Cultura
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María Sabina. Soy la mujer remolino, libro más allá de tanta explicación etnográfica

Ofrecen la voz poeta de la señora de los hongos a través de sus conjuros

Reúne una selección de las invocaciones de la legendaria curandera con traducción al tzotzil

Incluye ilustraciones de una artista indígena de 80 años, así como fotografías de Nacho López

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Carla Zarebska, Salvador Saura y Ramón Torrente participaron en la edición realizada por Almadía y Zare BooksFoto Tomada del libro
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de agosto de 2009, p. 2

Como homenaje a un gran espíritu, pero también a la poesía que refleja la cultura de toda una región, aparece el libro María Sabina. Soy la mujer remolino, espléndida edición realizada por Almadía y Zare Books, la cual se hizo para leerse en voz alta, con luz de vela, de noche, explica una de las artífices de este trabajo, Carla Zarebska.

La editora comenta que la idea de recuperar en un volumen las invocaciones de la legendaria curandera mazateca, quien se convirtió en una celebridad internacional debido al uso ceremonial y curativo que le dio a los hongos alucinógenos, provino del ánimo de hacer un libro para Oaxaca, en años muy críticos para esta tierra (2006-2008).

Fue así que, al revisar las palabras de Sabina, añade, “nos llega de golpe toda su reflexión como poeta. Como lectora, yo tenía ganas de ver un libro que no ahondara hasta el hartazgo en la otra conjetura: la etnográfica, antropológica, la de tanta explicación y que, en cambio, nos dejara ver más la profundidad de su voz tan auténtica y la gran espiritualidad de un ser tan dotado por la mano divina.

Un libro para sentirla y disfrutarla, sentir la humedad de la mazateca y la fortaleza indígena. La selección de las invocaciones son mías, cortadas y aterrizadas de esa forma. Así quedó un libro para leer en voz alta, con luz de vela, de noche.

Durante la realización del volumen surgió la idea de comenzar una colección de poesía que al mismo tiempo entablara un diálogo de arte, además de ser bilingüe siempre, “con el juego de diseño y concepto de Salvador Saura y Ramón Torrente de Edicions d L’Eixample, de Barcelona”, explica Zarebska.

Para acompañar los conjuros-poemas se buscó a una artista cuya obra protagonizara un diálogo entre pares: fue claro que tenía que ser otra voz indígena, e hicimos la traducción al tzotzil de la selección de poemas para que María Tzu hiciera su interpretación, sin más guía de parte nuestra que dejarla llevar el bastón de mando de su intuición.

Tzu tiene 80 años, es originaria de los Altos de Chiapas, trabaja desde su infancia cuidando borregos y espantando a los pájaros que se comen la milpa. Instruida por su madre, desde los seis años practica las artes y oficios de hilandera, tejedora y alfarera. Es madre de 10 hijos –tres murieron en la infancia, de sarampión o tosferina–, es maestra en el oficio de teñir con plantas y miembro fundadora de Sna Jolobil, la Casa del Tejido en San Cristóbal de las Casas.

María empezó a pintar (o a escribir, como lo define ella, ya que nunca fue a la escuela) en 1980 en el estudio Camarinta, animada por sus amigos Ámbar Past, José Ángel Rodríguez y Antonio Turok. Ha realizado una serie de pinturas para libros del Taller Leñateros. Bajo la tutela de Delfino Marcial Cerqueda y Nicolás de la Paz transita por la xilografía desde los años 90 del siglo pasado.

Fue expulsada de Chamula hace algunos años, por cambiarse de religión: desde entonces vive en La Hormiga, en las afueras de San Cristóbal, en un lote de 10 por 15 metros, con sus hijos, nueras, yernos, 60 nietos y tres borregos.

El libro María Sabina. Soy la mujer remolino incluye fotos de la también llamada señora de los hongos, provenientes de la Fototeca Nacional, de autores como Nacho López, además de imágenes del documental que realizó Nicolás Echevarría en 1979.

Revalorar a María Sabina como poeta es revalorar a México, su esencia. La primera vez que leí la selección de invocaciones se me puso la piel de gallina, y me sigue ocurriendo, me da mucha emoción. Es como tomar dos mezcales de un jalón. Te llena de vida, considera Zarebska.

Estas son algunas de las palabras de la curandera recuperadas en el libro: Aquí traigo mi rocío/ Mi rocío fresco/ Mi rocío transparente/ Soy la mujer del alba/ Soy la mujer día/ Soy la mujer santo/ Soy la mujer espíritu/ Soy la mujer que trabaja/ Soy la mujer que esta debajo del árbol que gotea/ Soy la mujer crepúsculo/ Soy la mujer del huipil pulcro/ Soy la mujer remolino/ Soy la mujer que mira hacia dentro.

La introducción está a cargo de Adolfo Castañón, quien nos regaló ese texto donde se conecta como nadie con la energía de María Sabina, concluyó la editora. El libro se presentó el viernes pasado en el Centro Cultural Santo Domingo de la ciudad de Oaxaca y ya se encuentra a la venta en librerías.