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Arquidiócesis: carece de ética el modelo económico
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de julio de 2009, p. 4

La arquidiócesis de Acapulco criticó que en este entorno de crisis la economía no esté favoreciendo el desarrollo de todos los pueblos y de todas las personas, y precisó que una economía excluyente es siempre inhumana e inmoral, más aún en escenarios de recesión.

Al hacer mención de lo que establece la reciente encíclica papal (la segunda encíclica social de Benedicto XVI), denominada La Caridad en la Verdad (Cáritas in Veritate), que promueve un desarrollo centrado en la dignidad humana, la arquidiócesis refiere que dicho documento es un llamado a un examen responsable del funcionamiento de la economía que produce efectos tan desastrosos como el hambre, las de- sigualdades, la violencia social, el desempleo y el deterioro del medio ambiente.

Critica que muchas veces se ha optado por un modelo de desarrollo que se sustenta en las inversiones y en los avances tecnológicos (...) que margina e, incluso, excluye otras dimensiones fundamentales de la persona humana y de la humanidad, y agrega que debe entenderse que éste no sólo depende de las condiciones materiales.

Asegura que el desarrollo tiene una necesaria dimensión ética, que no se ve actualmente, pues mientras la riqueza mundial crece en términos absolutos, paradójicamente aumentan también las de-sigualdades económicas y sociales.

Remarca que la economía y las finanzas, al ser instrumentos para el desarrollo, suelen ser mal utilizadas cuando quien las gestiona tiene sólo referencias egoístas, y añade que debe reconocerse que, cuando el desarrollo compromete los recursos naturales y deteriora el medio ambiente, se vuelve contra sí mismo. Hace hincapié en que el respeto a la vida, en todas sus formas, es una condición necesaria para un desarrollo sustentable y solidario que produzca justicia y abra las puertas hacia un futuro mejor.

Trabajadoras domésticas, desprotegidas

El Instituto Nacional de las Mujeres informó que casi la tercera parte de las trabajadoras domésticas gana menos de un salario mínimo, 41.2 por ciento recibe ingresos entre uno y dos minisalarios y 95 por ciento no tiene acceso a ninguna institución de salud.

Apoyándose en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2008, esta dependencia federal advirtió que del total de trabajadores en servicios domésticos, 88.9 por ciento son mujeres. Este sector sigue siendo uno de los más desprotegidos y carentes de reconocimiento social.

Del total de mujeres ocupadas en el país, 11 por ciento son trabajadoras en servicios domésticos, mientras que del total de varones ocupados sólo 0.8 por ciento laboran en este rubro.

En el periodo de 2005 a 2008, la participación femenina en el trabajo doméstico no ha variado (96 por ciento); sin embargo, la de los hombres ha disminuido, al pasar de 62.7 a 58.4 por ciento.

Por otro lado, 9 por ciento de las trabajadoras son menores de 20 años; mientras la quinta parte son mayores de 50. Las personas que se dedican a estas labores poseen en su mayoría un nivel de instrucción bajo, ya que 33.6 por ciento no han terminado la primaria y sólo 27.8 por ciento alcanzaron a finalizar la secundaria.