Sociedad y Justicia
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La historia juzgará a Schulenburg, indica el rector de la Basílica

Piden olvidar la polémica sobre Juan Diego en misa de ex abad

Ausentes, jerarquías católica y política en misa exequial del religioso

 
Periódico La Jornada
Martes 21 de julio de 2009, p. 38

El cardenal Norberto Rivera celebró la misa exequial del ex abad de la Basílica de Guadalupe Guillermo Schulenburg, cuyos restos permanecieron en el altar mayor, ante las imágenes del milagro mariano que el religioso cuestionó en vida .

La polémica quedó en el pasado y ahora lo importante es que Dios lo ha juzgado y lo ha llevado a su misericordia. Eso es parte de la vida y de la historia y ahí quedó, expresó el rector del recinto del Tepeyac, Diego Monroy.

Sabemos muy bien que Juan Dieguito está en los altares, nuestro santo indio. Es amado y venerado por todos nosotros. Eso (la controvertida opinión sobre su existencia) ya pasó, ya la historia lo juzgará más adelante. Pero nosotros oramos por él, bendecimos al señor por su trabajo, esfuerzo y empeño en hacer siempre el bien a la Iglesia, manifestó en entrevista.

En la mañana de ayer, Rivera Carrera concelebró con el cabildo guadalupano la misa exequial del último abad del templo mariano, quien por 33 años dirigió el recinto. En la homilía fue recordado como un personaje que no dejó de enfrentar dificultades y polémicas en su vida pastoral.

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El cardenal Norberto Rivera celebró la misa exequial del ex abad de la Basílica de GuadalupeFoto María Luisa Severiano

El vicario general de Agentes de Pastoral de la Arquidiócesis de México, Enrique Glennie, fue designado por Norberto Rivera para presidir la liturgia en la Basílica de Guadalupe, en la que expresó sobre el religioso: En su vida no dejó de enfrentar dificultades y polémicas, como sucede siempre que se emprenden grandes obras.

A la celebración eucarística acudieron familiares y amigos de Schulenburg Prado, el ex gobernador Miguel Alemán acompañado de su esposa Christiene Magnani.

Sin embargo, fue notoria la ausencia de personajes de la jerarquía católica y de representantes del ámbito político.

Como se había informado, al término de la misa el cuerpo fue trasladado a la funeraria, en la cual el día anterior fue velado, para su incineración.

Por la tarde, Diego Monroy presidió otra celebración para el abad de la Basílica, quien en 1996 puso en duda la existencia de Juan Diego y con ello las apariciones de la virgen de Guadalupe.

Las cenizas del ex abad fueron depositadas en la cripta capitular de la Basílica.