Opinión
Ver día anteriorJueves 13 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Críticas y descalificaciones sin propuestas
A

raíz de los terribles sucesos de Michoacán y otros estados han arreciado las críticas y descalificaciones a la guerra de Calderón contra el narcotráfico. Han surgido prácticamente de todas las fuentes y con toda razón. La estrategia es un fracaso rotundo y lo seguirá siendo si no se modifica.

La visión de la presente estrategia es irresponsable y estrecha. Irresponsable porque, aunque frecuentemente expresa cómo está creciendo el tema de las adicciones en el país, nada hace para la prevención y rehabilitación de esta enfermedad social. Educación le presta atención prácticamente nula y descoordinada; Salud sencillamente, a pesar de que existie Conadic, es invisible ante la magnitud del problema nacional.

En el absurdo campo desatado de la guerra, aunque se ha escrito repetidamente, se sigue menospreciando que no son los narcoinsurgentes a los que hay que combatir, sino a lo que los hace posibles: un enorme flujo de dinero, armamento siempre a su disposición y complicidad de autoridades en casi todos los niveles. Si estos tres factores se pudieran controlar, la agresión armada del crimen organizado se extinguiría como una vela.

Paradójicamente, hace casi 20 años ya se pronosticaba lo que hoy está sucediendo, por ello se puso en vigor por decreto presidencial un sólido recurso sobre la materia: el Programa Nacional para el Combate a las Drogas, que se ejecutó con éxito. De su aplicación se asignaron responsabilidades a 10 secretarías, se creó el Cendro, centro de inteligencia contra el narcotráfico con la más alta tecnología disponible que rindió sorprendentes resultados, y finalmente se creó el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas.

El gobierno de Zedillo de un plumazo desapareció todo, y aunque Fox, en una especie de instinto imitatorio inevitable expidió su propio decreto, refrito del anterior, en la realidad nada se hizo. Calderón, con los consejos ignorantes de quién sabe quién, sustituyó todo por su guerra, de la que ya no sabe cómo salir si no es rostizado. Su estrategia, otra vez por irresponsable y estrecha, está llevando a su administración y al país al abismo, dicho sencillamente.

Nadie sabe, es un secreto de Estado, lo que se ha erogado y erogará a cierto plazo para la tal guerra. Lo que sí se sabe, pero no se quiere actuar por muy diversos intereses, aun presidenciales ($$$ de la campaña), es que ronda por muchas cuentas empresariales una suma de 25 mil millones de dólares de dinero sucio. ¡Con eso se mantiene el crimen! También se sabe de la protección que autoridades administrativas y políticos otorgan a los cárteles; en eso tampoco se quiere actuar, pues tiene un costo político elevado.

Mientras tanto que nuestros niños y jóvenes se hundan en las adicciones sin que ningún programa lo prevenga y que los ya adictos no encuentren ningún recurso para rehabilitarse, a menos que dispongan de amplia solvencia y acudan a una clínica particular carísima, las más sin dirección ni control de las autoridades sanitarias, lo que las convierte en un grave riesgo.

Es por esto que la estrategia de Calderón es irresponsable y estrecha. Olvida su deber para con los mexicanos y mal sigue la pauta que le dicta la agenda estadunidense.

De manera responsable y reflexiva, con las limitaciones de espacio propias de un artículo, expongo una posibilidad integral:

1) Proyecto de prevención. Formar en niños, jóvenes y adultos un pensamiento autónomo y crítico ante las drogas y criminalidad asociada como elementos nocivos a la salud. 2) Proyecto de rehabilitación. Construir un sistema de diagnóstico epidemiológico, ampliar sustantivamente la red de centros de rehabilitación mediante atención medico-sicológica integral. 3) De atención a ilícitos. Desarrollar intensos subprogramas sobre: a) Fortalecer el marco legal. b) Justicia penal en sus ramas de procuración, administración y ejecución de sentencias. c) Lavado de dinero, aunque Hacienda se oponga. d) Control de confianza de funcionarios. e) Desmantelamiento de redes sociales de apoyo. f) Sustitución de cultivos ilícitos. 4) De cooperación internacional, principalmente para cohibir el tráfico de armas, precursores y drogas de diseño.

Estos proyectos metodológicamente desarrollados vendrían a dar a los esfuerzos nacionales integralidad, mayor eficacia y confiabilidad y a la administración federal un nuevo y más amplio camino en esta difícil tarea. Muchos de ellos demandan exclusivamente claridad en su desarrollo y ajustes administrativos; otros, se reconoce, demandan de ingentes compromisos y esfuerzos políticos, pero que alguien algún día tendrá que afrontar.

Ojalá estas notas sean útiles para promover controversias, pero al final se verá que la actual estrategia es irresponsable y estrecha en su concepción y, por lo tanto, insostenible.