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Desde niño sufrí discriminación, pero te acostumbras y no le das importancia, señala

Melvin Brown, orgulloso de su origen jamaiquino y mexicano

El racismo se da más con el público que en la cancha

Me han agredido aquí y en Costa Rica

Es un jugador distinto: le gusta leer, estudia una carrera y llega en bicicleta al entrenamiento

 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de agosto de 2009, p. a13

Melvin Brown Casados es un futbolista que se sale del molde. Lo es desde su origen, ya que a finales del siglo XIX su bisabuelo escapó de la esclavitud de Jamaica y se refugió en Tuxpan, Veracruz. Después la descendencia emigró a Naranjos, en la misma entidad, y ahora radica en Tula, Hidalgo, lugar donde Melvin se topó con su destino: el futbol.

El defensa de Cruz Azul representa la tercera generación Brown nacida en México y –en tiempos del relámpago Usain Bolt–, se muestra orgulloso de sus raíces jamaiquinas y mexicanas.

Habla del racismo que vivió desde pequeño y que luego se extendió al balompié, y en plática con La Jornada se muestra como un futbolista de 30 años que gusta de leer, que tiene un caballo llamado Macondo en honor de su libro y escritor favoritos, que estudia Ciencias de la Comunicación y que llega al entrenamiento en bicicleta, en un medio donde la mayoría gusta de presumir sus BMW, Mercedes Benz, Hummer, en una auténtica colección de autos de lujo en que se convierten los estacionamientos de los clubes de primera división en México.

“La historia se va perdiendo un poco con las generaciones –cuenta Melvin con fluido lenguaje–. Eran épocas difíciles en Jamaica. Estamos hablando de principios del siglo pasado o finales del antepasado. Lo único que sabemos es que mi bisabuelo llego a Tuxpan, ahí se radicó, se casó y nació mi abuelo Jorge.

“Una de las causas por las que se ha perdido la historia es que ellos fallecieron muy jóvenes. Mi bisabuelo murió a los 30 años y mi abuelo a los 32. Entonces fue muy poco lo que nos platicaron.

Para qué decir mentiras

“Tengo un tío, Benny Brown, quien me dijo ‘estas bien sonso, mejor hubieras dicho que era un rey (su bisabuelo) allá en Jamaica y le dieron un golpe de estado y por eso huyó’ (risas)... pero para qué decir mentiras.

De ahí viene mi apellido y parte de mi legado. Si ves, soy moreno, tal vez no tanto como pudo haber sido él, ni tan fuerte como él, pero me siento orgulloso de mi sangre de Jamaica y también de mi sangre mexicana.

Relata que el racismo lo vivió desde niño.

“Desde chico viví mucho la discriminación. Terminas por acostumbrarte y por no darle tanta importancia. Cuando una persona te dice una grosería y algo para discriminarte, si tú le das ese valor, te afecta. Si ellos te pegan como me sucedió en Costa Rica o varias plazas aquí en México, o si ellos me dicen palabras y yo les doy importancia y me siento ofendido, entonces ahí estoy mal yo.

Me dicen mil apodos, pero no pasa nada. Llevo toda mi vida escuchando todo ese tipo de comentarios que para unos es gracioso y para otros es ofensa. Yo no les doy valor y por eso no me he peleado desde hace 18 años, desde la secundaria. No me voy a pelear por una ofensa porque son tonterías, comenta.

Melvin recuerda que a su madre era a la que más le afectaban los insultos: “Cuando jugaba en el barrio o con juveniles me decían ‘orale negro, Memín’, y mi mamá se enojaba. ‘El no es Memín, se llama Melvin Brown Casados porque tiene madre y yo le puse el nombre’”, decía.

“Pero cuando crecí le dije ‘mamá, usted no se preocupe porque me digan Memín o me mienten la madre, así no me van a ganar ni a hacer sentir menos’. Yo siempre me he sentido orgulloso de mi raza, tanto así, que me siento poderoso por la sangre que corre por mis venas y eso nadie me lo va a quitar”.

–¿Influye el hecho de saber tus orígenes?

–Sí, es lo importante de saber de dónde vienes, dónde estás y a dónde vas. Creo que a veces los mexicanos nos sentimos menos que los demás –hablando de mi parte mexicana– y no es así.

Foto
Melvin Brown, de 30 años, actualmente es defensa del Cruz AzulFoto Notimex

“Nosotros somos iguales o hasta más importantes que los argentinos o los brasileños. ¿Por qué? porque nosotros nacimos aquí, tenemos nuestras razas mexicas, mayas, teotihuacanas, toltecas allá en Tula, que es donde radican mis papás. En cambio ellos no tienen pasado, carecen de una raíz de la que digan ‘yo vengo de aquí’.

“Yo vengo de Jamaica y de Veracruz. Entonces, sé de dónde vengo, creo saber hacia donde voy y ojalá llegue a buen puerto. Hay algunas personas nefastas y lo peor de todo es que les creas y te comas lo que te venden, pero son cosas de idiosincrasia, nos falta mucho que crecer como país y como mexicanos.

–¿La discriminación se da más en el terreno de juego o con el público?

–Creo que con el público. En la cancha somos más respetuosos. Sí nos decimos de todo, pero son gajes del oficio. Yo mismo luego lo utilizo para tratar de sacar de quicio a cierto jugador que ya tiene su historia de que le hablas, le dices alguna cosilla y lo afectas.

“Es un juego sicológico, pero no lo usas con todos. No es lo mismo decirle algo a Cabañas que a Cuauhtémoc, a quien lo haces enojar y juega mejor. Ya aprendimos que mejor a Cuauhtémoc no hay que hacerlo enfadar, hay que dejarlo ahí.

–¿Te sientes más mexicano que jamaiquino?

–Sí, desde luego. No niego y me siento sumamente orgulloso de llevar sangre de Jamaica, de los reggae boys, pero me siento más mexicano que el chile. Como picante más que cualquiera, me gustan las suertes charras, tengo un caballo, me agradan los campos.

Acabando mi carrera voy a tratar de seguir en el medio, pero cuando no tenga trabajo voy a tener un rancho en Hidalgo. Me gusta andar con botas, pero los muchachos (sus compañeros) son muy burlones y me las vayan a dañar, por eso no las traigo.

Melvin se muestra contento de los triunfos de Usain Bolt, pero no porque sea de Jamaica o moreno, sino porque atrás de esas medallas hay un gran esfuerzo, una gran preparación.

Sin embargo, aclara: Vamos a esperar que no salga después como los beisbolistas dopados. Lo que está haciendo es increíble. Tú lo ves y acaba como si nada, riéndose, hasta a veces cae gordo porque como que fanfarronea porque es muy veloz. Nuestra raza le da esas cualidades, son rápidos y aparte tienen necesidad, se agarran de ahí y se van para arriba.

–En términos generales los mejores deportistas son negros: Pelé, Jordan, Tiger Woods, Bolt, Alí... –se le indica.

–Sacan provecho de sus condiciones físicas. En Inglaterra en cada equipo hay cinco, seis, hasta siete africanos porque para empezar son baratos y de buena calidad. Ya después son carísimos, como Eto’o y Adebayor. Sólo no hemos destacado en natación y tenis, tal vez por nuestro mismo físico que no se da para esos deportes.

Melvin gusta de leer y comparte esa afición con una hermana que ya terminó dos carreras y otra que se dedica al futbol y juega en los Tuzos. Se da tiempo también para estudiar, por Internet, Ciencias de la Comunicación en la Universidad Latinoamericana de Guadalajara, y en las recientes semanas llega en bicicleta al entrenamiento de Cruz Azul, aunque aclara que sí tiene coches y sus favoritos son los Mustang.

Acostumbra viajar en jaca desde que estaba en Cruz Azul Hidalgo y cuando estaba con Jaguares lo atropellaron, pero eso no lo detiene.

Concluye: No da miedo... si uno tiene temor no harás nunca nada en tú vida y a las cosas bonitas hay que ponerles un poquito de suspenso...