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Ofrece dos conciertos, bajo la batuta huésped de Jesús Medina, en el centro Ollin Yoliztli

Con música de compositores nacionales, la OFCM celebra 30 años de actividad

El programa incluye el estreno mundial de Acuarela mexicana, partitura de Gerardo Meza

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La compositora Gabriela Ortiz, la percusionista Gabriela Jiménez y el flautista Alejandro Sánchez Escuer. Los dos últimos participan como solistas con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de MéxicoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de septiembre de 2009, p. 4

Para festejar su 30 aniversario, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) interpretará este sábado y el domingo, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, un programa con música de compositores nacionales, que incluye el estreno mundial de la obra Acuarela mexicana, de Gerardo Meza.

El resto del repertorio lo integrarán las piezas Zócalo-Tropical, de Gabriela Ortiz; Pacífico, de Eduardo Angulo; Jarabe, de Eduardo Gamboa, y Sones de mariachi, del autor jalisciense Blas Galindo.

La agrupación estará bajo la batuta de Jesús Medina, director huésped, y tendrá además la participación de los solistas Gabriela Jiménez, en las percusiones, y Alejandro Sánchez Escuer, en la flauta.

Riqueza de la música popular

En entrevista con La Jornada, Gerardo Meza (DF, 1960) explica que la intención de Acuarela mexicana es crear una especie de pintura musical a partir de algunos ritmos folclóricos, entre ellos el son y el huapango, en una suerte de homenaje a la corriente nacionalista que encabezaron músicos como José Pablo Moncayo y Carlos Chávez durante la primera mitad del siglo XX.

Es una pieza muy colorida, con muchas percusiones y un carácter mexicano muy marcado. Tiene tres partes, aunque se toca en un solo movimiento con el esquema de una sonata, explicó el autor. En ella, trata de aprovechar las características de cada instrumento para ir desde lo cantabile hasta lo más ágil.

En el primer tercio de la obra –de nueve minutos y medio– predominan los elementos más festivos del son y el huapango, para después dar paso a un ritmo mucho más lento y nostálgico. El final de Acuarela mexicana retoma los motivos de la bamba y el son jarocho.

Esta pieza forma parte de una serie que el compositor empezó a escribir desde los años 80, las Acuarelas, dedicada una a cada instrumento. Hasta ahora he escrito para flauta, clarinete, violín y viola. Algunas ya se han estrenado en México y sé que también en Suiza se han interpretado.

Con esta serie de obras, Meza pretendió rendir tributo al nacionalismo mexicano y demostrar que esa corriente incorporaba elementos musicales folclóricos, sin demeritar en ningún momento la buena calidad de la partitura.

Quise hacer un pequeño homenaje a ese tipo de compositores, como una reminiscencia de dicha etapa, aunque sé que en estos momentos se compone de otra manera. Se trata de una pieza ligera, aunque sin caer en el folclorismo, que incorpora y sugiere la riqueza de la tradición musical popular, define.

Estos ritmos tienen la virtud de mezclar compases binarios y ternarios, lo cual “es un elemento interesante y muy propio de la música mexicana.

Como en las canciones de los mariachis, por ejemplo, dos melodías se acompañan con algunos tercios de diferencia. Utilizo algo de eso, sin abusar, solamente para marcarlo.

Acuarela mexicana y el resto de las composiciones del programa podrán escucharse hoy sábado a las 18 horas y mañana domingo a las 12:30 horas en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, ubicado en Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela. El precio de la entrada es de 100 pesos, con los descuentos habituales.