Mundo
Ver día anteriorJueves 6 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Irrumpen policías en el campus; golpean a la rectora y funcionarios de la UNAH

Reprime el régimen de facto protesta universitaria en favor de Zelaya

Delegación de la CIDH visitará Honduras para investigar violaciones a las garantías individuales

Foto
Movilización de universitarios para exigir el regreso del presidente constitucional de Honduras, Manuel ZelayaFoto Reuters
Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 6 de agosto de 2009, p. 22

Tegucigalpa, 5 de agosto. El pequeño grupo avanza penosamente en medio del humo. Un hombre agita un pañuelito blanco, en son de paz: ¡Ella es la rectora, ella es la rectora! Como si fuera una orden de ataque, los policías antimotines se lanzan contra el grupo, golpean a un par de funcionarios y derriban a la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos.

La rectora ha salido para pedir el retiro de los Cobras, antimotines de trajes moteados y cascos azules, que desde hace un rato arremeten contra los estudiantes con gas lacrimógeno, toletes y un carro lanza agua, paradójicamente comprado en la India por el gobierno de Manuel Zelaya.

Por la mañana, varios cientos de estudiantes, del Frente de Reforma Universitaria, deciden bloquear el Boulevard Zuyapa, frente al campus, y anuncian que se retirarán a las 12:30. Una hora antes, la policía se lanza contra ellos. Los jóvenes se repliegan, al tiempo que lanzan una lluvia de piedras a las fuerzas del orden. El enfrentamiento se prolonga durante varias horas.

Salimos con las manos en alto con la rectora, nos atacaron a toletazos y nos tiraron al suelo. ¡Ni en la peor época de la represión del sanguinario general Gustavo Álvarez Martínez, en los ochenta, se violó la autonomía de la universidad como ahora, dice, en medio de la refriega, el funcionario de la institución Olvin Rodríguez.

Ellos comenzaron la guerra, entraron a la universidad, comenzaron a tirar bombas y a corretearnos, dice una muchacha con la respiración entrecortada.

Aunque grupos de estudiantes y profesores se han incorporado a las marchas por el retorno del presidente Manuel Zelaya, en general las actividades de la UNAH se habían mantenido normales. De hecho, miles de alumnos, profesores y trabajadores quedan atrapados cuando la policía cerca el campus durante más de dos horas.

Esto es condenable, es un acto de barbarie inaceptable que viola la autonomía universitaria. No podemos permitir que repriman a los universitarios de esta forma, dice la rectora, todavía llorosa por los gases.

Los jóvenes más alebrestados obligan al repliegue policiaco en más de una ocasión, queman un vehículo y la emprenden a pedradas contra restaurantes de comida rápida.

Cuando parece que las cosas se calman, un nuevo contingente policiaco arremete contra los estudiantes. Los Cobras agarran parejo, es decir, contra jóvenes que los atacan y también contra aquellos que simplemente están ahí.

La rectora Castellanos dice que presentará una demanda contra la policía, en tanto que el comisionado José Flores jura que él no dio ninguna orden para que los efectivos entraran a las instalaciones universitarias e informa de diez policías lesionados. Dentro del campus, son atendidas más de 20 personas, la mayoría descalabradas o afectadas por los gases.

Otra marcha de tres mil seguidores avanza a la misma hora hacia la Suprema Corte de Justicia, pero decide no sumarse a los estudiantes para no hacer más grande el problema.

Ya cerca de la noche, unos 500 estudiantes bloquean brevemente otra avenida y anuncian el fortalecimiento del Frente Universitario contra el Golpe.

Entre el 17 y el 21 de agosto, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitará Honduras para recabar información sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos tras el golpe.