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Abrirán en el Museo Dolores Olmedo una exposición con el legado del artista

Mostrarán cómo El Corcito creó una vasta iconografía nacional

La exhibición marca el comienzo de las conmemoraciones patrias de 2010 en ese recinto, que cumple 15 años

Se incluyen dibujos, epístolas y lienzos caracterizados por su crítica corrosiva

Foto
El curador Rafael Pérez; Luisa Barrios, nieta de Antonio Ruiz, El Corcito; José Ramón San Cristóbal, titular de Promoción Cultural de la SHCP, y Carlos Philips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo. Al fondo, Verano, obra del artistaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de agosto de 2009, p. 4

Antonio Ruiz, El Corcito, dibujante, pintor, escenógrafo, arquitecto y aficionado a la fiesta taurina fue un personaje representativo en la cultura de la primera mitad del siglo XX mexicano que dejó una vasta obra pictórica caracterizada por una crítica corrosiva.

Del acervo legado por el artista –luego de su muerte, ocurrida en 1964–, este sábado se inaugurará la exposición ¿Por qué tan chiquito pintaba El Corcito?, en el Museo Dolores Olmedo, la cual marca el comienzo de las conmemoraciones por el bicentenario y el centenario de la Independencia y de la Revolución, respectivamente, en el recinto ubicado en La Noria, Xochimilco, que este 2009 cumple 15 años.

La muestra comprende más de 200 trabajos de Antonio Ruiz, en su gran mayoría dibujos, fotografías, epístolas y algunos de sus lienzos más representativos, como La soprano, Verano, Serenata, El organillero, Desfile cívico escolar y Reposo (Cocina mexicana) por mencionar algunas de las obras que forman parte de las colecciones del Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la de Andrés Blaisten.

En las coloridas imágenes plasmadas por el artista destacan los paisajes, personajes cotidianos del México de esa época –populares e intelectuales–, así como tradiciones, episodios concretos y realistas del costumbrismo local.

El guión museográfico mostrará al espectador cuatro salas temáticas, donde se propone un recorrido por la trayectoria y perfil del destacado dibujante: el primer núcleo temático abarca las obras producidas por el artista entre 1914 y 1921, que corresponden a su etapa de formación académica en la Academia de San Carlos; después, en Cauces de Modernidad, se ubica la obra de El Corcito entre el nacionalismo y la modernidad y se apreciará el enriquecimiento de su preparación plástica; mientras en el tercer apartado se observará la disciplina dibujística, en la cual el creador transita de la línea más simple hasta el modo más complejo de representación.

En el cuarto apartado, Nacionalismo Alterno (1936-1964), el visitante conocerá cómo convergen las expresiones anteriores para consolidar una iconografía propia, legítima y alterna a la de la gran pintura mural.

También en esa etapa, El Corcito enfatiza su trayectoria con obras que se constituyen como narraciones y sátiras visuales de refranes y tradiciones compartidos de modo colectivo, como es el caso de La soprano (La flauta mágica), que retrata la expresión popular de salir un gallo con fino sentido del humor.

“Más que una exposición retrospectiva, se trata de desarrollar museológicamente cómo Antonio Ruiz logró configurar una iconografía que fue origen y causa de los paradigmas y ethos propios del México posrevolucionario, reivindicando a la vez a la pintura de caballete, cuyo tamaño no es proporcional a la carga significativa y mordaz de los mensajes que contiene y transmite”, dijo María de los Ángeles Sobrino, integrante del equipo curatorial.

Abundante acervo espistolar

En tanto, Luisa Barrios, nieta de El Corcito, dijo que existe un gran acervo epistolar donde se hallan referencias a la cultura de la época y a las vicisitudes de la escuela La Esmeralda, tras su fundación. En las cartas, colegas de Antonio Ruiz hablan de otros artistas contemporáneos. En las misivas figuran los nombres de Gabriel Fernández Ledesma, Roberto Montenegro, Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Miguel Covarrubias, Ernesto García Cabral y el Doctor Atl, quien fue, además de su colega, gran amigo y vecino.

Barrios hizo énfasis en el quehacer del artista en materia educativa y Carlos Phillips Olmedo se refirió a la historia social del país y de lo que fue la ciudad, aspectos que quedaron inmortalizados en las obras legadas por el pintor, nacido en Texcoco en 1892.

Sobre el artista, considerado uno de los más representativos en la pintura de caballete, José Ramón San Cristóbal Larrea, titular de la Dirección General de Promoción Cultural, Obra Pública y Acervo Patrimonial de la SHCP, explicó: “La exposición, planeada desde hace cuatro años, contribuye a la formación del conocimiento y la apreciación sobre la obra de este artista, al concentrar sus contenidos en las trayectorias artístico-formativas que hicieron de El Corcito un artista significativo del devenir de la plástica en los inicios de la modernidad en México”.

¿Por qué tan chiquito pintaba El Corcito? se exhibirá en el Museo Dolores Olmedo (avenida México número 5843, colonia La Noria, Xochimilco) del 15 de agosto al 15 de noviembre.