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Encerrona previa a reunión de Morelia; los chuchos apoyan línea de que Ortega siga en la dirigencia

Caótico para el PRD si AMLO deja sus filas, rectifican en Nueva Izquierda

El presidente del partido propondrá crear un polo que nombre a un solo candidato en 2012

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Jesús Zambrano y Jesús Ortega a su llegada a la reunión de Nueva Izquierda donde analizaron el resultado del proceso electoral del pasado día 5Foto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de julio de 2009, p. 8

La percepción imperante en la corriente perredista Nueva Izquierda es que tras el proceso electoral del pasado domingo, Andrés Manuel (López Obrador) está fuerte y no sería conveniente expulsarlo del partido, como demandan Guadalupe Acosta Naranjo y el grupo de René Arce.

No obstante, la histórica caída del PRD en la preferencia electoral no fue argumento suficiente para que los chuchos acepten la posibilidad de renuncia del jefe de su clan, Jesús Ortega Martínez, a la dirigencia nacional del partido.

En cónclave, entre rostros preocupados y en algunos casos de resignación, la mayoría de los dirigentes de Nueva Izquierda aceptó sin cuestionar la línea de Ortega, que este sábado por la noche, en Morelia, durante la reunión de gobernadores –incluido el jefe de Gobierno del DF–, legisladores y líderes de las corrientes, redundará en reconocer el liderazgo carismático de López Obrador y su influencia en el movimiento popular del país, la conformación de un polo de izquierda donde se aglutinen todas las expresiones del país y la continuidad del dirigente nacional, porque de concretarse su salida, la situación de ese partido sería caótica.

Atrás quedaron las posturas rupturistas de los chuchos y se abrió paso a un nuevo discurso de reconciliación. Salvo Acosta Naranjo, a quien Carlos Navarrete enmendó la plana al disentir de su cliché mediático de divorcio pactado y su negativa a asumir que López Obrador es el líder de la movilización popular de izquierda, y Víctor Hugo Círigo, quien no perdonó la caída de Nueva Izquierda en Iztapalapa, la corriente que domina los principales cargos de dirigencia en el PRD modificó su demanda de expulsión del ex candidato presidencial para abrir paso a su estadía pactada.

En el encuentro de ayer en un hotel de Paseo de la Reforma, la única consigna seguida al pie de la letra por los incondicionales chuchos fue que la propuesta de renuncia de Ortega es innegociable.

Los integrantes de Nueva Izquierda se encerraron en el décimo piso del hotel de concentración y ahí escucharon a Jesús Ortega, quien sostuvo la urgencia de reconciliar a todas las corrientes y grupos de su partido. Puso sobre la mesa la formación de un polo de izquierda –un frente aglutinador de todas las expresiones políticas afines– que participe con un candidato presidencial en 2012.

Enseguida, Acosta Naranjo presentó una apología del crecimiento histórico del PRD y refirió, con dureza, el desastre electoral en Ciudad Nezahualcóyotl e Iztapalapa, como paradigma de su partido. Con su estilo enredado de hablar, emitió una frase que pretendió ser lapidaria, excusándose del fracaso del que también es corresponsable, pues participó activamente en él: “las elecciones no las perdimos ahora, las perdimos desde que tomamos la tribuna (en la Cámara de Diputados), desde que Andrés (Manuel López Obrador) nos dijo que tomáramos la avenida Reforma”.

Las coincidencias entre los chuchos se diluyeron, y Carlos Navarrete ocupó el micrófono para reprochar a Acosta que el PRD es una fusión de diversas fuerzas de izquierda; somos el partido más plural, dijo.

Jesús Zambrano, quien maneja los hilos de Nueva Izquierda, centró la discusión en el tema de fondo para los chuchos: qué van a negociar este sábado en Morelia y si cederán a la presión del resto de los grupos que se han formado en el PRD. Los tiempos no los marca más que el propio partido, y ahora se hará un ejercicio con los gobernadores, los legisladores y los dirigentes.

Postularse ya, pide Navarrete al tabasqueño

La sensación de que Nueva Izquierda se encuentra en proceso de capitulación política frente al resto de las corrientes en el PRD, en especial de reconocimiento al liderazgo de López Obrador, la evidenció Navarrete, quien coincidió en no regatear la valía del movimiento que construye el tabasqueño, a quien pidió que se postule ya como precandidato a la Presidencia para el proceso de 2012, con el propósito de que Marcelo Ebrard, Amalia García o Leonel Godoy también se sumen al listado, para dar una imagen de fortaleza política en las filas del perredismo. Incluso, con ironía hasta se descartó: “Porque hay que reconocer que ni Jesús ni yo somos carismáticos (…)”.

También Joaquín Vela, ex diputado del PT y ahora integrante de la Unidad Democrática Nacional –quien refirió los sucesos del encuentro que a piedra y lodo sostuvieron los chuchos–, sostuvo que su nuevo partido está obligado a enraizarse entre los sectores sociales del país para evitar la nefasta burocracia que ahora los envuelve.

En un receso, Ortega manifestó que la dirigencia del PRD –controlada por Nueva Izquierda– espera la participación de López Obrador en la reunión de Morelia: no sé si vaya asistir; a mí me interesa que esté presente, ya que de esa reunión salen acuerdos y vías para avanzar en la unidad.

Al preguntarle si la opinión de los gobernadores durante la reunión de Morelia condicionaría su permanencia en la dirigencia perredista, respondió: creo que debe ser tomada en cuenta, porque aparte de ser militantes tienen una responsabilidad política, pero no creo que los problemas del partido se resuelvan sobre la base de que ahora ellos tomen las decisiones en el seno del partido. Esas las toman los órganos estatuarios, el Consejo Nacional, el Congreso Nacional y la Comisión Política, y hay un órgano donde los gobernadores participan, que es el Consejo Político.