpistas fue inconstitucional, ilegal y no puede ser tolerado, por lo tanto, la solución es el regreso incondicional del presidente Zelaya.

En el siglo XXI estos golpes no duran mucho, pronosticaron, ya que ante el rechazo mundial del acto, y por la extensa interrelación económica, política y social del sistema interamericano, es difícil que sobreviva una régimen aislado. Indicaron que una suspensión de Honduras por la OEA llevaría a una cascada de consecuencias tanto políticas como económicas en la relación del país con la comunidad internacional.

En cuanto a los esfuerzos estadunidenses para detener la crisis en el periodo antes del golpe, los funcionarios explicaron que aunque Washington no pronosticó lo sucedido, sí estaba preocupado porque la situación política evolucionaba hacia una crisis, obviamente estábamos preocupados por una acción anticonstitucional, y se intentó convencer a todas las partes de buscar un camino legal y pacífico para resolver el conflicto político. Afirmaron que todas las partes fueron advertidas de que Estados Unidos no apoyaría ningún acto inconstitucional.

Señalaron que la OEA en sus esfuerzos por lograr la restauración del orden constitucional en Honduras, tendrá que abordar el tema de la gobernabilidad en esta coyuntura donde las instituciones democráticas están gravemente dañadas en ese país, y que para una solución efectiva, tendrá que forjarse algún tipo de acuerdo entre todas las partes.

Así, el gobierno de Barack Obama busca comportarse sólo como un socio más de la comunidad interamericana, enfatizando el proceso multilateral como la respuesta a la alteración inconstitucional del orden democrático en Honduras. Según fuentes diplomáticas, la participación de Estados Unidos en los esfuerzos multilaterales ha sido muy positiva desde un inicio.

Sin embargo, a diferencia de los otros integrantes de la OEA, no hay otro país en el mundo con el nivel de presencia, inversión, relación militar y asistencia con Honduras y, por lo tanto, lo que hace Washington sigue siendo igual de importante que lo que hará o no la comunidad interamericana en torno a Honduras.