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Van Jones sugirió en 2004 que la administración de Bush había permitido el 11-S

Renuncia asesor en medio ambiente de Obama por presión de los republicanos

La Casa Blanca asegura que el presidente no pidió su dimisión; fue decisión personal, dice

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Van Jones, renunciante consejero especial del presidente Barack Obama para empleos verdes, en imagen de archivoFoto Ap
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El presidente estadunidense, Barack Obama, llegó ayer a la Casa Blanca luego de pasar cinco días de vacaciones en Campo David con sus hijas, Malia y Sasha (la menor), y su esposa MichelleFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de septiembre de 2009, p. 31

Washington, 6 de septiembre. La Casa Blanca intentaba hoy paliar los efectos de la renuncia del asesor en medio ambiente, Van Jones, tras presiones del Partido Republicano al darse a conocer que el conocido zar de los empleos verdes firmó un documento en el que cuestionó si funcionarios del gobierno del ex presidente George W. Bush pudieron haber permitido los atentados del 11 de septiembre de 2001 y por hacer señalamientos ofensivos contra los republicanos.

El asesor de la Casa Blanca, David Axelrod, en declaraciones al programa Meet The Press, de la cadena NBC, negó que la renuncia de Jones haya sido a petición del presidente, el demócrata Barack Obama.

Definitivamente no; fue decisión de Van Jones, aclaró el funcionario.

Van Jones, consejero especial de Obama para empleos verdes y la calidad ambiental, presentó este domingo su renuncia luego de que en los últimos días ofreció dos disculpas públicas, una por haber firmado una petición en 2004 que sugería que la administración Bush podría haber permitido deliberadamente los ataques del 11 de septiembre, quizá como un pretexto para la guerra.

La segunda disculpa fue por haber utilizado un crudo término para describir a los republicanos en un discurso que pronunció antes de sumarse a la administración Obama.

Después de las disculpas, en su carta de dimisión, Jones acusó a sus oponentes de haber orquestado una campaña de calumnias, y dijo que prefería dejar el cargo en beneficio de las históricas reformas del sistema sanitario y energético.

Renuncio a mi puesto en el Consejo de Calidad Medioambiental, a partir de hoy, indicó Jones.

Esta polémica creó cierto malestar en la Casa Blanca y el viernes el secretario de prensa del presidente –quien evitó apoyar en público a Jones– se limitó a decir que el asesor continuaba trabajando para la administración.

En una declaración posterior, Van Jones aseguró que el motivo de su dimisión era evitar convertirse en motivo de distracción del esfuerzo de la administración Obama que se apruebe la reforma de salud y la legislación sobre cambio climático.

Estamos en las vísperas de una lucha histórica sobre la asistencia sanitaria y las energías limpias. En conciencia, no puedo pedir a mis colegas que dediquen tiempo y energías en defenderme o explicar mi pasado. Necesitamos que todas las manos trabajen por el futuro, agregó.

En momentos en que Obama se prepara para defender su prometida reforma de Salud –resistida por muchos republicanos–, así como su estrategia para impulsar el uso de energía limpia los opositores de la reforma montaron una despiadada campaña difamatoria en su contra, aseguró Jones.

Altos funcionarios del Partido Republicano habían pedido la destitución de Jones y algunos sugirieron que el Congreso debería investigar su idoneidad para el cargo que ocupaba.

Sus puntos de vista extremistas y su retórica burda no tienen lugar en esta administración ni en el debate público, apuntó el congresista republicano Mike Pence, mientras el senador de su bancada, John Cornyn, escribió un mensaje en la red social Twitter: Van Jones se tiene que ir.

La renuncia de Van Jones, quien ha sido duramente criticado por su afiliación a un grupo izquierdista en los años 90 y por sus insultos a políticos republicanos, fue considerada por algunos analistas como una rápida victoria de los grupos conservadores.

Van Jones, que fue activista por los derechos civiles, se convirtió en figura importante dentro del movimiento ecologista y desde marzo trabajaba en el Consejo de Calidad Medioambiental de la Casa Blanca.

Sus propuestas sobre una economía verde y sostenible le valieron elogios antes incluso de unirse al gobierno de Obama.