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Liberado por razones humanitarias
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Abdel Baset Megrahi (a la izquierda), de 57 años, recibe un abrazo de Seif al-Islam, hijo del líder libio Muamar Kadafi, al llegar al aeropuerto en Trípoli. El único condenado por el estallido del vuelo 103 de Pan Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie, con saldo de 270 muertos en 1988, fue liberado por las autoridades del Reino Unido debido a que padece cáncer de próstata en fase terminal. La acción fue condenada por el presidente estadunidense, Barack Obama, y las familias de las víctimasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de agosto de 2009, p. 23

Glasgow, 20 de agosto. El libio Abdelbaset Ali Mohammed Megrahi, condenado en 2001 a cadena perpetua por su participación en 1988 en el atentado contra una aeronave comercial estadunidense sobre la ciudad de Lockerbie, Escocia, fue indultado hoy oficialmente por el gobierno escocés por razones humanitarias y a su regreso este mismo jueves a Trípoli, la capital de Libia, el hombre de 57 años fue recibido como héroe por miles de personas.

Megrahi, un ex agente de inteligencia del gobierno encabezado por Muamar Kadafi en Libia, que siempre se declaró inocente de los cargos imputados, fue el único condenado a prisión por participar en la organización del atentado contra un avión de la ahora extinta aerolínea Panam, el 21 de diciembre de 1988, en el que murieron 270 personas, 189 de las cuales eran de nacionalidad estadunidense.

Es decisión mía que Megrahi, actualmente en fase terminal de un cáncer de próstata, sea liberado por razones médicas y autorizado a regresar a Libia para morir, afirmó el ministro de Justicia escocés, Kenny MacAskill.

La determinación provocó malestar en el gobierno de Estados Unidos, que desde hace varias semanas había manifestado su rechazo a la posible liberación de Megrahi, quien fue también jefe de seguridad de una aerolínea libia.

La oficina del presidente Barack Obama difundió un comunicado en el que señaló que Estados Unidos lamenta profundamente la decisión del ejecutivo escocés de liberar a Megrahi.

El procurador general estadunidense, Erick Holder, quien formó parte de los funcionarios de su país dedicados a impedir la liberación de Megrahi, dijo que simplemente no hay justificación para la liberación de este terrorista convicto.

A pesar del encarcelamiento de Megrahi, la prensa británica dejó abierta la duda de que el libio fuera responsable del atentado.

El problema con el caso Lockerbie es que ha estado marcado por la sensación de que no fue resuelto, el sentimiento de que otros estuvieron involucrados y la sospecha de que, detrás del confinamiento de un solo hombre, queda ahí una historia que nunca ha sido apropiadamente investigada, y que nunca lo será, señaló en un editorial el diario The Independent.

Megrahi fue acusado en 1991 por la procuraduría general de Estados Unidos y por el abogado general de Escocia y días después fue puesto bajo arresto domiciliario en Libia, cuyo gobierno se negó a extraditarlo.

Años después. el acusado se presentó voluntariamente ante las autoridades británicas y posteriormente fue llevado a juicio ante un tribunal especial escocés que se estableció en Holanda.

En el mismo proceso judicial se llevó el caso de Amin Khalifa Fhimah, quien quedó absuelto de todos los cargos.

Tras el juicio, los familiares de las víctimas británicas expresaron dudas sobre las pruebas contra Megrahi. En contraste, los familiares estadunidenses de los muertos manifestaron hoy su decepción.

El caso tensó a finales de los 80 las relaciones entre Washington y Trípoli. Libia asumió oficialmente la responsabilidad del atentado y pagó indemnizaciones en 2003, pero después hizo circular la versión de que su acción sólo tuvo la intención de lograr el levantamiento de sanciones económicas y políticas de parte de la Organización de Naciones Unidas. Otra versión que sin esclarecer fue la de que el atentado lo perpetró Irán en respuesta al derribamiento de un Airbus iraní con 290 personas a bordo, en 1988, desde un buque estadunidense.

Vestido de blanco de pies a cabeza, con gorra y bufanda, Megrahi abordó este jueves el avión de la compañía libia Afriqiyah Airways, que lo llevó de regreso a su país.

En una declaración escrita, Megrahi dijo que los días que restan de mi vida los pasaré bajo la sombra del error de mi encarcelamiento. He sido puesto ante una disyuntiva: arriesgarme a morir en prisión con la esperanza de que mi nombre sea postumamente redimido o regresar a casa con el peso del veredicto de culpable, que ya nunca será levantado.