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El investigador coordina el libro Arma la historia: la nación mexicana a traves de dos siglos

Se destruyó en el país el ideal de proyecto político, asegura Enrique Florescano

Con Fox fue un desastre y hoy está peor, porque la economía está afectada por la crisis mundial, dice

La población hace una crítica terrible de la clase política en los medios de comunicación

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El historiador Enrique Florescano, ayer, durante la entrevista con La JornadaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de septiembre de 2009, p. 5

Como buen historiador, Enrique Florescano se resiste un tanto a hablar del presente y prefiere el pasado, su especialidad. Sin embargo, la charla acerca de Arma la historia: la nación mexicana a través de dos siglos, libro que coordina y que abarca de la Independencia al año 2000, trae de manera inevitable a los tiempos actuales.

“Estamos en una situación muy crítica, terrible. Es la peor época de mi vida que he pasado: por la violencia, porque se destruyó el ideal de proyecto político, porque de las fuerzas políticas no hay a quién irle, todas son un verdadero fracaso, uno tras otro, por la corrupción y el interés puramente personal, grupal y partidista.

Han olvidado que son gentes pagadas para trabajar por un proyecto nacional, por el fortalecimiento del Estado, por la seguridad de las personas, por mejorar la salud, la educación, el trabajo, etcétera, de la mayoría de los mexicanos que están en condiciones terriblemente malas.

Inseguridad, lo peor

En su oficina del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, donde es coordinador nacional de Proyectos Históricos, Florescano menciona además el panorama moral, la crisis de valores y la falta de perspectivas, pues, dice, ningún partido tiene una propuesta convincente para la ciudadanía, no se juntan a trabajar para resolver las muchas demandas de la población, que a diario hace una crítica terrible de la clase política a través de los medios de comunicación.

Hace hincapié en la inseguridad de los ciudadanos y de sus familias, incluida la personal. “Yo tengo una total inseguridad, es una inseguridad que te afecta aquí adentro –se señala el pecho–. Creo que es lo peor que ahorita tiene toda la población mexicana.”

Y, de manera paradójica, menciona como inicio de esa descomposición actual la apertura democrática a los partidos políticos, hace unas dos décadas. Sin embargo, aclara que aceptar la transición, la legalidad de la participación política ciudadana, fue un paso verdaderamente grande: acabar con el monopolio del poder que tenía el PRI.

Sin embargo, vino la falla porque los ciudadanos no estaban preparados, pero fundamentalmente los partidos. Se la pasaron alegando y la realidad nos ha llevado a esta situación tan dramática que tenemos.

–¿Hay ahí una responsabilidad del PAN, después del triunfo en 2000?

–Terrible, pero creo que de todos, aunque ellos son el partido en el poder. Con Fox fue un desastre y ahora, pues tenemos la situación actual. Ahora está peor porque la economía fue afectada por un fenómeno que no tuvimos en esos años, la crisis económica mundial.

Florescano explica: “El proceso de modernidad no se apuntaló en lo que todos esperamos: partidos responsables, serios, clase política preparada, la atención de los problemas críticos que tiene este país. No tenemos ninguna concertación de los partidos para enfrentar ese problema. Que no reaccione la clase política me parece uno de los problemas más graves que están ocurriendo.

No veo ni decisión ni capacidad política. Son unos irresponsables e incapaces de ver la realidad, enfrentarla y tomar decisiones. Ante una crisis de ese tamaño no puedes estar pensando en tu interés de PRI, PAN, PRD o lo que sea.

Arma la historia... (Grijalbo) es un libro que abarca de la Independencia a 2000, en el cual participan los investigadores Alfredo Ávila, Erika Pani, Aurora Gómez Galvarriato, José Antonio Aguilar Rivera y Soledad Loaeza.

–¿Por qué se parte de la Independencia y no se abarca la Colonia o etapas anteriores?

–Desde que se pensó estábamos metidos en lo del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución. No queríamos hacer la historia general de México, que ya hay y algunas muy buenas. Pensamos que sería útil hacer una síntesis de cómo se transformó este país de la Independencia para acá.

La idea del libro fue hacer una nueva interpretación de los pasados 200 años, porque es la época de la gran transformación moderna y contemporánea del país, dice, y agrega que para eso la Promotora de Actividades de América 2010 le dio toda la libertad de trabajar.

Cuenta que a través de diversas reuniones el equipo de trabajo logró generar un enfoque común y entre todos revisaron el conjunto de los textos. Y cuando había diferencias en la interpretación, pues se discutían, y eran muy agradables.

Consensos en 200 años

Se comenta a Florescano que en su prólogo escribe que una de las constantes es que los mexicanos no siempre han sabido resolver sus dilemas de manera concertada. Y se le pregunta en qué casos de los pasados 200 años sí lo hicieron.

Responde que en las épocas de crisis y menciona como ejemplos de diálogo y acuerdo diversas etapas: de 1819 a 1821, después de la guerra de Independencia contra España, entre seguidores de Hidalgo y Morelos con Iturbide; después de la guerra con Estados Unidos, con la Constitución de 1857; o durante los gobiernos de Juárez y Díaz, quienes logran negociar con la realidad política tan diversa.

Otro ejemplo de consenso fue entre los muchos grupos poderosos de la Revolución, que pese a la pluralidad de intereses generaron la Constitución de 1917.

También el proceso de unas dos décadas que llevó a las elecciones democráticas de 2000, que propiciaron la alternancia en el poder presidencial.