Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 30 de agosto de 2009 Num: 756

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Bajarlía: el poeta que descendió del futuro
STELLA AVARADO

El amor cuando falla
EPAMINÓNDAS J. GONATÁS

De una acera a la de enfrente
GUILLERMO SAMPERIO

La cosa es la obra
O. HENRY

Confesiones de un humorista
O. HENRY

Tres poetas

Columnas:
Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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El amor cuando falla

Epaminóndas J. Gonatás*

Muchas veces, cuando estábamos en el desván de la casa de campo, debajo del pequeño palomar, totalmente solos con la luna roja en el espejo cuarteado, se levantaba, echaba su camisón en el vidrio y ocultaba la luna; entonces cuando acariciaba su suave cuello de donde brotaban surtidores los espasmos, queriendo subir a besar sus labios encendidos, en un instante perdía su cabeza. Me levantaba frenético, apartaba con furia sus brazos que me seguían abrazando, y dejando sus cuerpo caliente en la cama me lanzaba al tragaluz abierto y redondo que daba al profundo jardín.

Su cabeza, como había adivinado –tenía experiencia de otras ocasiones– flotaba como una flor única y querida entre la verdísima y jugosa hierba y su cabello brillaba sobre las hojas.

Conteniendo mi enojo, la llamaba en voz baja para no descubrirnos ante los vecinos, le rogaba que detuviera ese juego absurdo, trataba a toda costa de volverla a la cordura.

Las palomas junto a nosotros no aceptaban estas bromas, zureaban, se desplumaban y sus picos caían como lluvia sobre nuestros cuerpos desnudos y los mordían.

A pesar de mis ruegos, si ella no quería nunca subía, pero siempre al regresar, detrás de sus labios rojos sus dientes tenían el aroma del jardín nocturno y en su ausencia su cabello había crecido, tanto que ya no cabía no sólo en la almohada, sino tampoco en toda la cama y caía hasta el suelo en ondulaciones interminables.

Epaminóndas J. Gonatás nació en 1924 en Atenas, pero su origen es de Ayvalik, en Asia Menor. Estudió Derecho en la Universidad de Atenas y trabaja como abogado. Es autor de tres libros de poesía y del relato El viajero, 1945. Ha traducido textos de Ivan Goll y Claire Goll. Fue coeditor, con D. P. Papaditsas, de la revista Materia Prima-Textos poéticos, y poemas y prosas suyos has sido traducidos al inglés. El texto que presentamos está tomado de La cripta (1959), en La poesía griega. Antología y gramatología, de Aléxandros Argyríou, t. v. Ediciones Sokolis.

Versión de Francisco Torres Córdova