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Exige a diplomáticos devolver identificaciones; lo mismo para Venezuela, Argentina y España

La bandera de México no ondeará más en Honduras, por orden de Micheletti
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Soldados cubren pintas de apoyo al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, afuera de la embajada de Brasil, ayer en TegucigalpaFoto Ap
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Periódico La Jornada
Lunes 28 de septiembre de 2009, p. 28

Tegucigalpa, 27 de septiembre. La bandera de México ya no puede ondear en Honduras, por órdenes del golpista Roberto Micheletti. La embajada de México tampoco puede ostentar en su fachada el escudo nacional del águila y la serpiente. Los representantes mexicanos deben, además, entregar a la brevedad las placas diplomáticas de sus vehículos, los carnets de identificación y los formularios que les permiten importar ciertos productos sin pagar impuestos.

El gobierno de Micheletti exige lo mismo a Venezuela, Argentina y España, aunque en el caso de los dos primeros países ya había expulsado a su personal diplomático, con el resultado de que sigue aquí.

Si México quiere que la bandera tricolor vuelva a ondear en Tegucigalpa, deberá negociar con la cancillería del gobierno de facto el restablecimiento de relaciones y adoptar medidas de reciprocidad inmediata, es decir, admitir a un embajador nombrado por el golpista Micheletti.

La comunidad diplomática acreditada aquí no sale de su azoro después de conocer el comunicado, dado a conocer por el canciller del gobierno de facto, Carlos López Conteras, ya muy entrada la noche del sábado. No sabemos si es ignorancia pura o mala leche, o ambas, dice un funcionario de una embajada sudamericana.

Es un comunicado lleno de contradicciones y donde se revela una ignorancia terrible del derecho internacional, afirma una fuente de la embajada mexicana.

En las primeras líneas de su comunicado, los golpistas parecen saltar de alegría al afirmar que la decisión de un grupo de gobiernos de hacer retornar a sus embajadores es un reconocimiento expreso al gobierno constitucional del presidente Roberto Micheletti.

Pero enseguida afirma que no recibirá a los representantes de aquellos países que rompieron unilateralmente relaciones con Honduras.

En primer lugar, dice un diplomático mexicano, ningún embajador viene a reconocer a Micheletti, sino que vuelven por una petición expresa de Patricia Rodas (canciller del presidente José Manuel Zelaya). En segundo lugar, ningún país rompió relaciones diplomáticas con Honduras, todos simplemente llamaron a consultas a sus embajadores.

Dado que Argentina, España, México y Venezuela rompieron relacional unilateralmente, según los golpistas, el gobierno hondureño no recibirá a sus representantes diplomáticos a menos que sus respectivos gobiernos procedan a negociar con la cancillería de la República el restablecimiento de las mismas. En el caso de los que optaron por mantener las relaciones a nivel de misiones concurrentes, deberá solicitarse la acreditación de los nuevos jefes de misión en vista de que el beneplácito expedido a sus anteriores jefes de misión ha sido retirado.

Esto, que para el diario español ABC es una prueba de que el gobierno de Micheletti ha pasado de soportar la presión a exigir el respeto que corresponde a un país soberano, según una nota ampliamente difundida por los medios favorables al golpe de Estado, es simplemente un galimatías a los ojos de experimentados diplomáticos acreditados en este país centroamericano, quienes ven a la cancillería del gobierno de facto como una olla de caprichos, sin rumbo ni estrategia.

Las medidas contra México y otros tres países se dan en el contexto de la ofensiva de los golpistas contra Brasil. Si en 10 días no se ha definido el estatus de Manuel Zelaya, la sede (brasileña) perderá su condición diplomática, pero por cortesía no se está planteando invadir el local, dice el canciller Carlos López Conteras, cuya esposa, Armida, es una de las cabezas visibles de las marchas de blanco que apoyan al gobierno golpista.

La administración de Micheletti ya se había confrontado con Venezuela y Argentina y anunció en distintos momentos la expulsión de los representantes de ambos países.

Pero aunque prácticamente todas las naciones con representaciones aquí no han reconocido al gobierno de Micheletti y han retirado a sus embajadores, los golpistas sólo ampliaron la lista a España y México.

En el primer caso, según una fuente diplomática consultada, la decisión se puede deber a que España ha tenido un papel beligerante para que la Unión Europea restrinja la ayuda financiera al gobierno hondureño y ha impedido que Honduras ocupe una banca en las negociaciones del tratado de libre comercio con Centroamérica. También, a un duro discurso recién pronunciado en Naciones Unidas por el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero.

No hay una sola vara, dice una fuente de una embajada sudamericana. Costa Rica y Chile echaron a los embajadores de Honduras porque se plegaron al gobierno de Micheletti, pero con ellos no se meten.

El caso de México, según la misma fuente, se cocina aparte. “México tiene gran importancia para Honduras, tanto por el comercio como por la cuestión migratoria. De modo que esta decisión, que seguramente ninguna embajada atenderá, quizá sólo tiene que ver con el show que los mexicanos hicieron al sacar a los diplomáticos plegados a los golpistas para reinstalar a la embajadora en el Distrito Federal.”

Para completar el cuadro, los golpistas niegan este domingo el ingreso al país de una delegación de funcionarios de la Organización de Estados Americano (OEA), una avanzada común en los casos en que se prepara la visita del secretario general y varios cancilleres.

El argumento del gobierno golpista es que se adelantaron. Habían sido claramente advertidos de que no deberían anticipar su presencia aquí, dice el canciller Carlos López.

José Miguel Insulza, secretario general, convoca de inmediato a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA. ¿Harán algo para que Micheletti y los suyos no les vean, como dicen los asesores del Senado estadunidense, la cara de tontos?