Opinión
Ver día anteriorMartes 15 de septiembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aprender a Morir

Grito no, silencio sí

R

osy Puente propone entre otras cosas: “…No estamos en tiempos de decir ¡Viva México! ni de festejar nada, ni de ir aplaudir al Ejército ni al mandatario en turno, que no han podido controlar nada ni darnos bienestar, mucho menos seguridad, que es lo mínimo que deben hacer…

Que este 15 de septiembre no haya Grito, sino un gran silencio de enojo y reclamo. Dejemos solos a los gobernadores y al mandatario en sus respectivas plazas; que le den su Grito al aire y a su familia y equipo de trabajo, que se lo crean ellos, no nos han servido absolutamente para nada. Si se fijan, sólo han aprobado las reformas que a ellos convienen... Únete a este movimiento histórico por el bien de tu familia, de tu comunidad, de tu estado, de tu vida y del país... Este 15 de septiembre no va haber Grito, va haber silencio por México. Las dizque autoridades deberían tener miedo al pueblo, no el pueblo a una bola de ratas corruptas que sólo velan por sus intereses.

Guillermo Fárber reflexiona: ¿Tentado a dejarte ganar por la depresión porque el desempleo cunde a tu alrededor, si no es que ese desempleo te afecta a ti mismo? ¿Corres el riego de abatirte por tus deudas, que quizá algunas no puedes pagar? ¿Te agobian las alzas de precios que notas cada vez que compras el mandado?

“Respira profundo –sugiere Fárber–, cuenta hasta diez y piensa: en estos tiempos tan difíciles (que se van a poner peor) te ofrezco una fórmula que puede lograr milagros en tu mente y en tu corazón. Escúchala bien: no se trata de resignarte a la carencia, sino de redefinir la abundancia.”

“El alucinado decálogo del profeta Felipías –ironiza Fernanda Macedo– al referirse al tema de la salud se vuela la barda cuando anuncia sin ambages su propósito de ‘alcanzar la cobertura universal’. No sé si sea insultante ignorancia o insensato descaro, pero se nota que tampoco el señor Calderón ha requerido alguna vez de servicios públicos de salud.

“En el Hospital de Traumatología del IMSS en Av. Lomas Verdes, en Naucalpan –añade Fernanda–, los accesos son terroríficos para personas de edad o convalecientes: por arriba, un infame puente peatonal con escaleras intransitables para adultos mayores, y por abajo, un oscuro y nauseabundo túnel, lleno de piedras y charcos, que atraviesa la citada avenida. Alrededor, improvisados e insalubres puestos de comida. La infinita burocracia, y la costosa pérdida de tiempo que ocasiona, son aparte.”