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Caso Infonavit quema las manos de los ministros

Quieren despojar de sus casas a millares de familias

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No es lo mucho o poco que ingresa, sino cómo y en qué se gasta

Enrique Galván Ochoa
Carlos Fernández-Vega
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Los panistas arman escándalo

Ahora demandan justicia electoral

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¿Con quién quieres hablar, amo?

Miguel Ángel Velázquez
Pedro Miguel
Salón Palacio

Unos mezcales en honor de Macario Matus

Escasez de agua y medidas necesarias
E

l director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Ramón Aguirre Díaz, advirtió ayer que, en caso de que siga sin llover en el valle de México, y dado el bajo nivel que se observa en las presas del sistema Cutzamala –de donde proviene 30 por ciento del abasto hídrico para esta capital–, será necesario elevar, en meses próximos, a 40 y 50 por ciento la reducción en el suministro de agua en el Distrito Federal.

Carlos Martínez Rentería
El Correo Ilustrado

Cuestiona plan de austeridad gubernamental

F

elipe Calderón adelanta en Brasil, con tono grave y supuesta preocupación, que su gobierno analiza la puesta en marcha de un plan muy severo de austeridad, en el que se contemplan probables ajustes en la propia estructura de gobierno, mientras que los gastos de Los Pinos presentan un irracional exceso de 37 por ciento de su presupuesto. ¿Cuándo se extinguirán en México los gobernantes que se inventan su propia Corte y su propia burbuja de bonanza ficticia, aislada ésta del sufrimiento de millones de seres que sobreviven de milagro?

¿Quién quiere ser diputado?
E

n estos tiempos de desempleo y de jubilaciones forzadas –aunque se apliquen a septuagenarios–, la Cámara de Diputados se ha convertido en una apetitosa alternativa. Las condiciones de admisión son mínimas, pero varían en cada caso. Es decir, cada partido demanda atributos personales distintos. Por ejemplo, los perredistas requieren de su personal pulmón, fuerza física suficiente para empujar curules, bloquear portones, un vocabulario florido y buena disposición para recibir instrucciones. Los panistas, en cambio, esperan reclutar a personas bien peinadas, persignadas, con capacidad para engolar la voz y cantar himnos, y buena disposición para recibir instrucciones. A los priístas les basta con que sus representantes tengan capacidad de aguante y buena disposición para recibir instrucciones. El Partido Verde busca diputados que puedan hablar en voz alta, a pesar de que traigan una papa caliente en la boca, viajados, que sean jóvenes de buen ver, comprometidos con la defensa de los valores del ahora maduro Niño Verde, y que tengan buena disposición para recibir instrucciones. El Partido del Trabajo y Convergencia convienen en que sus representantes tengan buena disposición para recibir instrucciones, aunque éstas provengan de ultratumba.

Soledad Loaeza
Ya lo sabíamos
A

cteal, en estos días, ha provocado tantas palabras –las más en repudio de la actuación de la Suprema Corte de Justicia–, que nada nuevo pretendo decir ahora. Así suele sucedernos, ante las conmociones necesitamos hablar, hay un algo que lo exige aunque el qué y el para qué no queden claros. Son las lealtades quizá, ésas que se van acumulando revueltas con los sueños y las amistades profundas. Son, tal vez, los antiguos sentimientos que reviven dentro sin expresiones conceptuales precisas porque ellas nunca logran expresar cabalmente lo profundo. Son, a lo mejor, los impactos que nos han transformado, impactos del amor o del dolor, de la injusticia, del otro o de los otros tan golpeados, tan ofendidos, que alguna vez no nos dejaron ser como éramos. Que sean lealtades, sentimientos o impactos es lo de menos, de cualquier modo son huellas gratuitas que nos deja la vida, ofrecidas como un don por los vejados, los pobres, los desdeñados. Y como al fin de las cuentas son esas huellas las que terminan dando sentido y rumbo a nuestra propia vida, son las que nos urgen a clamar ante el horror del poderoso sobre el menospreciado. Me voy, así, a los recuerdos de algunas huellas que me ayudan a decir lo que necesito detestar ahora.

Más preguntas que respuestas
¿P

or qué tanto brinco si el suelo estaba muy parejo? Ernesto Zedillo, primero, y luego Jorge Madrazo, dijeron claramente el 23 de diciembre de 1997 que en la matanza de Acteal hubo quienes la planearon y otros que la ejecutaron, lo que significa que no fue un pleito de comunidades (aunque así lo propusiera Madrazo), sino, en el menor de los casos, una venganza urdida por grupos armados en contra de otros que no sólo estaban desarmados, sino que eran principalmente mujeres y niños. Una de las razones por las que Madrazo justificó el arraigo del caso a la Procuraduría General de la República (PGR) fue que se trataba de un delito federal, puesto que los asesinos habían usado armas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. También se dijo que intervenía el gobierno federal porque el estatal no tenía los recursos para atender adecuadamente el asunto, pese a que el secretario de gobierno de la entidad había dicho que serían protegidos los pobladores expulsados de sus tierras.

Ricardo Robles O.
Octavio Rodríguez Araujo
Acteal
H

istóricas o recientes, las matanzas colectivas de seres humanos, con su trágica intermitencia, marcan nuestra memoria, deambulan en el recuerdo, se adormecen pero no se extinguen, así se contradigan las conquistas civilizatorias de quienes se resisten a la más leve gratificación moral a la violencia. Y, sin embargo, no avanzamos porque de algún modo no interesa en este punto conocer la verdad. A la cita con la sangre (enaltecida en los abrevaderos germinales del autoritarismo) concurre la impunidad, el olvido, la losa de hipocresía que ha creado el abismo entre derecho y justicia. ¿Cuántos cadáveres hay que alzar de las plazas para aplicar la ley o sencillamente distinguir entre las víctimas y sus asesinos? ¿Dónde está el umbral de la indignación de un país que deja sin castigo a los autores del 2 de octubre? ¿Y Aguas Blancas? ¿Y Ac-teal? ¿Cómo dormir tranquilos si ante la ficción del debido proceso se admite la no responsabilidad de los verdugos o se pospone hasta el final de los tiempos la reparación de lo irrecuperable?

Caras de la ocupación yanqui
L

as siete bases militares de Estados Unidos en Colombia constituyen nodos indispensables de un vasto y flexible repertorio continental de opciones e instrumentos para ampliar y reforzar el control militar territorial de la potencia del norte sobre América Latina y sus recursos naturales. Las bases actuarán como centros de comando y control o de inteligencia en unos casos; en otros, como el aeródromo militar de Palanqueros, proporcionarán pistas a los grandes aviones de trasporte de tropas y los bombarderos para actuar con la mayor celeridad en todo el territorio de América del Sur sin reabastecerse de combustible. Con la entrega de esa facilidad Uribe permite a Washington suplir con creces la pérdida de Manta, de donde fue desalojada por la digna decisión del presidente Correa. En el área de América Central y el Caribe tiene un papel estratégico la base de Palmerola, también conocida como Soto Cano, de sospechoso papel en el golpe militar contra el presidente Zelaya.

Adolfo Sánchez Rebolledo
Ángel Guerra Cabrera
¿Tocamos fondo?
L

a información sobre el comportamiento del producto interno bruto (PIB) en diferentes países ha empezado a mostrar que es posible que la recesión haya terminado. En el segundo trimestre dos importantes economías, la alemana y la francesa, que representan casi el 11 por ciento del PIB mundial, lograron crecer 0.3 por ciento respecto al trimestre anterior, aunque el dato anualizado es el de caídas de 5.9 y 2.6 por ciento, respectivamente. Para la zona del euro el desempeño de las dos mayores economías permitió que en este segundo trimestre respecto al primero del año hubiera una contracción de apenas 0.1 por ciento.

Moctezuma II
S

e trata, como lo publicó Carlos Paul en la entrevista que le hizo para La Jornada a los creadores del montaje, de la segunda parte de una trilogía que Juliana Faesler inició con Nezahualcóyotl, estrenada en 2007, y en la que la autora pretende buscar en el pasado prehispánico de nuestra nación muchas de las razones de algunos sucesos actuales. En la primera obra, Faesler, en colaboración con la compañía La máquina de Teatro (Clarissa Maheiros, codirectora de la misma y parte de su elenco, Diana Fidelia, Natyeli Flores, Roldán Ramírez y Horacio García Rojas) se sirvió de la historia del rey poeta y del inmenso municipio mexiquense para jugar la realidad antigua de nuestro país y la realidad actual de parte de algunos de sus habitantes. Con Moctezuma, prosigue su trilogía –que se rematará con La Malinche el año próximo– y ahonda mucho más en la explotación e injusticia que se cometen con los pueblos indígenas en la actualidad en momentos en que todos tenemos en mente la bárbara sentencia de la Suprema Corte que libera a los asesinos de Acteal y no menciona a los gobernantes culpables que han armado a tzotziles contra sus hermanos. Por algo el subtítulo de la escenificación es La guerra sucia.

Orlando Delgado Selley
Olga Harmony
Viaje en tren
C

asi a diario, en la esquina de la calle donde vivo, a una cincuentena de pasos, veo de reojo los suntuosos arcos de la popa de Notre-Dame, antes de tomar a la derecha Frédéric Sauton.

Vilma Fuentes