Opinión
Ver día anteriorMiércoles 26 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Cifras sobre diversidad religiosa en México
L

os datos duros quitan base a las especulaciones y opiniones sin fundamento. En el caso de la expansión de confesiones distintas al catolicismo en México, estadísticas recientes de la Secretaría de Gobernación revelan que en algunos rubros los creyentes evangélicos le llevan la delantera a la Iglesia católica.

El Censo de Población del año 2000 reportó 88 por ciento de católicos y cerca de 6 por ciento de protestantes/evangélicos. Nuevos números dados a conocer en días pasados señalan que en el país existen 7 mil 74 asociaciones religiosas registradas ante Gobernación. Entre ellas suman 63 mil 128 ministros de culto. Y aquí viene una cifra muy contundente: 66 por ciento de los ministros de culto ejercen su función en iglesias protestantes/evangélicas, es decir, 42 mil 667.

Según nuestras estimaciones, la población católica actual en México ha disminuido a un número cercano a 80 por ciento. Mientras los evangélicos esta-rían, más o menos, en 10 por ciento. El 80 por ciento representado por los católicos, entonces, es atendido por 20 mil 173 sacerdotes. Por otra parte, 10 por ciento de la población mexicana que se declara protestante tiene más del doble de ministros de culto que los católicos. Además, en tanto la totalidad de los sacerdotes católicos están registrados como ministros de culto en la Secretaría de Gobernación, un número muy considerable de ministros evangélicos no lo están por varias razones.

En las últimas dos décadas han crecido en México agrupaciones que han optado por registrarse como asociaciones civiles, esto para deslindarse de una terminología que rechazan: como seguir a Cristo, dicen, no es una religión, sino una experiencia viva, entonces prefieren usar otras coberturas legales ajenas a las vinculadas con las iglesias, a las que consideran anquilosadas.

Aunque sus creencias embonan perfectamente en la categoría de iglesias evangélicas/protestantes rehúsan identificarse como tales y evaden usar conceptos que consideran religiosos –y, por ende, ajenos a sus objetivos– para sustituirlos por otros que estiman son más aceptables para la gente. Es así que no tienen pastores, sino líderes; tampoco pastores o predicadores, sino conferencistas; no hay diáconos, sino edecanes.

Muchos de los que en la práctica son ministros de culto y ejercen su servicio en iglesias y agrupaciones de corte protestante/evangélico no se registran en Gobernación. Su número es muy difícil de precisar. Se trata de personas reconocidas por sus comunidades como pastores, y con eso les basta.

En otros casos en los que la congregación es servida por un equipo pastoral, de digamos tres o cinco personas, la iglesia local (y/o el equipo pastoral) decide que solamente uno de los integrantes sea registrado y los otros/otras desempeñen sus funciones sin ese registro. Porque para la vida interna de las iglesias el registro no representa ventaja alguna. ¿Cuántos miles están en esta condición?

Sigamos con las estadísticas. Las iglesias pentecostales suman poco más de la mitad de todos los ministros de culto evangélicos registrados en la Secretaría de Gobernación: 23 mil 969, que representan 56 por ciento. Cabe destacar que las iglesias pentecostales tienen más ministros registrados que la Iglesia católica. Y eso que los pastores de base que ejercen sus labores en congregaciones pentecostales en los barrios más pobres del país no están considerados en los números oficiales.

En el Distrito Federal se localiza casi la tercera parte de los ministros de culto de toda la nación: 24 mil 521, repartidos en 654 asociaciones religiosas registradas. El Concilio Nacional de las Asambleas de Dios, que en la familia pentecostal es parte de las iglesias históricas, tiene en la ciudad de México 5 mil 188 ministros de culto y predicadores. El crecimiento de esta denominación ha sido espectacular al confrontarlo con el hecho histórico de que sus primeros trabajos misioneros en el país son de hace poco más de ocho décadas.

En segundo lugar aparecen los testigos de Jehová, con 4 mil 225 ministros. En tercero está la Iglesia católica, con 2 mil 264 sacerdotes, dato que debería preocupar a la Conferencia del Episcopado Mexicano. Las Asambleas de Dios agrupan, en la capital de México, mucho más que el doble de ministros de los que ha registrado la Iglesia católica. Mientras la jerarquía católica dice a otros cómo deben realizar sus funciones y comportarse, en sus propios dominios va en retroceso y es incapaz de cubrir el creciente déficit de sacerdotes.

Ministros de otras expresiones religiosas registrados son los siguientes: cultos orientales, 93 (hinduistas, budistas y krishnas); Iglesia ortodoxa, 133; comunidad judía, 9; islámicos, 26; y nuevos cultos, 26.

Quedan sin representación estadística multitud de creencias que se ejercen entre la población mexicana y tienen sus ministros de culto, pero no buscan la institucionalización mediante el registro gubernamental de su agrupación.

Siglo y medio después de que se fundaran en México las primeras congregaciones evangélicas, el peso estadístico de sus herederas es ya muy importante. Están insertas en la vida del país y su presencia es evidente por doquier.