Opinión
Ver día anteriorJueves 17 de septiembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Informe sin preguntas

La crisis como bandera

H

oy, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, rendirá de viva voz el informe en el que dará cuenta del rumbo que lleva su administración. No será una reunión entre cuates y cómplices que le aplaudan una y otra vez para después criticarlo, ni habrá pantallas gigantescas y escenarios pomposos, se espera. Será, hasta donde se nos ha informado, un acto austero donde cabrá la crítica, en las posturas de cada uno de los partidos que tienen presencia en la Asamblea Legislativa del DF, aunque no habrá cabida para los cuestionamientos que muchas veces se hacen de mala leche, pero que en casi todas aclaran puntos que no se tratan a fondo, y que resultan necesarios.

En los dos años anteriores, los diputados y el jefe de Gobierno tuvieron la oportunidad de intercambiar puntos de vista, críticas e ideas que seguramente abrieron horizontes tanto a los legisladores como al propio gobernante, pero esta vez el formato cambió y esa parte de la comparecencia de Marcelo Ebrard no se efectuará.

Por más que los odios ideológicos o la necesidad de los diputados por figurar hubieran perturbado el intercambio razonado de unos y otros, esa parte del llamado informe, además de ser la salsa, mostraba el perfil de los diputados y daba idea del crecimiento que como político desarrolla el jefe de Gobierno. Por eso también resultaba importante el fragmento del informe al que se identificaba como de preguntas y respuestas.

Ésa será una mala novedad, pero lo más importante, según sabemos, estará en las formas que adoptó el gobierno de la ciudad para enfrentar la crisis económica que ha provocado, en buena parte, la ineficiencia del gobierno federal, la cual ha puesto puntos de riesgo a los planes de desarrollo de la administración capitalina.

De ninguna manera puede pasar por alto el gobierno de Ebrard cada uno de los datos que tuvo que exponer el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, quien sin poder evadir la pregunta confesó que a los grandes consorcios del país se les han devuelto hasta 90 mil millones de pesos, y que a causa de los llamados regímenes especiales el país dejó de captar hasta 465 mil millones de pesos. Esos regímenes especiales que se esconden en la Ley del Impuesto Sobre la Renta es una de las formas que acarrean mayor desigualdad social, sin duda.

Esas dos cifras deberán pesar en el jefe de Gobierno para dimensionar las ideas que buscan aumentar los impuestos o la tarifas de los servicios públicos. Que paguen primero los que más tienen, debería exigir Ebrard. Y es que mientras persistan las trampas que tiene la ley para hacer que los que más dinero tienen paguen menos impuestos, se aumenta la carga impositiva a los que sólo tienen un salario para sobrevivir.

Así que, mientras esas trampas subsistan, no se debería cobrar más a las mayorías empobrecidas. Ya sabemos que no está en la mano de Ebrard cambiar las leyes que desde las representaciones nacionales deberían ser sancionadas, pero hasta como postura de un gobernante de izquierda, ésa debería ser sustancial para el discurso central

En pleno camino al 2012, el pensamiento crítico del gobernante nos habrá de decir de qué está hecho Marcelo Ebrard.

De pasadita

Los invitados a Palacio Nacional la noche del 15 salieron del edificio bastante molestos por el trato que recibieron durante la reunión a la que fueron convocados. Resulta que los citaron a las 21:30 horas y después de presentar sus boletos de entrada, que contenían un código de barras, pasar un arco de seguridad y a las damas revisarles sus pertenencias, no se les permitió el acceso al patio central donde se llevaría a efecto el festejo al que se les había invitado.

Sólo unos cuantos, entre ellos los representantes de las fuerzas armadas, tuvieron el privilegio de llegar al patio central. Eso sí, mientras esperaban a que terminara la ceremonia del Grito, que los convidados tuvieron que ver en pantallas de televisión, había chicharrones, papas y chupe fino para todos.

Uno de los más molestos por la espera, que se prolongó hasta las 12 de la noche, más o menos, fue Héctor Rangel Domene, quien fue impedido para ingresar, antes de la hora, al patio donde se serviría la cena, compuesta, entre otras cosas, por camarones y ceviches, además de esquites. Total, que a eso de la medianoche, cuando les dieron acceso al patio central y cuando los muy pocos que ya habían pasado estaban en sus mesas, muchos de los invitados ya habían dejado el edificio y buena cantidad de mesas se quedaron vacías, según nos cuentan algunos de los asistentes. ¡Viva México!, ¿no?