La alternancia en el poder no eliminó la corrupción en el país, que continúa como uno de los grandes problemas no resueltos, sostuvo la jerarquía católica en el editorial del semanario Desde la Fe.

Agregó que después del 5 de julio y del triunfo del partido históricamente conocido –sin especificar que se trata del Revolucionario Institucional–, se acentuó el temor del “posible regreso de la corrupción.

Debemos ser realistas y reconocer que nunca se ha ido, pues seguimos enterándonos, una y otra vez, de irregularidades en el funcionamiento del servicio público; el problema continúa y algunos consideran que hay una alternancia de la corrupción.

Sin especificar entidades ni nombres, en el editorial se afirma que de la corrupción hay graves ejemplos de gobernantes de todos los partidos políticos.

Agrega que otros casos de ese problema son la entrega de los subsidios de Procampo, que pueden beneficiar incluso a narcotraficantes; los saqueos en los ductos de Petróleos Mexicanos; la concesión de las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde son socios algunos gobernantes en turno o sus familiares; la protección a narcotraficantes y extorsionadores; la desviación de fondos para la educación y salud; los abusos de los líderes sindicales y los oscuros intereses de algunos medios de comunicación.

Por ello, se asienta en el editorial, no es extraño que un país amigo como Canadá haya decidido imponer una visa para los mexicanos, pues hemos dejado de ser confiables.

En tanto, en la homilía de la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el obispo Antonio Ortega sostuvo que la violencia en el país se ha acentuado por la falta de diálogo y por el predominio en el interés de tener dinero y poder; se apuesta por el capital y las ganancias.