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Quienes manejan el presupuesto no miden las consecuencias de los recortes al sector, señala

El desarrollo cultural del país, en serio riesgo, alerta Teresa Frenk

La pianista renunció en el INBA al negarse a sacrificar a sus compañeros artistas

Creen que la cultura no es indispensable, pero es un seguro contra la delincuencia, considera

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La concertista explica que antes de los recortes ya era muy difícil trabajar: aportó de su bolsillo aproximadamente 300 mil pesos, porque muchas cosas no salían a tiempo o no había para pagarFoto Archivo
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de agosto de 2009, p. a10

El desarrollo cultural y los logros en educación artística alcanzados por México durante el siglo XX se encuentran en serio riesgo de sufrir un retroceso, a consecuencia de los drásticos recortes presupuestales aplicados en el sector.

La advertencia la hace María Teresa Frenk, ex titular de la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), semanas después de renunciar al cargo por estar en desacuerdo con la política presupuestaria hacia las instituciones culturales: Quienes están tomando estas decisiones no saben lo que están manejando, no están midiendo las consecuencias de sus resoluciones porque no tienen idea de la importancia de estas instituciones culturales ni del valor de la cultura, que es de lo poco exportable que hay en este país.

En entrevista con La Jornada, la connotada pianista, egresada del Conservatorio Nacional, con estudios en la Escuela Superior de Artes de Berlín, da pormenores de la reunión en la que ella y otros mandos medios del INBA fueron informados de drásticas reducciones en los recursos e instruidos para tomar medidas que afectan de manera grave el funcionamiento de las distintas áreas.

Drásticas reducciones

Fue el subdirector general de administración del INBA, Efraín Salinas Arciniega, quien convocó a una reunión a todos los coordinadores y otros mandos medios para indicarles las medidas a tomar, que incluían, entre otras, reducir 50 por ciento los pagos por concepto de honorarios y la suspensión de actividades que representaran un gasto para el instituto.

De todos los presentes fue la única que expresó su desacuerdo y señaló que aun en condiciones de austeridad se podía trabajar sin afectar las actividades de la coordinación. Tenía muchas sugerencias. No fue escuchada.

En la entrevista, Frenk también habla de las difíciles condiciones en que de por sí trabajaba, incluso antes de los recortes más recientes. Por ejemplo, durante los siete meses que estuvo al frente de la Coordinación Nacional de Música y Ópera, hizo un desembolso personal de aproximadamente 300 mil pesos, porque muchas cosas no salían a tiempo o no había dinero para pagarlas.

Desde su llegada encontró una oficina muy pobre, en la que no había ni para fotocopias; muchos músicos que participaron en las actividades accedieron a tocar sin cobrar honorarios. Con la reducción de presupuesto, la situación se volvió insostenible, renuncié porque ya no podía hacer nada al frente de la coordinación y porque ya no tenía ningún tipo de apoyo.

En una ocasión, acompañó en un viaje oficial a Venezuela a la entonces secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota (a quien le tengo mucho aprecio). El motivo del viaje era ver cómo funciona el sistema venezolano de enseñanza musical: Es una maravilla que ha alejado a niños y jóvenes de la delincuencia y de la drogadicción mediante la música; regresé absolutamente encantada, nada más que yo me tuve que pagar el viaje y hasta le fecha no me ha sido rembolsado.

Cuando asumió el cargo, en enero de este año, a la coordinación se le había asignado un presupuesto de 7 millones de pesos para ejercerlo entre enero y agosto. Con ese dinero se tenían que cubrir las distintas actividades, además de sueldos, incluso el de la propia coordinadora.

Para cubrir lo que resta del año María Teresa Frenk requería de 800 mil pesos más. Aun así, tratándose de una coordinación nacional, el presupuesto ya resultaba magro. Con los recortes, resultaba imposible trabajar.

La pianista tiene claro lo difícil de la situación económica del país, pero considera que había opciones para que los recortes afectaran menos: Hay mucha gente que frente a la crisis económica considera que la cultura es un sector sacrificable, no indispensable, sin tomar en cuenta que es parte del sector educativo, y que los niños que tienen acceso a la cultura el día de mañana no van a ser delincuentes, la educación y la cultura son un seguro contra la delincuencia. En parte de eso se trata.

Regreso a los conciertos

Frenk fue entrevistada el sábado, al final del concierto Festival de Verano para Niños, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, que se encontraba totalmente llena.

Después de esta experiencia, María Teresa Frenk regresará en enero a su actividad habitual de concertista: “Mientras haré freelance gratis, porque no hay dinero en ninguna parte. Por un tiempo puedo sobrevivir sin sueldo. Lo importante es tener acceso a hacer lo que hago. Me costó dedicar 40 años de mi vida a tocar piano para poder presentarme como hoy, sin estudiar, porque he estado siete meses como funcionaria, trabajando 12 horas diarias, durmiendo poco, subiendo de peso, con una ligera desviación en la columna vertebral, pero procurando que los conciertos estuvieran llenos de gente, como hoy.

Acepté la coordinación por amor a mi país y al Instituto Nacional de Bellas Artes, que no es nada más una institución, sino el lugar por el que han pasado mi abuela, mi abuelastro, mi madre, una tía y yo misma. Esta institución nos formó, no es una entelequia. En el momento en que ya no fue posible hacer más, me retiré.