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La policía pone las bombas para reprimir a los zelayistas, acusa la resistencia popular

Atentado contra las instalaciones del diario golpista hondureño El Heraldo

Cuatro artefactos incendiarios fueron lanzados contra el rotativo durante la madrugada del sábado

Agreden fuerzas del orden a un reportero gráfico de El Tiempo, único medio contrario a la asonada

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Oficiales de la policía hondureña revisan las instalaciones del periódico derechista que, según su subdirector, fue atacado por simpatizantes del presidente Manuel ZelayaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de agosto de 2009, p. 21

Tegucigalpa, 15 de agosto. Sujetos no identificados lanzaron en la madrugada de este sábado cuatro bombas incendiarias contra instalaciones del periódico El Heraldo, aliado del gobierno de facto de Honduras, al tiempo que el matutino El Tiempo, el único que denuncia el rompimiento del orden constitucional con el golpe de Estado del 28 de junio, informó hoy que uno de sus reporteros gráficos fue agredido la víspera por miembros de la Policía Nacional.

Las bombas contra las instalaciones de El Heraldo fueron lanzadas a las dos de la mañana, al parecer por cuatro individuos. Según un reporte policial de los hechos, la intención del ataque fue causar un incendio en el edificio, pero las llamas fueron extinguidas rápidamente y solamente hubo daños en la recepción y en el área de seguridad del periódico.

El subdirector del rotativo, Carlos Mauricio Flores, informó que ésta es la tercera o cuarta ocasión que el diario sufre ataques en medio de la crisis política que vive Honduras desde que el presidente constitucional Manuel Zelaya fue expulsado del país por los militares, en cooperación con los poderes Judicial y Legislativo.

Flores sugirió que detrás del ataque están las organizaciones populares, obreras y campesinas agrupadas en el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, porque, dijo, los dispositivos utilizados por los atacantes son similares a los encontrados el miércoles en un cateo de la policía en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), utilizado como puesto de operaciones de los opositores.

Pese a que 13 bombas halladas en la UPN fueron presentadas por la policía como evidencias contra el movimiento popular antigolpista, un magistrado anuló la validez de esas supuestas pruebas.

Además del ataque a El Heraldo, esta semana fueron agredidos periodistas y fotógrafos de radioemisoras y canales de televisión privados, catalogados de golpistas por miembros de las organizaciones favorables a Zelaya.

El diario La Tribuna informó que durante la madrugada del pasado viernes tres hombres armados bloquearon el paso al vehículo distribuidor del periódico en el departamento de Olancho (este del país), amarraron al conductor y prendieron fuego al transporte.

La Tribuna es propiedad del ex presidente Carlos Flores Facussé, quien es señalado de favorecer la expulsión de Zelaya del país.

Juan Barahona, dirigente de la resistencia popular, rechazó que los ataques a la policía sean obra de los opositores al golpe de Estado y explicó que en la década de los años 80, durante la represión a los movimientos populares de izquierda y el apoyo ala contrarrevolución nicaragüense –montada desde Honduras con ayuda de Estados Unidos–, los que ponían las bombas eran los policías y los militares para justificar la represión y es lo que están haciendo ahora, para reprimir, golpear, torturar y encarcelar a nuestra gente.

Las agresiones contra reporteros del diario El Tiempo, en contraste con las acciones reportadas por otros medios de comunicación, fueron cometidas –y documentadas con fotografías– por agentes de la Policía Nacional.

El primer ataque a golpes ocurrió el 5 de agosto y fue en agravio de Héctor Clara Cruz, reportero gráfico que cubría el desalojo de opositores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, otro de los puestos de operación de la resistencia al golpe de Estado.

El ministro de Seguridad, Mario Perdomo, lamentó los hechos, pero también consideró que la agresión a Clara Cruz pudo ser producto de una acción involuntaria o de un accidente.

El pasado viernes, el fotógrafo Julio Umaña, de El Tiempo, no sólo fue embestido por policías que avanzaban hacia el desalojo de manifestantes en una zona periférica de Tegucigalpa, sino que además decomisaron su cámara digital y borraron el material fotográfico captado ese día.

Durante la incursión de unos 300 agentes, la policía también golpeó y detuvo a Gustavo Cardoza, de Radio Progreso, y a Edwin Castillo, reportero de un medio informativo de la localidad de Tela, departamento de Atlántida.

Al explicar la causa de las detenciones, el subcomisionado de la policía, Héctor Iván Mejía, dijo que los periodistas fueron requeridos porque la fuerza pública está obligada a detener a cuanta persona considera que participó en los disturbios. Después, en la sede policial, se hace el análisis y se establece quiénes andaban trabajando y quiénes participaban en la protesta. Recuerde que un carnet (de identificación) puede fácilmente ser falsificado, dijo el funcionario policial, citado en un despacho publicado por El Tiempo en su sitio de Internet.

La Fiscalía de Derechos Humanos intervino más tarde para recuperar el equipo fotográfico del reportero de El Tiempo y gestionó ante la policía la liberación inmediata de los informadores que habían sido detenidos.

En un mensaje difundido en cadena nacional el viernes por la noche, el presidente golpista Roberto Micheletti anunció el fortalecimiento de acciones judiciales contra los opositores que violen el orden legal y destacó que en los próximos días impedirá el bloqueo de vías públicas, que ha sido una de las principales formas de protesta de la resistencia.

Micheletti aseguró además haber superado el aislamiento internacional al que fue sometida su administración, como efecto de la visita realizada esta semana por una delegación gubernamental a Washington, donde fue recibida por diplomáticos estadunidenses.