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Realizan la primera de cuatro funciones de la ópera buffa de Gaetano Donizetti

Joven elenco dará vida al Don Pasquale que escenificarán en la UNAM

Repatrian a la soprano Rebeca Olvera, el tenor Javier Camarena y el barítono Josué Cerón

 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de julio de 2009, p. 4

Aplomo y talento son los principales atributos del joven elenco del Don Pasquale que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la asociación civil Pro Ópera ponen en escena a poco más de un cuarto de siglo de su anterior montaje en la capital del país.

Según lo observado en el ensayo general efectuado el jueves de ésta que es considerada la última de las grandes óperas bufas italianas, debida a Gaetano Donizetti, en México existe una nueva generación de cantantes con argumentos y filin para seducir y triunfar en los principales escenarios del mundo, en consonancia con los ya encumbrados.

Y es que la representación de este título, cuyas cuatro funciones tendrán lugar en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, permitió repatriar y volver a conjuntar a tres jóvenes y virtuosos intépretes que se dieron a conocer en 2004 a raíz de sus respectivos triunfos en el concurso de canto Carlo Morelli y, como parte del premio de éste, haber debutado juntos en el Palacio de Bellas Artes con los papeles protagónicos de La hija del regimiento, también de Donizetti.

Por eso en el medio se les conoce como los hijos del regimiento. Ellos son la soprano Rebeca Olvera, el tenor Javier Camarena y el barítono Josué Cerón, cada uno con ascendente carrera en Europa.

Perdición de un raboverde

Como los teatros o casas para los que trabajan los cantantes están de vacaciones veraniegas, pudieron aceptar su inclusión en este montaje, el cual marca el principio de un convenio entre la UNAM y Pro Ópera para coproducir cuando menos un título al año en la máxima casa de estudios.

Trabajo y muchas tablas es lo que reflejan tanto en el aspecto vocal como en el actoral, al tener un desempeño claro y convincente, al tiempo que hacen gala de un cuidadoso manejo de los aspectos técnicos e interpretativos, con capacidad lo mismo para provocar risa que para estremecer o conmover, según lo requiera la escena.

En particular destaca la actuación de Rebeca Olvera como Norina, por su gracia y encanto, así como su belleza, que ni anillo al dedo para dar vida a ese mustio personaje que habrá de hacer ver su suerte al pobre Don Pasquale, papel que es intérpretado por Charles Oppenheim, cuya situación merece lugar aparte.

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La soprano Rebeca Olvera, durante el ensayo general de la ópera que se escenificará en la sala Miguel CovarrubiasFoto María Meléndrez Parada

También es de resaltar el quehacer de Josué Cerón, como el Doctor Malatesta, no sólo por el terso y educado matiz de su voz, sino por lograr momentos musicales electrizantes.

El del bajo Charles Oppenheim, como ya se anotó, es un asunto que se cuece aparte. No sólo porque, a sus 51 años de edad, este montaje marca su debut en un protagónico, sino por las circunstancias extra artísticas que lo rodean, pues su carrera de cantante es relativamente reciente.

Sólo lleva tres años en esa faceta, de manera profesional, si bien cuenta que cantar es una actividad que ha practicado toda la vida. Su ámbito de trabajo está más relacionado con el mundo del periodismo, desde el cual se encarga de la edición de la Revista Pro Ópera.

De su participación como Don Pasquale, el cual es considerado el papel cumbre para bajo buffo, cabe subrayar su ágil desempeño sobre el escenario y la jocosa veracidad que confiere al personaje, un anciano, algo así como un raboverde, el cual busca los favores amorosos de una bella doncella sin saber que eso será su perdición.

La interpretación vocal de Oppenheim es cumplidora, aunque por momentos da la impresión de faltarle punch, energía, luego de que su voz era –en ocasiones– eclipsada por la orquesta.

De esa producción, de la dirección escénica se encarga José Antonio Morales, quien propone un montaje más bien tradicional, en el aspecto del desarrollo teatral, con escenografía modesta y un juego de iluminación bien diseñado.

Entre los aspectos novedosos del montaje, destaca que la historia es ubicada en nuestro tiempo, lo cual queda patente con el uso que hacen los personajes de teléfonos celulares y computadoras. Fuera de ello, nada más.

La parte musical corresponde al joven músico Rodrigo Macías, director asistente de la Filarmónica de la UNAM. Al frente del ensamble Filarmonía, el suyo es un quehacer bien llevado, sobrio, no obstante que en el primera mitad la música iba un tanto rápido y en ciertos pasajes se comía la voz de algunos cantantes.

Las funciones de Don Pasquale serán el 25 y 26 de julio, así como el 1º y 2 de agosto a las 18 horas.