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El PVEM sacó provecho de su alianza de facto con las televisoras

En 15 entidades el perredismo fue desplazado a tercera fuerza electoral
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de julio de 2009, p. 8

Los comicios del pasado domingo representaron un retroceso general del PRD, desde sus bastiones principales, como el Distrito Federal o el estado de México, hasta las entidades del norte y centro del país, donde en 15 estados fue desplazado de la tercera fuerza. En comparación con el repunte que tuvo en el norte en 2006, ahora el PRD volvió a sus votaciones históricas, que lo convirtieron en algunos estados en la quinta fuerza, con votaciones aun menores a 2 por ciento.

La caída perredista en el norte permitió al Partido Verde Ecologista de México –favorecido por una serie de irregularidades que el Instituto Federal Electoral (IFE) no pudo contener– consolidarse en esas regiones como la tercera fuerza, toda vez que su comportamiento electoral fue más homogéneo en todo el país. Asimismo, Nueva Alianza logró posicionarse como tercera fuerza en tres estados: Campeche, Nayarit y Sinaloa.

Con el respaldo de Andrés Manuel López Obrador, el Partido del Trabajo alcanzó 3.57 por ciento de votos, en gran medida por su repunte en el Distrito Federal y el estado de México. Si en total logró un millón 210 mil 767, casi la mitad –519 mil 271–, provinieron de esas entidades.

Convergencia tuvo su mejor desempeño en la circunscripción número cinco –con cabecera en el estado de México–, con 3.6 por ciento de los sufragios. En las dos circunscripciones del norte del país –1 y 2– ese partido tuvo 1.33 y 1.39 por ciento del voto.

Aunque el PRD se mantuvo como primera fuerza electoral en cuatro de las entidades que gobierna –Distrito Federal, Michoacán, Zacatecas y Baja California Sur–, registró una notable caída respecto de los comicios anteriores. Fue desplazado a la cuarta y quinta fuerzas electorales en muchos de los estados del norte, al punto de que el promedio de votos que alcanzó en las circunscripciones 1 y 2 fue de 6.5 y 6.4, respectivamente.

En el Distrito Federal pasó de 51 por ciento de sufragios que alcanzó la coalición Por el Bien de Todos en 2006 –con el perredismo como eje– a 24.94 por ciento, y en el estado de México retrocedió de 36 por ciento a 15.75.

Al cierre del PREP, el PRD había obtenido 39 distritos, la gran mayoría en el DF, con 17, y ocho en Michoacán. El resto fueron en Zacatecas (4), Chiapas (5), Baja California Sur (2), Tabasco (2) y Guerrero (1).

En Campeche el perredismo es casi inexistente. Allí se ubicó como sexta fuerza, con 1.75 por ciento, sólo por delante de los partidos del Trabajo y el Social Demócrata, que perderá el registro. Yucatán fue otro desastre para el PRD, con sólo 1.82 por ciento. En ambas entidades obtuvo sólo 18 mil 108 votos en conjunto.

En 19 entidades no superó 9 por ciento de votación y en algunas la participación fue casi testimonial: Colima y Nuevo León (2 por ciento), Coahuila (3), Chihuahua (3), Querétaro (3.25); Durango (4.7), Jalisco (5), Aguascalientes (4.3), Sinaloa (4.23) y Sonora y Tamaulipas (4.3).

El PVEM, amparado en una alianza de facto con las televisoras, incurriendo en prácticas sancionadas por el IFE, pero que finalmente afectaron la equidad de la contienda, alcanzó una votación que evidenció la rentabilidad de la violación del modelo de comunicación política en que insistentemente incurrió.

Si a escala nacional obtuvo 6.51 por ciento, el PVEM capitalizó esta situación, al ubicarse como tercera fuerza electoral en 10 estados y en las dos circunscripciones que abarcan estas entidades. Al menos hay cuatro entidades donde el repunte verde fue sustancial: Aguascalientes (12.77 por ciento de los votos), Guanajuato (11.79), Baja California Sur (11.34) y Chihuahua (11.16).