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Golpe de Estado en Honduras

La comunidad internacional nos castiga hoy, pero no nos hubiera liberado del venezolano, dice

El golpe, para evitar que Chávez tomara Honduras: gobierno de facto

Es complicado explicar la expulsión de Zelaya en ropa de cama, acepta la vicecanciller de Micheletti

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Despliegue policiaco en Tegucigalpa durante una marcha de simpatizantes de Manuel Zelaya, presidente constitucional de HondurasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de julio de 2009, p. 18

Tegucigalpa, 11 de julio. “No había alternativa: o Hugo Chávez (el presidente de Venezuela) tomaba Honduras por medio de sus tentáculos o los hondureños hacíamos lo que teníamos que hacer dentro de la ley”, afirmó la vicecanciller del gobierno de facto, Martha Alvarado, en una de las declaraciones más claras de los golpistas sobre los motivos del secuestro y expulsión a Costa Rica del presidente constitucional, Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio.

Siempre supimos que había que pagar y se discutió sobre el costo, y lo volveríamos a hacer las veces que fuera necesario, agregó Alvarado en entrevista difundida por la agencia Reuters, en la que admitió que es complicado explicar el hecho de que el ejército secuestró a Zelaya y lo obligó a salir del país en ropa de dormir, pero afirmó que es posible convencer a la comunidad internacional de sus argumentos legales sobre la acción que puso al mandatario fuera de la sede del Poder Ejecutivo.

La comunidad internacional nos castiga hoy, pero no hubiera venido a liberarnos de Chávez. Estamos pagando el precio que tenemos que pagar por cinco meses, no por 10 años, como llevan los venezolanos, dijo en la conversación realizada en el Palacio Presidencial de Tegucigalpa.

Integración a la Alba

Alvarado alude al hecho de que Zelaya, militante del Partido Liberal –una de las dos fuerzas políticas derechistas hondureñas, junto con el Partido Nacional, que ha compartido el poder por décadas–, giró a la izquierda en sus planteamientos de política social y exterior, que culminó con la integración de su país a la Alternativa Bolivariana para las Américas, liderada por Chávez.

El venezolano no sólo condenó el golpe de Estado en Honduras, sino que, además, el pasado martes declaró que está muerto el diálogo organizado por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, con la anuencia de Estados Unidos, que suspendió su ayuda militar y para el desarrollo dirigida al gobierno de facto hondureño, pero mantuvo su embajador en Tegucigalpa, a contrapelo de la decisión tomada individualmente por países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Chávez sugirió también que México, en su calidad de presidente pro tempore del Grupo de Río, convoque a los jefes de Estado para intensificar las acciones diplomáticas contra la usurpación del poder en Honduras.

Cada vez que Chávez habla es ganancia; que siga haciéndolo, ya que es lo que más queremos, dijo Alvarado, cuyos señalamientos coinciden con una intensa campaña del gobierno golpista en la televisión oficial, en la que el mandatario venezolano es presentado como el principal instigador de la inestabilidad política, además de que muestra imágenes en las que insulta a su par estadunidense, Barack Obama, y al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, a quien en un diferendo diplomático –ocurrido el año pasado– llamó pendejo insulso.

Desde Cuba, el líder revolucionario Fidel Castro se refirió nuevamente a la situación en Honduras, en un artículo difundido el viernes por la noche en el sitio de Internet Cubadebate.

Si el presidente Manuel Zelaya no es reintegrado a su cargo, una ola de golpes de Estado amenaza con barrer a muchos gobiernos de América Latina, o quedarán a merced de los militares de extrema derecha, educados en la doctrina de seguridad de la Escuela de las Américas, experta en torturas, la guerra sicológica y el terror, escribió Castro.

La primera vez que el cubano abordó la crisis hondureña fue en la semana previa al golpe de Estado, cuando Zelaya habló ante simpatizantes congregados frente a la sede presidencial para arengarlos a defender el orden constitucional y la realización de una consulta popular sobre la posibilidad de convocar a un congreso constituyente, que incorporaría un nuevo proyecto económico y social en uno de los países más pobres de América, donde permanentemente está estacionado un contingente de medio millar de soldados estadunidenses, en una base aérea, por lo que Castro afirma que Honduras es un país ocupado por las fuerzas armadas de Estados Unidos.

A mediados del siglo XX, Washington alentó la instauración de una dictadura militar que en 1982 dejó el poder a civiles que aceptaron el establecimiento de bases militares de apoyo a la contrarrevolución nicargüense en aquella década. ¿Cuál es el objetivo de la base militar, los aviones, los helicópteros y la fuerza de tarea de Estados Unidos en Honduras? Sin duda sirve únicamente para emplearla en Centroamérica. La lucha en Centroamérica no requiere de esas armas, apuntó.

Castro, quien el 25 de junio destacó que la conducta valiente de Zelaya pasará a la historia, señaló ahora que éste fue audaz al intentar volver a Honduras por la vía aérea, el domingo pasado (lo cual fue impedido por las fuerzas armadas en el aeropuerto de Tegucigalpa).

Si los golpistas deseaban juzgarlo por supuestos delitos constitucionales, ¿por qué no le permitieron aterrizar?, cuestionó Castro, quien indicó que puede ser muy negativo para Obama, quien desea mejorar la imagen de su país, que los militares golpistas ni siquiera presten atención a la administración civil estadunidense. Sobre la posición de los militares hondureños, el viceministro argentino de Defensa, Alfredo Forti, aseguró que del rango de coroneles han estado transmitiendo mensajes al exterior diciendo que están en el límite de su capacidad de aguantar la presión nacional e internacional para restituir el orden constitucional.

“No sabemos si esos llamados son porque hay militares constitucionalistas o porque ven que es una situación perdida (la defensa del gobierno de facto) y tratan de buscar una salida”, dijo Forti, quien señaló que a los soldados argentinos les preocupa que quede establecido algún tipo de precedente que podría repetirse en el futuro en otro país.

En tanto, Zelaya viajó hoy de Santo Domingo a Washington para una reunión tripartita con Insulza y el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Thomas Shannon, según confirmó un vocero del Departamento de Estado.

La presencia de Zelaya en Washington se dio horas después de que una delegación del gobierno golpista salió de la capital estadunidense. El ex canciller Guillermo Pérez Cadalso, uno de los integrantes de dicha delegación, afirmó que durante su estancia hemos podido hablar y ya empieza a circular por el mundo otra versión distinta sobre el golpe, la de que Roberto Micheletti fue impuesto por acuerdo de los poderes Judicial y Legislativo.